Juguetes esparcidos en una estancia de un piso que tutela la Asociación de Protección del Menor en Valladolid
«Un punto de encuentro familiar es un espacio neutral idóneo para favorecer el derecho fundamental del niño a mantener las relaciones con sus familias cuando, en una situación de separación y/o divorcio o acogimiento familiar o en otros supuestos de interrupción de la convivencia familiar, el derecho de visita se ve interrumpido o es de cumplimiento difícil o conflictivo». Así define la Asociación de Protección de Menor (Aprome) el papel que juega de intermediación psicosocial.
En la capital segoviana, la organización cuenta con un piso tutelado, explica su coordinadora, María José Moreno. Está en el número 3 de la calle Antonio Machado.
Si bien la función que asume la agrupación es loable, la Asociación de Padres de Familia Separados (APFS) de Segovia ha manifestado su malestar por los horarios del centro, que no siempre permiten al progenitor cumplir con la visita fijada por el juez. Para el presidente del colectivo son «demasiado limitados». Entre semana solo abre los miércoles, además de estar disponible los viernes, sábados y domingos. Y es que son los fines de semana cuando se concentran la mayoría de las visitas, detalla Moreno.
La responsable de Aprome reconoce que hay ocasiones en las que se produce esta incompatibilidad, pero que en cualquier caso la asociación protectora del menor informa de esos horarios del punto de encuentro tanto a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León como a los juzgados y las familias.
Dictados por los juzgados
La coordinadora apostilla que son las sentencias las que condicionan el régimen de las visitas y los horarios, por lo que estos calendarios se diseñan en función de lo que dictan la mayor parte de las resoluciones que se emiten.
En cuanto al funcionamiento, Moreno hace hincapié en la tarea de «observación del conflicto» que llevan a cabo los trabajadores de Aprome, porque «puede afectar al desarrollo afectivo y emocional del niño». En Segovia, el equipo que se encarga del punto de encuentro está compuesto por dos trabajadores sociales, una psicóloga y una abogada, además de la coordinadora, quien revela que siempre hay dos personas pendientes.
«Los niños nunca están solos, siempre están con uno u otro progenitor». «Nuestro objetivo es que el menor vea y asuma como un proceso normalizado la separación o el divorcio de sus padres», añade María José Moreno.
La instauración de Aprome en Segovia data de 2004. Entonces abrió un piso en La Albuera. Ahora cuentan con el citado de la calle Antonio Machado. En este tiempo, ha atendido a 158 niños. En los diez primeros meses del presente curso han recurrido al punto de encuentro 77 familias y 112 niños, de los que 46 eran nuevos en este trance.
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