14.11.2013http://www.cronica.com.ar/diario/2013/11/14/59588-denuncio-a-su-ex-marido-y-ahora-no-puede-ver-a-sus-hijos.html
Andrea estuvo detenida por filmar lo que ocurría en la Fiscalía, donde no recibió un buen trato
Exclusivo. Andrea Vázquez está desesperada. Sus tres hijos son obligados a vivir con su padre, sobre quien pesa una causa por abuso y violencia. Como éste, hay una veintena de casos semejantes en el Juzgado 3 de Lomas de Zamora.
Por Sabrina Santopinto
"Mis hijos fueron sacados por la fuerza de mi casa por personal policial y desde aquel entonces, hace un año y un mes que no pude volver a verlos. Buscaron todas las formas de comunicarse conmigo. Llegaron a esconderse en un baño para usar el celular de la persona que los cuida para contactarme. Pudimos encontrarnos a escondidas sólo una vez en una estación de servicio, gracias a la ayuda de un hombre que los llevaba al Colegio. Me los arrebataron”, cuenta con bronca y tristeza Andrea Vázquez, mamá de tres menores que fueron obligados por la justicia a vivir con su padre, sobre quien pesa una causa por abuso y violencia.
La historia se repite hasta el hartazgo: madres que buscan defender a sus hijos de padres abusadores, niños que son revictimizados una y otra vez obligados a estar cerca de su agresor, revinculaciones violentas en las que interviene la policía para sacar a los chicos del seno materno y entregárselos al padre.
La madre no ve a sus hijos de cuatro, once y doce años, hace más un año. Atraviesa una dura causa en la que su ex marido -médico de buena posición económica de Lomas de Zamora- le quitó a sus pequeños y logró que su mamá no pueda acercarse ellos.
“Buscaron aniquilar el vínculo con mis hijos. Ellos no pueden ver a nadie de mi familia. Fueron cambiados de Colegio. Los arrebataron de sus lazos”, relató Andrea, y añadió: “Mi paso por la Justicia jamás fue tenido en cuenta. Me dejaron sola. Se abrieron cinco expedientes y jamás se implementó una medida sobre protección contra la violencia”.
La situación actual de los menores es preocupante: “Mi hijo se dibuja atado con grilletes de tortura, retrata a uno de sus hermanos colgado y al otro ahogado en la pileta”. “Hace poquito una maestra me contacta por mail para decirme que uno de mis nenes se autoagrede y me dice que teme por la vida de mis hijos”, relató con inmenso dolor la mujer.
Pero, cuando esta situación ya parece lo suficiente dramática como para empeorar, hay condimentos que lo consiguen. Días atrás, Andrea llegó a la fiscalía acompañada de su padre para explicarle que la vida de uno de sus hijos corre peligro. “El fiscal no te va a recibir, y dice que él se hace responsable si se muere tu hijo”, le dijeron en la entrada y, después de insistir para que se presente el fiscal, comenzó a filmar lo que ocurría y, por dicho motivo, la terminaron deteniendo.
INEXPLICABLE
En el medio de forcejeos en los que el fiscal intentaba sacarle la filmación a Vázquez, la mujer fue esposada y despojada de sus artículos personales. “Me detuvieron junto a mi padre como si fuéramos delincuentes peligrosos. Nos amenazaron. Nos trasladaron y nos esposaron a las rejas” contó con angustia Andrea.
Como éste, existe una veintena de casos que sufren el avasallamiento de los derechos de los menores y su revictimización por parte del Juzgado 3 de Lomas de Zamora, a cargo de los jueces Enrique Quiroga, María Silvia Villaverde y Roxana del Río. Los tres jueces serán sometidos a un jury de enjuiciamiento por mal desempeño en sus funciones.
"MI PAPÁ ES MALO Y ME TRATA MAL"
“Mi papá es malo y me trata mal”. El relato de uno de los menores que figura en el expediente judicial es un firme reflejo de la grave situación que atraviesan estos tres hermanos. Andrea se casó en 1999 con un reconocido ginecólogo dueño de una clínica de fertilidad en Lomas de Zamora y tuvo con él tres hijos. En la primera infancia del segundo hijo de la pareja empezaron los problemas graves con el progenitor.
“Mis nenes tienen altas capacidades intelectuales entonces requieren de un tratamiento específico para su condición. El padre de los chicos es una persona violenta y los límites los ponía de forma violenta”, contó entre lágrimas Andrea, quien recordó que sus hijos pasaron por momentos de mucho temor cuando el papá los metía debajo de la ducha de agua fría con la luz apagada, los remontaba de la oreja por toda la escalera y los encerraba dentro del baño. “Les pegaba de manera agresiva y violenta, llegando al extremo de que un día mientras mi hijo tomaba agua de la botella, el padre le pateó la botella que tenía el chico en la boca, hasta llegó a empujar a uno de los nenes por la escalera”, relató la madre.
SIN RESPUESTAS
Estos episodios llevaron a que Andrea radicara la primera denuncia en la Oficina de la Mujer y elevó su situación hasta la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de su par de la provincia de Buenos Aires. “El venía de mi casa, me tocaba el timbre a cualquier hora, me pateaba la puerta, entró por los techos a mi casa y me robó los documentos, los pasaportes, me rompió todo el auto. Todas mis denuncias fueron archivadas”. Andrea cuenta una historia que parece de película: la Justicia no atendió ninguno de sus pedidos de protección y recién tomó cartas en el asunto cuando el progenitor la denunció por impedimento de contacto con los menores.
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