Publicado el Julio 21, 2009 ¬ 11:32 amh
Todos podemos advertir a nuestro alrededor como una enorme tela de araña que va creciendo día a día, abarcándolo todo.
Enviamos los niños al colegio con sólo tres años, pues así lo dice la ley, en algunas regiones con la desgracia de que ni siquiera les van a hablar en su propia lengua, hay que renunciar a ella porque el socialismo lo dice.
Allí les enseñan, nadie sabe muy bien qué, pero allí pasan unos años preciosos “mamando” una ideología y una manera de entender la vida que va fluyendo de unos libros escogidos entre los más afines a la filosofía de moda, que no es otra que el relativismo y lo políticamente correcto.
Mientras tanto al niño, y al ya adolescente, se le mima, no se le pide un esfuerzo porque eso recuerda viejos tiempos y ahora somos muy progresistas… Llega un momento en que el chico planta cara al profesor, no muestra ningun interés por el estudio, si no por la diversión y el desafío…
Hemos fabricado un monstruo, como se acaba de ver estos días en Córdoba y Huelva, como se vió antes en otras ocasiones, incluso a veces más crueles si cabe (Sandra, Clara, Marta, Mª Luz…).
Los políticos no son de este mundo, si lo fueran no podrían conocer estos casos y no inmutarse, simplemente porque no les toca a sus hijas.
La situación es complicada porque llevamos muchos años haciéndolo mal, muy mal.
Los padres hemos confiado demasiado en los colegios.
Los colegios están en manos de funcionarios que no quieren perder sus puestos y que van pasando los años sin educar, porque tampoco tienen mucho margen.
Ahora los psicólogos nos dicen que con más mano dura no se solucionan las cosas, pero ellos han sido parte fundamental del sistema educativo que tan mal resultado está dando.
Todo el mundo se lava las manos y nadie quiere cambiar nada, debo entender que a ellos les va bien. Pues pienso que la sociedad está podrida y agonizante… y los que tenemos hijos exigimos justicia, de la de verdad, es decir, la única, porque o hay justicia o no la hay, lo demás es pura palabrería para entretenernos.
En la mayoría de los casos el joven no llega a estos extremos, afortunadamente, tan sólo se queda en un estado de desorientación, sin formación adecuada para afrontar su futuro laboral e incluso personal de una manera serena y lúcida. Muchas veces el joven sólo se sabe ver a sí mismo rodeado de amigos en medio de una fiesta, sólo concibe el mundo como diversión… de ahí a las drogas y a la enfermedad sólo hay un paso (botellón, sin ir más lejos).
A esto se podría añadir la programación de la tele o la cartelera de cine incitando ambas a este tipo de conducta.
Podríamos añadir también la famosa educación para la ciudadanía, donde según parece más que humanidad o civismo, lo que se enseña es a transgredir porque sí, porque es guay, incluso se fomenta la desconfianza hacia los padres. El mismo Zapatero, hablando del aborto, decía que los padres no debíamos influenciar en la decisiones de nuestras hijas…
El socialismo tiene un empeño muy especial en educar a los niños desde muy pequeños, para ello se sirve de todos los medios, escuelas, medios de comunicación, leyes nuevas… va urdiendo una tela de araña que lo abarca todo y de la difícilmente podremos salir, entre otras cosas porque cuando ha gobernado el partido medio-iberal tampoco ha hecho nada para sacarnos de ahí.
http://www.gobernando.es/?p=617
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