Cuando los efectos de esta manipulación pasan a un grado superior, resulta muy complicado extraer a los menores, o incluso adultos, de esta tela de araña que la manipuladora o el manipulador ha creado sobre sus hijos. La actuación rápido y sin complejos de los órganos judiciales desde el primer momento que toman conciencia que los menores están siendo sometidos a este grave maltrato es imprescindible para sacar al menor de ese escenario perverso que puede conllevar un grave daño y perjuicio personal para ellos.
Precisamente ahora mismo el feminismo que se muestra contrario a reconocer la existencia de la manipulación parental en los procesos de divorcio o separación sobre los menores, está realizando un ardua tarea para intentar que no se celebre el V Congreso Internacional en León, que abordará precisamente este grave daño a los menores.
Fuente:
http://xyzediciones.com/la-red-familiar-sustenta-sap/
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