Es la única del país y pide que se derogue la ley «pues sólo defiende a las mujeres»
AMALIA F.LÉRIDA / SEVILLALos hombres maltratados y los denunciados falsamente no son las únicas víctimas de la injusticia.
A su alrededor, madres, esposas, novias, hijas y todo un universo femenino también sufre la indefensión, la pena y la afrenta pública de verlos presos sin motivo o a punto de caer en depresión —hay un elevado número de suicidios— porque nadie les cree ni apoya, ni socialmente ni desde la Administración.
Ante este panorama un grupo de mujeres que tienen en casa «el calvario de un hombre maltratado» ha creado una asociación que es la única que hay en España y que en los próximos días se presentará en sociedad.
Se llama Avilegen o asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género y tiene como presidenta a Inmaculada Ocaña de Valdivia apoyada por una directiva de madres, hijas y esposas que conocen el problema y que ya está recibiendo no pocos correos y cartas de todo el país de hombres que han visto «en este colectivo su salvación».
Aparte de los objetivos por los que se ha creado el colectivo, entre sus actuaciones figuran manifestaciones públicas constantes y reiteradas en apoyo a hombres presos injustamente. Así, ayer por la mañana estuvieron en la puerta de los juzgados de Sevilla y por la noche hicieron otra manifestación en Morón de la Frontera en apoyo a otro encarcelado, «que lleva año y medio preso y le ha caído 9»
Dice la presidenta de Avilegen que hoy día «pesa más la palabra de una mujer que la de un hombre» y relata que ella también sufre por su actual pareja que está siendo víctima su ex mujer.
«Y eso que es un marido, ¿qué no será la madre que ve a su hijo en esta situación?», apostilla apelando a la conciencia de las mujeres con hijos varones.
Denuncia al Estado Promoverán una denuncia contra España en Estrasburgo por el maltrato de la Ley de Violencia de Género
Todo ello es un botón de muestra de la sensibilización de este colectivo que parte hacia una meta con unos obejtivos claros entre los que se encuentra informar a la sociedad mediante charlas, cursos, jornadas y reuniones de los efectos perversos de la Ley de Violencia de Género, apoyar a los presos víctimas de la normativa que no hayan sido imputados por maltrato habitual y delito de sangre, así como a su familia, utilizando todos los medios legales para su puesta en libertad.
También muestra su adhesión a cualquier persona, entidad o institución que grite la verdad, «como es el caso del juez Serrano o la jueza Sanahuja».
De oficio
Además, quiere exigir a las administraciones públicas, en su respectivo ámbito de competencias, especialmente a los Juzgados de Violencia de Género, Juzgado de Instrucción y Juzgado de lo Penal, que cumplan escrupulosamente con su obligación de filtrar los casos de denuncias falsas, actuando de oficio contra aquellas personas que las interponga y promover la revisión de los casos en que exista duda razonable, así como la derogación de la Ley de Violencia de Género.
Por otra parte, no escatimará esfuerzos en denunciar los casos de adoctrinamiento en la educación de menores y en sensibiilzar a la sociedad de la necesidad de condenar cualquier tipo de violencia o malos tratos físico y psíquicos hacia mujeres, hombres, ancianos y niños, tanto en el ámbito familiar como en el ámbito externo.
Promover una denuncia colectiva contra el estado español en Estrasburgo por el maltrato institucional que provoca la Ley de Violencia de Género, es otra de las metas de Avilegen que no dudará en personarse en las actuaciones penales o civiles que se sigan contra las víctimas de dicha norma.
A ello añade la presidenta de la asociación que lucharán por las peticiones de indultos, cuando estimen que sea de justicia.
Avilegen aún no tiene sede fija pero la asociación dará en breve la dirección y el número de teléfono para las personas que quieran ponerse en contacto con la entidad.
Ocaña de Valdivia anuncia que se asignará vocalías, secciones, departamentos de asesoramiento, de información y servicio ya sean internos o externos, en la medida en que seas necesarios para su funcionamiento.
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