18.09.11 -LALIA GONZÁLEZ SANTIAGO
Pelea de mujeres en el Barro
Las mujeres del PSOE comienzan a organizarse a escala nacional para denunciar su sistemática eliminación de los puestos de salida de las listas al Congreso. Al grito de 'sálvese quien pueda' ante la debacle que se les avecina, las proclamas de fe en la igualdad, el discurso de la paridad, pero incluso las mismas leyes que han aprobado y defendido quedan en un segundo plano o son directamente burladas en los procesos.
Por si a alguien le quedaba alguna duda acerca de en qué manos sigue el poder, a pesar de la «corrección política» que se impone en las fotos de los cargos institucionales, los hombres hacen valer su peso en la organización y están laminando la presencia femenina, conseguida a pulmón por un grupo de políticas que, como todas las mujeres trabajadoras, han tenido que demostrar el doble para que se les reconozca la mitad y se ven ahora enfrentadas incluso a dudas sobre su trabajo o su capacidad, cuando no a comentarios deleznables acerca de su aspecto físico o chismorreos personales. La vida pública en esto sí que es tan real como la vida misma.
Las alarmas han saltado porque se estima que en el próximo grupo parlamentario socialista la presencia de mujeres puede llegar a situarse en un 20%. Según se van cerrando las listas electorales nacionales se conocen casos de postergación de las candidatas. En Málaga, por ejemplo, donde encabeza Trinidad Jiménez, la siguiente mujer irá en el puesto quinto. Repiten los tres diputados anteriores, pero no las diputadas. Los hombres se han vuelto tajantes y no se arriesgan a quedarse fuera, por «esa cosa» del feminismo o la mismísima Ley de Igualdad. Mejor ir de dos que de tres, por lo que pueda pasar, dirán. Otro tanto llegaría a suceder en Cádiz, donde se registran diversos intentos para colocar a la primera mujer, Mamen Sánchez, incluso en cuarto puesto, tras Cabaña y Cornejo, que seguirían a Chaves. Con un horizonte incierto como nunca, en el que se baraja en el peor escenario no llegar a conseguir ni el tercer escaño, y con el cuarto en el aire, puede desaparecer la representación femenina en el grupo parlamentario gaditano, por primera vez en mucho tiempo.
Aunque en las elecciones generales no son obligatorias las listas cremallera, que sí las consagra Andalucía, por la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género, la contradicción entre el partido y el Gobierno andaluz es flagrante. A ver cómo resuelven que lo que vale de Despeñaperros para abajo no lo hace para Ferraz. Relegar a las mujeres a los últimos puestos recuerda a esos «políticos de harén» de que hablaba Victoria Sendón cuando alertaba, hace años, de los peligros de la paridad.
Luego resulta que en el PP, que no ha hecho bandera del feminismo, hay más mujeres con poder, en autonomías, en ayuntamientos. El PSOE, que ha considerado el avance en igualdad uno de los logros de la legislatura, tiene comprometida su credibilidad. Obras son amores, que se dice.
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