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domingo, 18 de septiembre de 2016

Ante la adversidad de la injusticia demostrar mayor fortaleza

Domingo, 18 de Septiembre, 2016

Las injusticias que se cometen contra los hombres en los procesos de divorcio son padecidos por los hijos, al igual que cualquier situación equivalente que pudiera repercutir sobre la madre de los menores.

El problema es que se ha convertido en norma escrita considerar que la figura del padre es prescindible en la vida de los hijos tras el divorcio o la ruptura de la pareja

La fecha de publicación de la noticia fuente data de finales de diciembre en el medio http://salamancartvaldia.es/, sin embargo nos llega a través de que ésta es compartida en las redes sociales desde el enlce que aparece el página de la asociación ayer, donde el autor de la texto de la noticia, Juan Carlos López Medina, es el presidente de la dicha asociación nacional, la APFS.

Desde todas las adversidades que debe hacer frente el hombre y padre divorciado no queda más remedio que sobreponerse a las mismas, pues el futuro de los menores está en juego. El mayor palo para el padre es comprobar como es la propia justicia quien impide a sus hijos disponer y disfrutar de un verdadero padre.

Llega a tal extremo el menosprecio a la figura del padre  que hasta los quebrantamientos de sentencia por parte de la madre son consentidos. La patria potestad es compartida por ambos progenitores en la mayor parte de las sentencias, pero esta figura que debe proteger el interés de los hijos no se cumple, y son los propios jueces cuyas sentencias dictan y se incumplen por parte de la madre, quienes validan los incumplimientos a sus órdenes judiciales sin consecuencias para quien desobedece las medidas que establecen. No nos sorprendemos, pues son jueces que creen que colocando al padre en la posición de un visitante, se atreven por otro lado a considerar que dicha medida se contemplan atendiendo a la protección del interés del menor, eso que llaman "favor filii".



"Es muy difícil resumir en pocas palabras los sentimientos de exclusión e injusticia que hemos ido acumulando desde que comenzamos esta experiencia alucinante del divorcio".


"Cuando el matrimonio se rompe, el hombre no solo pierde la pareja, pierde de hecho la paternidad, pues socialmente no existe el papel de padre fuera del matrimonio. No se ve al padre como una figura autónoma independiente de la mujer. Un hombre solamente es padre mientras su matrimonio funciona".

"Nos encontramos así con la primera discriminación sexista; mujer separada: «víctima», hombre separado: «algo habrá hecho". Se rompe por tanto el principio constitucional de la presunción de inocencia: para el hombre funciona la presunción de culpabilidad.

Este prejuicio, tiene consecuencias radicales en la relación del hombre con los hijos. Nadie se plantea que hay que proteger esta relación, que los hijos de hoy día tienen «hambre de padre»; simplemente nadie se plantea que haya que proteger una relación (padre-hijo)".

¿Qué hacer?

"Inmediatamente después del divorcio, la mayoría de los hombres nos enfrentamos a la carencia de vivienda, ya que el domicilio familiar acompaña a la custodia de los hijos, que en el 87% de los casos queda en manos de la mujer. Incluso en aquellas situaciones en que el hombre es co-titular de un préstamo hipotecario para financiar la vivienda, ¡se ve obligado a continuar pagando las cuotas del crédito! de una propiedad nominal que probablemente no volverá a disfrutar nunca".

"Nadie parece tener en cuenta que un hombre separado que no abandone a sus hijos, tiene prácticamente los mismos gastos que la madre, pues si a pesar de todo consigue acceder a una vivienda, debe amueblarla y acondicionarla para sus hijos, independientemente del tiempo que pasen en ella; amueblar y acondicionar una nueva casa no valen menos para el padre no-custodio, las tiendas cobran exactamente lo mismo".

"En la práctica, la Patria Potestad compartida es papel mojado si la custodia la tiene un progenitor irresponsable, que hace caso omiso de ella".

En la vida real, custodia y patria potestad van indisolublemente unidas, pues, desgraciadamente la mayoría de los progenitores custodios plantean este punto, no como una cuestión ética por el bien de los hijos, sino como un conflicto de poder".

"La Custodia compartida solucionaría muchos conflictos”. "La custodia compartida es una rutina en muchos países europeos con más experiencia que España en la problemática del divorcio, y hasta el momento, no se tiene noticia de que provoque ninguna inestabilidad emocional. Mas bien al contrario, en donde la custodia compartida está más implantada ha disminuido la conflictividad judicial en casos de divorcio.

A mi entender, la verdadera razón de la oposición a la custodia compartida hay que buscarla en que supondría una auténtica pérdida neta de poder por parte del progenitor irresponsable en las situaciones de divorcio"

"De todas las situaciones de injusticia y explotación que acabo de describir, la más insoportable, y posiblemente la más importante, es el silencio y la indiferencia de las Instituciones y de la sociedad en general ante este problema".

"Sin esta complicidad pasiva, sería imposible mantener la situación actual, que atenta claramente contra los derechos humanos y contra la Constitución Española, que consagra la igualdad ante la ley, y la no discriminación por razones de sexo".

Aún después de esta reflexión, nosotros ponemos "a días grises, paraguas de colores".




Fuente:
Días grises, paraguas de colores
http://salamancartvaldia.es/not/102202/dias-grises-paraguas-de-colores/
http://apfs.es/ok/?q=es/node/7381

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