La jueza de Violencia de Género dictó que los niños pasaran temporadas con el padre, pero la madre no los lleva al punto de encuentro desde hace un año, por lo que ya ha sido condenada a pagar multas
Hace aproximadamente un año que A., un vecino de Granada, no ve a los dos hijos -de siete y cuatro años- que tuvo con R. porque esta, su exmujer, no los lleva al punto de encuentro familiar para que los menores pasen fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones escolares con su progenitor, tal y como sentenció un juzgado de Violencia de Género de Granada en noviembre del 2011, medidas posteriormente ratificadas por la Audiencia Provincial. Entonces, ambos jóvenes se divorciaron después de que él fuera condenado por un delito de malos tratos en el ámbito familiar, algo que él mismo reconoció y que generó órdenes de protección a favor de ella.
- desde un principio, pidió que los menores no se fueran con el padre y así consta en su sentencia de divorcio
- hace tres años ya se desestimó -por primera vez- la solicitud de suspensión de régimen de visitas que pretendía la madre
- tenía derecho a que sus hijos pernoctasen con él y no quedaba acreditado -tal y como señalaba la madre- que éste hubiera llamado «gilipollas» a sus hijos, los hubiese castigado encerrándolos en un cuarto o los hubiese dejados solos marchándose en el coche
- el padre estuvo recogiendo a los críos durante dos años en el punto de encuentro familiar, hasta que en octubre de 2013 la madre dejó de llevarlos a esas dependencias donde los recogía su exmarido
- aduciendo que su hijo mayor había vuelto de un fin de semana con un gran moratón en la frente
- sin embargo, el menor se lo hizo al tropezar en un Burger King
- sus pequeños tenían pesadillas, se orinaban y se hacían caca del miedo cada vez que pensaban en marcharse con su familia paterna
- El padre, por su parte, pidió hace cinco meses que se establecieran medidas urgentes -incluso con ayuda de las fuerzas públicas- para que se garantizasen los encuentros con sus hijos
- la madre de los niños le reprocha, además, que no paga la pensión de alimentos (300 euros al mes por los dos menores)
- el padre fue condenado a varios meses de cárcel, aunque A. tiene recurrida esa sentencia penal
- tantas veces ha incumplido R. el régimen de visitas estipulado por la jueza (una vez cada 15 días durante el último año) que, finalmente, la víctima de violencia de género resultó condenada -en febrero de 2014- a pagar 150 euros por cada día que privara a sus hijos de la compañía de su padre. «Algunas multas las he pagado, otras las he recurrido y otras las he conmutado por trabajos a la comunidad», apostilla ella al otro lado del teléfono. Y desde donde está -ya que se marchó hace unos meses fuera de Granada- asegura que cree que en los juzgados hay una «mano negra» que impide que se proteja a sus hijos debidamente, por lo que habla de «maltrato institucional». «Los niños tienen miedo de irse»
- el informe del equipo psicosocial recomendaba mantener el régimen de visitas de los niños con el padre, sin limitar la pernocta, «en base a fortalecer el vínculo paterno-filial y la inexistencia de factores de riesgo».
- «Yo sé que estoy vulnerando la ley y que como un juez se levante un día con el pie cruzado me puede hasta quitar la custodia de mis niños, pero ¿cómo voy a permitir que se vayan con el padre si ellos no quieren y los trata mal? Mis niños me cuentan que les tira del pelo y les pega en la cara. No quiero ser una cifra más de las estadísticas»
- el fiscal, en las diligencias previas, ha pedido tres años de prisión para la madre y seis años de pérdida de la custodia de los niños
Si esta medida adoptada por la juez de aplicar "150 euros por cada día que privara a sus hijos de la compañía de su padre", no sólo se impusiese sino que se ejecutase, muchas madres o padres, se andarían con más cuidado a la hora de incumplir e impedir el contacto de los hijos con su padre. No nos queda más remedio que recalcar el incumplimiento materno, pues la mayoría de las custodias son maternas. Un hecho indiscutible, y avalado por las feministas quienes estando contentas con la práctica judicial de otorgar custodias maternas por defecto se oponen a que la guarda y custodia compartida se aplique como norma general. Si la sitaución fuese al contrario, estas feministas, o este sector que se opone a la guarda y custodia compartia cambiarían de parecer. De hecho, cuando la custodia se otorga al padre la madre automáticamente solicita la custodia compartida, y entonces mira por donde si consideran que es lo más adecuado para el menor. La postura feminista de no aplicar (que es muy distinto a imponer) la custodia compartida por defecto pero con el condicionante del acuerdo entre ambos progenitores, es asumida por regla general por quienes aquellas personas que estando en contra de la custodia compartida -y no pudiendo evitar que la opinión pública piense por sentido común algo inevitable como que el bien del menor es el de la custodia compartia que no supone otra cosa que ser criado y cuidado por ambos padres-, pretenden a ojos de los demás quedar bien, pero al mismo tiempo oponerse no frontalmente a tal medida, y para ello emplean el estar de acuerdo con la custodia compartia pero siempre que exista acuerdo entre los padres, con lo cual, la madre quien sabe que la práctica judicial (no la ley en ningún caso) otorgará por defecto la custodia materna si existe conflicto entre las partes, no tiene más que aplicar sus estrategias para conseguir mostrar que entre los padres hay problemas.
Todo un cúmulo de actuaciones que en mayor o menor medida persigue el fin de que los hijos se relacionen con su padre cuanto menos mejor.
Fuente:
- Fiscalía pide tres años de cárcel para una maltratada que impide a su exmarido ver a los hijos de ambos
http://www.ideal.es/granada/201409/25/fiscalia-pide-tres-anos-20140924220829.html
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