Una nueva interpretación jurídica modificó el régimen de gananciales en China para excluir los inmuebles adquiridos antes de casarse. Pero en una sociedad aún culturalmente machista y con un boom inmobiliario en pleno auge, la contrapartida es una mayor opresión sobre las mujeres. Nos lo cuenta Jessie Jiang de TIME.
21/09/2011 |
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Una nueva interpretación jurídica modificó el régimen de gananciales en China para excluir los inmuebles adquiridos antes de casarse. Pero en una sociedad aún culturalmente machista y con un boom inmobiliario en pleno auge, la contrapartida es una mayor opresión sobre las mujeres. Nos lo cuenta Jessie Jiang para TIME.
En China, nada mata más el romance que la amenaza de perder las propiedades inmuebles, el famoso real estate. El mes pasado, la Suprema Corte de China formuló una nueva interpretación de su Ley de Matrimonio que cambia la forma en que se levan a cabo las disputas sobre las propiedades inmuebles después de un divorcio.
Desde entonces, las parejas de China han estado dándole seria consideración acerca de la decisión de dar el "sí": sólo en la ciudad suroeste de Chongqing, se han registrado un 30% menos casamientos en las semanas que siguieron al cambio de interpretación judicial. Bajo la interpretación dada a la ley, vigente desde el pasado 13/08, toda propiedad que haya sido adquirida antes del matrimonio ya no será objeto de negociación después de un divorcio, sino que pertenece exclusivamente a quien lo compró o bajo cuyo nombre figura en la escritura. Además, si una casa o apartamento fue comprado por los padres de la novia o el novio, volverá a aquella única persona en lugar de ser dividido por y entre la pareja.
La controversia no ha tardado en aparecer. De hecho, esta se ha estado fermentando desde que los cambios fueron propuestos el pasado noviembre. Algunos expertos argumentan que la nueva interpretación pone a las mujeres en clara desventaja en una cultura en la que los hogares matrimoniales son tradicionalmente sostenidos por los hombres (y en muchos casos, por sus padres). Como resultado de la nueva norma, los hombres divorciados se quedan con casas cuyos valores se dispararan, sin duda, en un mercado inmobiliario de China en pleno auge. Sus exesposas, por su parte, no tendrá derecho a indemnización alguna a pesar de sus contribuciones matrimoniales -financieras y demás-.
"Muchas mujeres contribuyen con dinero para comprar su casa conyugal junto con sus maridos, y las casas suelen ser registradas bajo el nombre del marido", dice Leta Hong Fincher, a punto de completar su doctorado en sociología en la Universidad Tsinghua de Beijing y estudiosa de derecho de familia en China y su impacto en la brecha de riqueza entre géneros. "El esfuerzo (de esas mujeres) será completamente invisible después de divorciarse de sus maridos".Por otro lado, los partidarios de la nueva interpretación jurídica, entienden que los cambios ofrecerán un poco de protección financiera a los hombres y mujeres -y sus familias- atentas al considerable aumento que se viene registrando en las tasas de divorcio de todo el país. El divorcio no es aún tan común en China como lo es en Occidente, pero los números se han venido incrementando durante los últimos 7 años consecutivos. En 2010, un total de 2,68 millones de parejas solicitaron el divorcio, un incremento del 8,5% respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Asuntos Civiles. Beijing tiene la mayor tasa de divorcio del país, con el 39% de los matrimonios terminando en división, seguida de cerca por Shangai.
Además, dice Guo Wanhua, un abogado civil del bufete de abogados Chang An de Beijing, la ley que acaba de redefinirse ayudará a promover la coherencia judicial cuando de divorcios se trata. "Las resoluciones sobre la propiedad en casos de divorcio variaba drásticamente entre los distintos tribunales", dijo Guo. "Ahora el proceso judicial se hace mucho más simple en una directriz clara que trata a ambos sexos de manera más equitativa".A medida que el debate continúa, algunos temen que los cambios en la ley de matrimonio pueda llevar los precios de las propiedades aún más para arriba en un mercado suficientemente recalentado de China. De acuerdo con una encuesta online realizada por el portal Sina.com tras la entrada en vigor de la nueva ley, casi el 60% de los encuestados dijo que consideraría comprar una casa por su cuenta antes de contraer matrimonio para evitar cualquier problema después de un eventual divorcio. Otras parejas, sin embargo, tratan de eludir la interpretación de la ley de matrimonio registrando los nombres de ambos en los certificados de propiedad, haciendo que el hogar conyugal sea legalmente de propiedad de ambos. El gobierno ha contribuido a fomentar esto mediante la eliminación de los impuestos que grababan la inclusión del nombre de un cónyuge en un título de propiedad -una política que anunció a principios de septiembre.
