CUSTODIA PATERNA: Salva a una niña cuando iba a ser arrojada al vacío por su madre

lunes, 5 de agosto de 2013

Salva a una niña cuando iba a ser arrojada al vacío por su madre

Lunes, 5 de Agosto, 2013

«Subí las escaleras a zancadas, de cinco en cinco», dice el guardia civil que se abalanzó sobre la mujer para rescatar a la pequeña de sus brazos

El teniente Fernández asumió el mando de la Guardia Civil en Ponteareas hace una semana.

Estuvieron a punto de arrojarla por la ventana desde un quinto piso y ahora le cambian los pañales en el cuartel de la Guardia Civil de Ponteareas, que comanda su salvador, el teniente Guillermo Fernández Castiñeiras. La niña, de un año y cuatro meses, juega con su hermana de tres años en las dependencias del cuartel bajo la atenta mirada maternal de una de las integrantes del instituto armado.

El nuevo jefe del puesto de la Guardia Civil de Ponteareas lleva apenas una semana en el cargo y ha tenido que enfrentarse con una situación extrema para un profesional del cuerpo: evitar la muerte de una niña y la de su madre, una uruguaya de 28 años, que amenazaba también con tirarse por la ventana en estado de enajenación tras haber sufrido un ataque de celos.

El teniente Fernández Castiñeiras consiguió finalmente bloquear a la mujer que amenazaba con tirar a su hija desde un quinto piso en el centro de Ponteareas. A las doce del mediodía «recibimos dos llamadas, una a la comandancia y otra aquí, y rápidamente nos dirigimos al lugar».

Hasta el moderno edificio, situado cerca de una de las grandes avenidas de la villa se desplazaron cinco miembros de la Guardia Civil con el teniente al frente y cuatro de la Policía Local de Ponteareas, además de un voluntario de Protección Civil.

Cuando los agentes llegaron al lugar se encontraron a la mujer, que tenía a la menor en los brazos y que, en un evidente estado de nerviosismo, estaba ya con casi medio cuerpo fuera. Unos setenta vecinos se concentraban bajo el edificio asistiendo impotentes a la terrible escena. Algunos de ellos portaban sábanas extendidas, temiéndose lo peor y se movían de un lado a otro bajo la ventana, según la mujer balanceaba a la niña en el vacío en una dirección u otra. «La mujer gritaba en la ventana y tiraba cosas a la calle», relata un testigo junto a los restos de una mesita de noche de madera hecha astillas y aún sin recoger.

La mujer amenazaba con tirar a la niña y arrojarse ella misma al vacío desde el quinto piso.

El equipo desplazado a la zona, con el teniente al mando, tuvo que hacer un diagnóstico de la situación de forma coordinada, pero urgente. Cualquier precipitación podría resultar fatal, pero el tiempo jugaba en contra de la integridad de las dos personas. El teniente comandante de puesto asumió la responsabilidad de acceder al edificio. «No esperé a que bajase el ascensor y subí los escalones a zancadas, de cinco en cinco». Tras evaluar la situación, el oficial abrió el piso de una fuerte patada, con el apoyo de otros agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. «Si la puerta hubiera tenido la llave puesta no habría podido abrirla porque era una puerta blindada pero, por suerte, no estaba echada. Luego, dentro de la casa tuve que forzar otra puerta de la habitación donde estaba encerrada la chica con el bebé». El teniente tuvo que abalanzarse sobre la mujer, ya que estaba en un estado de gran alteración y opuso mucha resistencia al oficial. El guardia civil pudo hacerse con la menor y ponerla a salvo mientras otros compañeros auxiliaban a la mujer, que fue detenida de inmediato.

La arrestada fue atendida por el 061, que la trasladó a un hospital de Vigo para que recibiese asistencia médica psiquiátrica. La pequeña no sufrió daño físico durante los incidentes. Aún así, también fue llevada al centro médico para que valorasen su estado y ahora será el juzgado el que determine su custodia.

Tres hijas

El origen del episodio de ayer está en una mala noche. La mujer trabaja de camarera en un local nocturno. Normalmente vuelve a su casa a las seis de la mañana. Ayer lo hizo sobre las once de la mañana y se encontraba visiblemente alterada. Su novio indicó que ella «había bebido y le dio un ataque de celos y se puso muy nerviosa». De este modo se encerró en una de las habitaciones, lanzó muebles y amagó con arrojar a la niña y luego tirarse ella. La mujer es madre de tres menores de padres distintos. Una de las niñas vive con los abuelos.