Un padre llevando a su hija al colegio en Lugo
El santoral, tan importante hasta hace no tantos años, ha sido casi definitivamente sustituido por los días internacionales dedicados a alguna causa. Hay ya tantos días consagrados a alguna empresa -siempre loable, por supuesto- que pocas de esas jornadas logran tener alguna repercusión real en la mentalidad de los ciudadanos. Normalmente, solo los retos que ya están muy asentados en la mentalidad colectiva logran hacerse aún más visibles en la jornada que tienen consagrada.Pero a veces hay quien se las ingenia para poner el foco sobre la causa que le interesa y logra que los ciudadanos se paren a pensar en los problemas de determinados colectivos. Quien logra eso suele tener capacidad de comunicación, creatividad y virtudes que ayudan a la empatía con los demás.
Otros, en cambio, recurren a buscar la polémica -que puede ser sana, pero no siempre lo es- cuando quieren arrimar el ascua a su sardina. Es lo que ha hecho este año la concejala de bienestar de Lugo, Carmen Basadre, que ha logrado que casi todo el mundo sepa de la celebración del día internacional contra la violencia de género, aunque para conseguirlo se ha metido en un lío importante, organizando como acto central del día contra la violencia de género una mesa redonda que parece concebida para lanzar un mensaje en contra de la custodia compartida, una fórmula de atención a los hijos que poco a poco va ganando protagonismo, aunque está lejos de ser mayoritaria.
La concejalía de Lugo se va a gastar más de 4.000 euros en esas jornadas y los defensores de la custodia compartida ya se han echado las manos a la cabeza al saber que, en tiempos de crisis, se va a dedicar mucho dinero a una jornada que, ya de partida, mezcla de forma peligrosa ideas que no tienen nada que ver entre sí.
Y es que, ¿a cuento de qué viene mezclar violencia y custodia? Suena a confundir la velocidad con el tocino. Porque una cosa es la violencia de género -detestable y que nadie en sus cabales puede defender, por mucho que sea más habitual de lo que nos gustaría creer- y otra el derecho de padres y madres a corresponsabilizarse del cuidado y educación de sus hijos e hijas.
Las grandes ideas, esas que mueven el mundo, tienen la virtud de ir creciendo y evolucionando con los tiempos. Para mí, en esa categoría está el feminismo, cuyo mayor peligro está ahora mismo en quienes a estas alturas del mundo se empeñan en defender que los hijos son cosa de mujeres. Como si ellas no tuvieran otras metas que ir alcanzando y siguieran siendo ellos unos extraños al mundo de los afectos y de la familia que no tienen otra cosa que hacer más que ocuparse de la vida profesional.
El feminismo, que arrancó con causas tan imprescindibles como lograr el derecho al voto, ha ido evolucionando gracias a que las mujeres han sabido ir conquistando nuevos campos. Si el movimiento se hubiera quedado estancado en el sufraguismo, ahora mismo estaría ya muerto, para deleite de quienes se resisten a que el mundo cambie a mejor.
Por fortuna, las ideas han ido evolucionando y las mujeres no solo consiguieron el voto, sino también la libertad, el derecho al trabajo, el divorcio y el reconocimiento de que la familia no es solo cosa de mujeres.
http://elprogreso.galiciae.com/nova/131673.html
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