Sin embargo, para algunas personas, el solo hecho de plantear estas cuestiones con su pareja les resulta extremadamente difícil. "Algunas mujeres están realmente molestas con la ley", explica Fincher, que está llevando a cabo una encuesta en línea para medir la reacción del público ante el cambio de ley. "Pero cuando les pregunto si ellas iban a hablar con sus maridos acerca de cómo agregar sus nombres a la escritura, algunas mujeres dicen: 'No, no, no, por supuesto que no, eso podría alterar mi relación con él". Como válvula de salida, muchos mujeres están desahogando su furia en populares foros online. "La nueva interpretación permite a quien compró una casa dominar su matrimonio", escribe un internauta en Sina Weibo, un microblog popular al estilo Twitter. "Como mujer que ha estado casada durante 7 años sin siquiera pensar en añadir mi nombre en la escritura, no sé si esto es un recordatorio o una amarga ironía".
http://www.urgente24.com/14442-por-amor-o-por-ladrillos-el-costo-de-divorciarse-en-china
En China, nada mata más el romance que la amenaza de perder las propiedades inmuebles, el famoso real estate. El mes pasado, la Suprema Corte de China formuló una nueva interpretación de su Ley de Matrimonio que cambia la forma en que se levan a cabo las disputas sobre las propiedades inmuebles después de un divorcio.
Desde entonces, las parejas de China han estado dándole seria consideración acerca de la decisión de dar el "sí": sólo en la ciudad suroeste de Chongqing, se han registrado un 30% menos casamientos en las semanas que siguieron al cambio de interpretación judicial. Bajo la interpretación dada a la ley, vigente desde el pasado 13/08, toda propiedad que haya sido adquirida antes del matrimonio ya no será objeto de negociación después de un divorcio, sino que pertenece exclusivamente a quien lo compró o bajo cuyo nombre figura en la escritura. Además, si una casa o apartamento fue comprado por los padres de la novia o el novio, volverá a aquella única persona en lugar de ser dividido por y entre la pareja.
La controversia no ha tardado en aparecer. De hecho, esta se ha estado fermentando desde que los cambios fueron propuestos el pasado noviembre. Algunos expertos argumentan que la nueva interpretación pone a las mujeres en clara desventaja en una cultura en la que los hogares matrimoniales son tradicionalmente sostenidos por los hombres (y en muchos casos, por sus padres). Como resultado de la nueva norma, los hombres divorciados se quedan con casas cuyos valores se dispararan, sin duda, en un mercado inmobiliario de China en pleno auge. Sus exesposas, por su parte, no tendrá derecho a indemnización alguna a pesar de sus contribuciones matrimoniales -financieras y demás-.
"Muchas mujeres contribuyen con dinero para comprar su casa conyugal junto con sus maridos, y las casas suelen ser registradas bajo el nombre del marido", dice Leta Hong Fincher, a punto de completar su doctorado en sociología en la Universidad Tsinghua de Beijing y estudiosa de derecho de familia en China y su impacto en la brecha de riqueza entre géneros. "El esfuerzo (de esas mujeres) será completamente invisible después de divorciarse de sus maridos".Por otro lado, los partidarios de la nueva interpretación jurídica, entienden que los cambios ofrecerán un poco de protección financiera a los hombres y mujeres -y sus familias- atentas al considerable aumento que se viene registrando en las tasas de divorcio de todo el país. El divorcio no es aún tan común en China como lo es en Occidente, pero los números se han venido incrementando durante los últimos 7 años consecutivos. En 2010, un total de 2,68 millones de parejas solicitaron el divorcio, un incremento del 8,5% respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Asuntos Civiles. Beijing tiene la mayor tasa de divorcio del país, con el 39% de los matrimonios terminando en división, seguida de cerca por Shangai.
Además, dice Guo Wanhua, un abogado civil del bufete de abogados Chang An de Beijing, la ley que acaba de redefinirse ayudará a promover la coherencia judicial cuando de divorcios se trata. "Las resoluciones sobre la propiedad en casos de divorcio variaba drásticamente entre los distintos tribunales", dijo Guo. "Ahora el proceso judicial se hace mucho más simple en una directriz clara que trata a ambos sexos de manera más equitativa".A medida que el debate continúa, algunos temen que los cambios en la ley de matrimonio pueda llevar los precios de las propiedades aún más para arriba en un mercado suficientemente recalentado de China. De acuerdo con una encuesta online realizada por el portal Sina.com tras la entrada en vigor de la nueva ley, casi el 60% de los encuestados dijo que consideraría comprar una casa por su cuenta antes de contraer matrimonio para evitar cualquier problema después de un eventual divorcio. Otras parejas, sin embargo, tratan de eludir la interpretación de la ley de matrimonio registrando los nombres de ambos en los certificados de propiedad, haciendo que el hogar conyugal sea legalmente de propiedad de ambos. El gobierno ha contribuido a fomentar esto mediante la eliminación de los impuestos que grababan la inclusión del nombre de un cónyuge en un título de propiedad -una política que anunció a principios de septiembre.
Sin embargo, para algunas personas, el solo hecho de plantear estas cuestiones con su pareja les resulta extremadamente difícil. "Algunas mujeres están realmente molestas con la ley", explica Fincher, que está llevando a cabo una encuesta en línea para medir la reacción del público ante el cambio de ley. "Pero cuando les pregunto si ellas iban a hablar con sus maridos acerca de cómo agregar sus nombres a la escritura, algunas mujeres dicen: 'No, no, no, por supuesto que no, eso podría alterar mi relación con él". Como válvula de salida, muchos mujeres están desahogando su furia en populares foros online. "La nueva interpretación permite a quien compró una casa dominar su matrimonio", escribe un internauta en Sina Weibo, un microblog popular al estilo Twitter. "Como mujer que ha estado casada durante 7 años sin siquiera pensar en añadir mi nombre en la escritura, no sé si esto es un recordatorio o una amarga ironía".
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