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miércoles, 1 de abril de 2015

“Voy a seguir luchando por mis derechos y los de mi hija”

Miércoles, 1 de Abril, 2015
ARGENTINA
 Encontramos el enlace fuente gracias a Fernando Uriel Taborda

Aunque la noticia sea de procedencia argentina, la concomitancia con la justicia en España es total.
Un niño a quien se le priva del derecho de ver a su padre. Un hombre a quien no se le permite ejercer sus obligcaciones parentales, y con la gravedad de incumplir además una sentencia por parte de la madre. Pues si existe la orden judicial que establece, por muy humillante que resulte, una serie de días con horario establecido para la relación paterno-filial, y ésta se incumple, se produce a su vez una desobediencia judicial por parte de la madre de la menor.
Además se cita en la noticia que la menor se encuentra sometida al padecer del síndrome de alienación parental. Un síndrome muy discutido, pero sólo porque éste se ejerce en la mayoría de los casos por el entorno materno y contribuye a perpetuar el distanciamiento de los hijos con la figura paterna  si la justicia no aplica remedio.

Cita la noticia:  "como padre, tengo derecho para verla". Un concepto totalmente equivocado. Como padre no se mantiene el derecho, pues por encima de ese derecho se halla una obligación. A quien asiste el derecho es al menor, en este caso la menor. La hija es quien dispone de ese derecho para que tanto su padre como su madre ejerzan unas obligaciones inherentes desde el momento de su concepción. 
El sistema es quien forma la idea de que el padre no mantiene la obligación de ver a sus hijos, sino un derecho, pero tiene su fondo. Si analizamos (y no hace falta ser un lumbreras para ello) el hecho de que tras la guarda y custodia (o la tenencia) de los hijos viene una pensión de alimentos de la cual no se ha de rendir cuenta alguna ni siquiera al padre que es quien se encarga de sufragar el coste, y que en la mayoría de los casos igualmente viene consigo el uso y disfrute del domicilio familiar, nos daremos cuenta que el sistema fomenta un machismo que mantenía a la mujer como cuidadora de sus hijos y como mantenida por parte del varón, lo que llamaban "el patriarcado". 
Pero existen unas diferencias con respecto al patriarcado anterior contra el que luchaba el movimiento feminista. Una de ellas es por ejemplo que en el sistema anterior el varón obtenía su propio beneficio, pues recibía el cuidado y atención por parte de quien se encargaba de las responsabilidades del hogar, y podría incluso decirse que contrataba a una cuidadora de sus hijos. En este nuevo sistema el hombre es expulsado de su propia vivienda, y alejado de sus hijos, pero lo que no se elimina es la base del pago por el cuidado tanto de la vivienda famliar (si existe), como el pago de esa cuidadora de sus hijos. Es decir, el sistema crea un alquiler de las obligaciones parentales, mediante el cual el varón dispone de prácticamente todo el tiempo del mundo para dedicar a su trabajo en exclusiva, pues las obligaciones del cuidado de sus hijos recaen sobre la madre. Se convierte dicho patriarcado, en un "matriarcado", pues aún siendo el hombre, el varón, quien se encarga del sustento económico de la familia, es la mujer o madre, quien en exclusiva destina el uso de dicho importe económico a buen criterio, así como se encarga de trasmitir los valores y educación que considere oportuno a los hijos, pues el padre de visitas es imposible que forme en sus hijos unos valores y principios en el menor.


 Enlaces:
MARCHA DE LAS BOCAS TAPADAS
- "Culpables", el Borrando a papá español (se estrena el 17 de Abril en Madrid


Fuente:
“Voy a seguir luchando por mis derechos y los de mi hija”
http://www.tnriogallegos.com/vernota.asp?id_noticia=12273

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