Reunión de los lunes

Nos reunimos todos los lunes a las 20,30 horas en la C/Vinaroz nº31, entrada por C/Pradillo, MADRID ¡TE ESPERAMOS!

jueves, 16 de mayo de 2013

“El gran error que hoy cometen los padres es intentar llevarse demasiado bien con los hijos”

Jueves, 16 de Mayo, 2013
Es obvio que en la medida que los padres aman a sus hijos son amigos de ellos, pero el concepto de amistad debe complementarse con una estructura parental que eduque, consideró la psicóloga chilena, Pilar Sordo, quien llegó a Piura para la conferencia “Viva la diferencia”. En entrevista con El Tiempo reconoció el valor de la familia. Dijo que los padres deben recordar que de llegar a una crisis, ellos no se divorcian, sino los esposos. Tania elías Lequernaqué
¿Cuándo podría decirse que es un error intentar llevarse demasiado bien con los hijos? Fundamentalmente esto forma parte de la investigación “No quiero crecer”. Planteo que el gran error que hoy cometen los papás es intentar llevarse demasiado bien con los hijos, cuando tienden a complacerlos en extremo y, por lo tanto, no les colocan ningún límite ni les establecen ningún tipo de disciplina… Digamos que es cuando se les gratifica mayoritariamente comprándole cosas. Es lo que de alguna manera los padres hoy en día sentimos que hacemos bien… ¿Cómo debería entonces llevarse esta relación? El concepto de amistad es obvio, porque en la medida que yo amo a mis hijos, voy a ser amiga de ellos, pero tiene que complementarse con una estructura parental que eduque, que forma buenas personas, con tolerancia a la frustración, con paciencia, con límites claros, que les ayuden a ser capaces de enfrentarse a la vida, con los problemas que esta va a traer. Para eso, necesariamente hay que colocar límites. No se puede hacer desde otro lugar. ¿Qué implica educar entonces? En la medida en que se integra lo mejor que tuvo nuestra educación, la mía, con la modernidad, es donde se puede hallar el equilibrio. Yo siempre hablo de dos palabras que son clave: ternura y firmeza. En la medida en que esas dos palabras saben navegar juntas en la educación de los hijos, según los resultados de la investigación, ellos parecen ser mejores en términos de personas más consolidadas e íntegras internamente. Algunas investigaciones señalan que los padres complacen a los hijos para justificar una supuesta falta de tiempo, el no estar con ellos… Eso es relativo. Hace cincuenta años, cuando la gente vivía en distancias espantosas, los autos no existían para movilizarse de un lado a otro, también había temas de tiempo. Lo de ahora tiene que ver más con las prioridades y con el papel que ha ido tomando la televisión en esta historia, la computadora, los celulares, etc., lo que yo llamo Dios pantalla y que de alguna manera cambia las prioridades también de los vínculos afectivos. ¿Cómo se explica esto? Si yo tengo una hora para ver un noticiero, también tengo una hora para estar en familia. El tema es “yo decidí ver el noticiero…” Por ahí, objetivamente, años atrás, cuando la TV no existía, esa hora estaba disponible y, por lo tanto, había otras cosas para hacer… Se inventaban juegos, se conversaba… Pero cuando la tecnología empieza a meterse en la casa, empieza a alterar el vínculo comunicacional de los que ahí viven y por lo tanto pareciera ser que hoy día tenemos mucho tiempo menos que antes cuando no es así. ¿Cómo tendríamos que equilibrar la tecnología con las prioridades? Todo pasa por la forma en que hoy día vivimos; el estrés, esta carrera loca por tratar de tener más cosas dentro de la casa… En la medida en que esas prioridades van siendo más importantes que la comunicación, se va alterando el circuito dentro de la familia. A la tecnología hay que incorporarla y agradecerle, pero hay que saber equilibrarla, teniendo claro cuándo yo necesito hablar directamente con los que amo y cuándo puedo participar, colaborar, jugar -o lo que fuere- con lo que hay y la tecnología me ofrece. Los padres, en ese tiempo que no tienen, encargan su rol a la educación… Lamentablemente, los padres hoy día sentimos que los colegios tienen que educar a nuestros hijos, mientras nosotros trabajamos. Eso también ha generado muchos conflictos. El colegio tiene la función solo de colaborar en esa función formadora de los padres, porque ser buena o mala persona no lo transforma el colegio. Eso lo hace la casa y eso es insustituible a lo largo de la vida. Ud. habla de diferencias entre varón y mujer… ¿Cómo juntarlas para tener un impacto positivo en la formación de los hijos? Tiene que haber buena comunicación en la pareja, más aún pensando en la educación de los hijos. La mujer tiene que aportar lo que le corresponde a ella, como “soltar” y pedir ayuda; el hombre tiene que “retener” y establecer un límite claro frente a los hijos, frente a un solo bloque educativo. Cuando los padres se pelean delante del niño y no colocan límites claros, es mucho más difícil que el menor crezca consistentemente, de hecho aprende mucho más rápido a manipular en la medida en que ve discrepancias. En esa formación no siempre está la pareja unida… Si me está tocando educar sola o solo, a los niños, por ahí yo tengo que evaluar lo que es ser dulce y firme al mismo tiempo en una sola persona. A veces tiene ventaja, porque no está el otro para la discrepancia, pero también tiene la sobrecarga de sentir que todo depende de uno. Uno solo tiene que poner los límites claros, porque así tendrá más espacio para jugar y para ser dulce, hacerse cariño, conversar y jugar. ¿Usted apuesta por la familia constituida? Absolutamente. Creo que los seres humanos estamos hechos para estar acompañados y no solos. Además, la formación de un hijo implica la vivencia de ambos padres, estén juntos o estén separados. Por ahí, a veces es mejor que estén separados en beneficio de la salud mental de los niños, pero los padres nunca se separan ni se divorcian, los que lo hacen son los esposos. Entonces, los padres tienen que seguir haciendo el trabajo que tienen que hacer por el resto de sus vidas. ¿Muchos hablan de ‘recuperar’ el valor y sentido de la familia. Lo cree Ud. también? Yo no hablo de recuperar… Tenemos que reenfocar el equilibrio entre lo antiguo y lo moderno. En la medida en que ello se integre, los niños van a lograr desarrollar los mejores aprendizajes que tuvimos nosotros y los mejores aprendizajes que pueden tener hoy con la modernidad. Yo no creo que la familia esté en crisis. No creo en ese concepto, porque creo que más bien está en plena transformación, de acuerdo a lo que la sociedad va reflejando. Sí creo que tenemos que ser capaces de integrar. Ese es el gran desafío, a mi juicio, de la familia moderna.
http://eltiempo.pe/2013/05/05/el-gran-error-que-hoy-cometen-los-padres-es-intentar-llevarse-demasiado-bien-con-los-hijos/

No hay comentarios: