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martes, 6 de septiembre de 2011

«Un burofax de EE.UU. inició mi calvario para recuperar a mis hijos»

Felipe Jara, de Benacazón, lucha ahora por la custodia de sus hijos repatriados desde Atlanta después de que suexpareja se los llevara hace nueve meses
NURIA PÉREZ CAMPAÑA / BENACAZÓN
Día 03/09/2011
Encima de la mesa, Felipe Jara enseña los 40 folios de la sentencia que le ha devuelto a sus hijos de 7 y 5 años de edad. Reconoce que no la entiende, está en inglés, pero sí sabe que un juzgado de Atlanta (EE.UU.) ha hecho que su pequeña Amanda pueda nada más levantarse de la cama, abrazar a su abuela. «Mi caso no es único, pero el calvario por el que hemos pasado sí lo es», apuntaba Felipe apenas 24 horas después de su llegada a Benacazón, su pueblo. Hace nueve meses que se enteró por un burofax que sus hijos iban rumbo a EE.UU. con la que fue durante siete años su pareja, de nacionalidad cubana.
Aquel 30 de noviembre de 2010, Felipe descubría que en la casa que compartió con ella durante su relación, acabada meses antes, y en la que aún vivía con los niños, solo había un fregadero lleno de cacharros y pañales en la escalera. Las amenazas de su ex pareja de abandonar el municipio y marcharse a EE.UU., sobre todo tras pasar allí los meses de verano, ya había hecho que Felipe solicitara al Juzgado de Primera Instancia de Sanlúcar La Mayor medidas cautelares para evitar la huida. El juzgado requirió incluso, a fecha de 2 diciembre, que se dispusieran «con carácter urgente» las órdenes oportunas a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para que la denunciada no pudiera abandonar el país en compañía de los menores, pero los niños ya habían tomado el vuelo.
«Ocho días después, recibo un burofax diciendo que se había instalado en Miami y ofreciéndome un contacto en el que cual no contestaba nadie», señala Felipe que asegura que «cuando denuncié yo no quería la tutela, sino que la justicia regulara nuestra situación como pareja de hecho que éramos y que los niños estuvieran en España». Apenas recibió una llamada por Navidades en la que pudo saludar a los pequeños.
Fue entonces cuando supo que debía «mover cielo y tierra» para recuperarlos. Felipe logró contactar con un despacho internacional de abogados que trasladó el caso al Ministerio de Justicia que, a su vez, lo tramitó hasta el Tribunal de la Haya. «El proceso ha tardado cuatro meses, nada que ver con la tardanza de los juzgados españoles por lo que cuando me vine a dar cuenta, ya me habían citado para un juicio en Atlanta».
El pleito duró cuatro horas. Las suficientes, a juicio de Felipe, para que el juez dictara sentencia. «Vio mi documentación y mis denuncias así que le dijo a la madre que los niños debían volver a su país de origen para que un juzgado de España pusiera orden en todo lo que estaba pasando. Minutos después —agregó— ella me pidió perdón».

«Lo hago por mis hijos»

A lo largo de estos meses de espera, Felipe descubría además que la madre de sus hijos tenía otra relación y que la había iniciado precisamente el verano en el que acudió a EEUU. de vacaciones. «Me enteré que su actual pareja llegó a pedir incluso la tutela temporal de mis niños en febrero de 2011», declara Felipe que ayer aún atendía la llamada de su ex pareja para que le pasara a sus hijos por teléfono. «Por mucho daño que me haya hecho, lo hago por mis hijos porque es su madre y no quiero que crezcan sin saber de ella». Aún así, Felipe reconoce que «llegar hasta aquí, ha sido una lucha constante y un gasto muy alto que solo he podido hacer con la ayuda de mis amigos y familiares». Debe, dice, la mitad de los 24.000 euros que lleva invertidos para recuperar a sus hijos.
Ahora, Felipe Jara sólo confía en que la justicia española le conceda la custodia de los pequeños. Sabe que la actuación de su ex pareja supone un delito de sustracción de menores, aunque «yo no quiero que vaya a la cárcel, solo que me deje a mis hijos».

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