El momento en donde un hombre es consciente de que es padre es el momento más feliz del mundo. Un Estado, unas instituciones, unos medios de prensa, una Casa Real, un gobierno, partidos politicos, ..., que terminan y comienzan el año intentando manipular a la sociedad colocando la figura del varón y la figura paterna, como un peligro para la sociedad, no puede ser guiada, no sólo por la cordura, sino por buenas personas, al menos sensatas.
Destruir la figura paterna (o la materna) en la vida de un menor es resquebrajar los pilares de los menores, es edificar torres con cimientos débiles que a la menor sensación de tambaleo van a marear y derribar a quienes sobre ellos se sostienen.
No sucede nada distinto con un país. un país donde los beneficios derivados de la industria de género llevan a sus dirigentes a someterse a criterios que si bien llenan sus arcas, bolsillos y proporcionan un nivel de vida como el de la alta aristocracia que citaba Julio Anguita en la entrada anterior, desarrollan un modelo de vida que será la destrucción del futuro de sus propios descendientes.
Los hombres no paren, pero mueren por sus hijos, y no sólo en vida, sino también de sufrimiento. Acredita lo dicho las miles de muertes anuales de varones cuyo motivo es ocultado a la sociedad. El varón está privado de todo derecho legal para su deseo de descendencia.
España, ahora mismo a través de la justicia y leyes, veta y prohíbe a los hijos nacer bajo el amparo y protección de un padre, y cabe esperar que partidos políticos -que por fortuna ya están en la esfera de acción- y que muestran en público su desconformidad contra la ideología de género, tomen nota de ello y reflexionen, de que si los partidos políticos afines a la industria de género que busca la destrucción de la familia como mecanismo de desamparo de las personas ante las consecuencias de una simple crisis económica, es una medida contraria a la defensa de la institución familiar y sobre la protección de los propios menores.
Los niños tienen derecho también a ser criados, amparados y educados por un hombre, por una figura paterna. Y ahora mismo, gracias a la tecnología, gozamos de medios que permiten dicho derecho a la infancia. La gestación subrogada o vientre de alquiler, es un elemento frente al derecho que se ha dispuesto para que una mujer pueda a capricho, asesinar, descuartizar o destruir a sus propios hijos, que también cuentan con un padre, pero impotente ante la decisión de la madre del ser humano inocente e indefenso.
Ya no hay pena que me cuadreNadie es más feliz que yoHoy me han dicho que soy padreDe un chiquillo como yoTendrá la cara morenaEl hijo de mis querelesLos ojos como la penaLos labios como clavelesDormido será el luceroQue copia el cristal del rióAy, madre como lo quieroComo quiero a este hijo míoDormido será el luceroQue copia el cristal del rióAy, madre como lo quieroComo quiero a este hijo míoDuérmete lucerito de la mañanaDuerme niño bonito nanita nana
Antonio Molina , "El hijo mío" (1957)
https://www.youtube.com/watch?v=ieyV4APRGHw
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