Custodia Compartida APIF Cádiz convoca a la ciudadanía (profesionales, afectados/as y personas afines a la Custodia Compartida), para el miércoles, 10 de octubre de 2012, a partir de las 18 horas, en el Hotel Santa María de la ciudad de El Puerto de Santa María, para realizar un análisis del estado de la cuestión de la Custodia Compartida en el momento actual y desarrollar acciones específicas a través de los diferentes grupos de trabajo creados al objeto de divulgación y defensa de la Custodia Compartida en beneficio de los menores afectados por procesos de separación o divorcio.
En una nación que aplica políticas diferenciadas en materia de custodia según la comunidad
autónoma donde se resida, la Custodia Compartida continúa otorgándose lamentablemente más condicionada por el lugar geográfico de residencia que por el propio interés de los menores. La tan esperada reforma del Código Civil pretende unificar criterios y facilitar la adopción de la Custodia Compartida como un modelo de custodia que garantice la equidad en las relaciones filiales de ambos progenitores, sin distinción, donde los adultos negocien y puedan implicarse en procesos de coparentalidad que supongan mayores garantías para los hijos a nivel socioafectivo, relacional, educativo... La nueva ley, que está por llegar, aún no ha visto la luz y ya adolece de determinación y valentía al no establecer la preferencia de este régimen de custodia, dejando caer el peso de la decisión en jueces que, como viene constatándose hasta la fecha, actúan tímidamente, con reservas y miedos a la fiscalización política a la que se ven sometidos, debiendo superar igualmente prejuicios sociales y sexistas y debiendo sortear las numerosas “cortinas de humo” a las que se somete al varón cuando se le pretende criminalizar haciendo uso de la Ley Integral contra la Violencia de Género. No obstante, la nueva reforma se presenta como una ley que implica avances (así se espera de ello en la práctica jurídica).
Custodia Compartida APIF Cádiz denuncia el uso fraudulento, con premeditación y alevosía, de la Ley Integral contra la Violencia de Género, que está siendo instrumentalizada a través de denuncias falsas de dificultosa constatación para distanciar a los hijos, a través de una ley que elimina la presunción de inocencia, del progenitor varón (¿acaso por ser varón ya se es culpable? ¿acaso por nacer en el País Vasco ya se es terrorista? La respuesta evidencia la barbarie).
Se constata que la casuística es común en la mayoría de padres y madres que acuden a esta entidad, que ven cómo la instrumentalización de esta ley imposibilita al progenitor denunciado optar por ningún tipo de custodia (exclusiva o compartida) y además conlleva el beneficio económico de la parte denunciante, que recibe sin más constatación ni sentencia que un auto temporal, una renta activa de inserción proveniente del dinero de todos los contribuyentes y dificultando la merecida atención a las victimas de verdaderos casos de violencia sexista.
Son muchos, demasiados, los niños y niñas que se ven separados, incomunicados, progresiva o abruptamente, de uno de sus progenitores de manera unilateral. Demasiados los que se usan como llave y moneda de cambio para “apropiarse” la vivienda familiar y otros bienes materiales y/o económicos. Demasiados los que pasan de ser “pequeñas personas con derechos” a convertirse en una propiedad privada. Demasiados los que no reciben el calor de un padre en la medida en que les corresponde por pleno derecho. Haga un ejercicio de reflexión: ¿conoce directa o indirectamente a algún menor que haya pasado o esté pasando por esta situación? Si la respuesta es sí, significa que algo está fallando a nivel social, estructural: es una problemática de primer orden y gran alarma social que debería llamar toda nuestra atención. Y serán la sociedad, los jueces, los representantes políticos y usted, que está leyendo este comunicado, los que deberán hacer eco de esta realidad y poner fin a esta sinrazón. Mirar a otro lado es engañarse a sí mismo, prolongar el sufrimiento institucional que la ley instiga “de por vida” a los menores y perpetuar las dinámicas de vencedores y vencidos en los procesos de separación y divorcio. La verdadera justicia no discrimina por razones de sexo. La verdadera justicia no se doblega ante intereses políticos. La verdadera justicia preserva lo natural: tener por igual a papá y a mamá. La verdadera justicia no espera tiempos mejores ni coyunturas políticas. La verdadera justicia es la que equilibra la balanza y prioriza el bienestar del menor por encima de cualquier interés particular.
Custodia Compartida APIF Cádiz le invita a la participación en el evento, y de igual modo aunirse a la plataforma creada para la defensa de la Custodia Compartida en nuestra provincia,animándole a denunciar y poner en conocimiento de la autoridad competente, los servicios sociales y el órgano judicial correspondiente aquellos casos donde se separa a los menores de uno de sus progenitores, perjudicando el bienestar de los más inocentes y desprotegidos: los hijos/as.
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