Un hombre y una mujer se conocen pero son desconocidos, el noviazgo era el proceso mediante el cual ambos iban conociendo sus formas de ser, y un tiempo de antesala para dar el paso posterior a formar una familia. Ese tiempo de noviazgo podría dar lugar a consolidar la unión, o por contra, ver que realmente no había entre ambos puntos en común para seguir adelante. La separación mantenía el concepto posterior al noviazgo, en donde dos personas que habían estado casadas y unidas llegaban a un punto en donde la convivencia era difícil, por lo tanto adoptaban una situación legal de cara a su ruptura física. Pero la verdad es que en tantos años que ha existido la separación, el Estado no ha dispuesto mecanismos para proteger la figura del matrimonio, y al mismo tiempo para proteger un hogar, puesto que en todos estos años, y por desgracia aún en la actualidad, tras un divorcio o una separación, se produce también un divorcio de los hijos, pero un divorcio de los hijos con su padre.
Tras el divorcio los problemas no han hecho más que comenzar, pero si de antemano el Estado no ha dispuesto de mecanismos eficaces que protejan esa unidad familiar en donde lo más importante son unos menores que están creciendo y que mañana van a ser el futuro de ese país, tras la ruptura la situación aún genera un mayor conflicto, pues desde la Justicia no se disponen elementos que aseguren, al menos intenten, que dos personas que han roto una relación por diferencias y en donde previamente por regla general existe un conflicto, hayan de relacionarse bajo una serie de medidas que como mínimo protejan y defiendan el interés del menor. Se establecen unas medidas en una sentencia totalmente desequilibradas, y sobre todo que perjudican gravemente a los menores, pues como estándar los jueces consideran que el interés de los menores se protege declarando a su padre a partir de ese momento como un visitante más en sus vidas, con el cual la relación va a regirse mediante un régimen carcelario que contempla y limita el contacto y la relación de los hijos con su padre a únicamente 4 días al mes repartidos en dos fines de semanas alternos. Esa es la forma en que los jueces expresan proteger el interés de los hijos de padres separados.
Entrevistan a Juan Carlos Medina López,
el presidente nacional de la APFS.
Los problemas y la indefensión de los menores pueden llegar aún mucho más lejos, pues si algunos puede alarmar estos cambios de centro escolar, imaginen cuando el cambio va acompañado de un cambio de residencia del menor a otra ciudad, provincia, o como en muchos casos ya sucede, países o continentes.
Fuente:
http://salamancartvaldia.es/not/111892/divorcio-padres-consecuencias-para-hijos/
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