José / Aguilarhttp://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1530136/los/hijos/son/los/dos.html#.UZ-ozl1wBsF.twitter
EL ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, anunció hace casi un año que la custodia compartida de los hijos en caso de separación o divorcio dejará de ser la excepción. Ya está tardando en convertir el anuncio en legislación. Las comunidades autónomas de Aragón y Valencia se le han adelantado en sus territorios.
Ahí va el dato: de las 58.000 atribuciones de guarda y custodia de menores decididas por los jueces en 2011, casi 48.000 lo fueron a la madre, 3.000 al padre y 7.000 a ambos. De modo que la custodia compartida es algo excepcional. Pero la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo acaba de sentenciar que debe considerarse "normal e incluso deseable", fijando así el criterio a seguir por los jueces que se enfrentan a estos delicados litigios.
Es difícil de entender por qué los jueces han venido interpretando muy mayoritariamente que el interés superior del menor de una pareja separada o divorciada -única guía para la decisión, según manda el Código Civil- se defiende mejor asignándole la custodia a la madre que a la madre y el padre, y mucho mejor que al padre solo. Tal vez sea por una exacerbación del feminismo o por una sobrevaloración del instinto de maternidad. Ambos sentimientos desafían la lógica y la justicia.
Desafían, sobre todo, el valor máximo a preservar en un divorcio, que no es otro que el bienestar y la felicidad de los hijos, completamente inocentes e inermes ante los efectos -tantas veces devastadores- de la ruptura de sus progenitores. La ruptura misma ya es fuente segura de infelicidad, razón de más para no agravarla obstaculizando la relación y la convivencia de los menores con los dos padres. No existe mejor solución, o solución menos mala, que la potestad conjunta.
Salvaguardada la igualdad de derechos y deberes de padres y madres mediante la custodia compartida como opción preferente, sí que correspondería a los jueces valorar en cada caso la aptitud de ellos y ellas -y su relación previa con las criaturas- y, a partir de cierta edad, el deseo de los propios hijos. Para eso están los informes del fiscal, los equipos psicosociales adscritos a los juzgados, las pruebas presentadas y los testimonios y alegaciones de implicados y afectados.
Ya está tardando Gallardón en imponer el sentido común: aunque los padres se divorcien, y aun se odien, siguen siendo los padres. Los dos. Por el bien de sus hijos.
Reunión de los lunes
martes, 28 de mayo de 2013
Los hijos son de los dos
Martes, 28 de Mayo, 2013
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