http://www.elintransigente.com/notas/2013/8/26/violencia-genero-cuando-las-mujeres-levantan-mano-201568.asp
Dos semanas de mujeres denunciadas por agredir a sus parejas pusieron en el tapete un tema del que no se habla: las víctimas que son obligadas a ponerse en el papel de victimarias.
Estos casos sirvieron para poner sobre la mesa de discusiones el tema de la violencia de género y cómo las mujeres siempre se llevan la peor parte en estos casos, aún cuando intenten defenderse de agresiones previas.
En el último caso grave registrado en la provincia, el lunes 19 de agosto, un joven de 20 años le prendió fuego a su novia de 23. La víctima no logró defenderse, pero en dos casos anteriores las agredidas se defendieron de agresiones previas y terminaron en la cárcel.
Si bien, en los dos casos testigos, uno ocurrido en Quebrachal y otro en un paraje cercano a Orán, las mujeres recuperaron la libertad, quedaron imputadas por lesiones graves, un delito que podría llevarlas a la cárcel por haberse defendido de una agresión previa y que ponía en riesgo su vida.
La provincia tiene estadísticas muy escuetas con respecto al problema de la violencia de género, pese a que en los últimos años se ha avanzado mucho con respecto a este tema. En el caso de hombres agredidos por mujeres casi no hay informes. La mayoría de las veces que una mujer es denunciada por violencia doméstica se trata de agresiones contra sus hijos, pero casi nunca contra sus parejas.
En estos casos, ni en los otros seis detectados en los últimos dos meses, tampoco quedó asentado como violencia de género, sino como un delito cometido fuera el ámbito familia, lo que complica aún más encontrar información al respecto. No obstante las agresiones existen, y las causas policiales demuestran que la mayoría de las mujeres que ejercen violencia sobre sus parejas han sido arrastradas a esa situación porque antes fueron víctimas de agresiones, muchas veces salvajes y denunciadas ante organismos que no hicieron anda para proteger a las víctimas.
Las estadísticas
La violencia que ejerce el varón sobre la mujer, la violencia de género, es endémica y deja en situación de vulnerabilidad a un enorme porcentaje de la población femenina. El maltrato ejercido por la mujer no llega a ese nivel y sus víctimas suelen ser su hijo, hija o una persona anciana, aunque también utiliza la violencia para defenderse de la agresión de su marido, pareja o ex pareja. En Argentina no se conocen registros que den cuenta de mujeres que oprimen a varones, lo cual no quiere decir que no suceda.
La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene registrado que entre septiembre de 2008 y el mismo mes de 2009, un 82 por ciento de las víctimas de violencia fueron mujeres y 18 por ciento varones. Un análisis no exhaustivo de estos casos evidencia que la mayoría de los varones que denunciaron maltrato fueron denunciados con anterioridad por sus agresoras debido a situaciones de violencia, y el resto de las víctimas masculinas son adultos mayores maltratados por sus hijas u otros familiares más jóvenes.
Una investigación divulgada por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), acerca de la percepción que tienen las mujeres de este problema, establece que el 50 por ciento de las 1.600 entrevistadas en Tucumán, Salta y Jujuy, cree que la violencia de la mujer sobre su marido o pareja es poco frecuente, 23% frecuente, 10% muy frecuente y 8% no lo sabe. Por el contrario, de la violencia del marido o la pareja sobre la mujer, 61 por ciento cree que es muy frecuente, 30% frecuente, 6% poco frecuente y 3% no sabe.
“La enorme mayoría de las entrevistadas cree que la violencia de algún miembro de la familia sobre otro es un problema que se da con frecuencia en Argentina. Solamente respecto de la violencia ejercida por las mujeres sobre su pareja, predomina la impresión de que se trata de una situación poco frecuente”, se explica en este estudio.
En 8 de cada 10 casos de violencia en Argentina, el denunciado fue un varón, 54 por ciento de las víctimas fueron mujeres adultas, 3% niñas y 2% niños, de acuerdo a un informe difundido en el 2013 por UNFPA y UNIFEM, las agencias responsables de los temas de género de la Organización de las Naciones Unidas.
El Consejo Nacional de la Mujer (CNM) cuenta con una tendencia sobre el país anterior a 2012, basada en los servicios de atención de violencia, que establece que 80 por ciento de las víctimas de violencia son mujeres y el agresor es un varón, generalmente su marido, concubino, novio o ex pareja.
La experta en género Perla Prigoshin y asesora del CNM, confirmó que no cuentan con datos actualizados. Aseguró sin embargo que se trabaja en la reglamentación de la ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, que prevé la realización de estadísticas. “Estamos definiendo indicadores y de que manera se va a relevar, luego las investigaciones serán llevada adelante por el Observatorio Nacional de Violencia contra las Mujeres”, dijo Prigoshin.
Los últimos dos casos que resonaron socialmente
La semana pasada, tras una discusión, un hombre fue apuñalado por su novia quien fue demorada. El incidente sucedió en un inmueble ubicado en un paraje, distante a 5 kilómetros de la localidad de El Quebrachal .
Efectivos policiales al dirigirse al lugar constataron que en la cocina se encontraba un hombre de 20 años el que presentaba una herida de arma blanca, siendo trasladado en ambulancia hacia el hospital local. Un profesional que lo asistió terminó derivándolo hacia el Hospital San Bernardo donde quedó internado en observación con diagnóstico de “herida de arma blanca en hemitorax”.
De averiguaciones practicadas se supo que en la pareja hubo una discusión y la mujer lo habría herido con un cuchillo para luego darse a la fuga. Posteriormente, fue demorada y secuestraron un cuchillo con una hoja de 26 centímetros. La mujer declaró entre lágrimas que amaba a su pareja pero que estaba harta de ser sometida a golpizas, que el hombre solía propinarle luego de que la mujer le reclamara sus constantes infidelidades.
El joven nunca había sido denunciado por violencia, pero eso no quiere decir que jamás haya sometido a la víctima a golpizas, todo lo contrario, la joven detenida exhibía, casi culposa, los moretones de la última paliza recibida. Aún permanece detenida acusada de lesiones graves y podría recuperar la libertad esta semana. De las agresiones previas que recibió nadie se hace cargo y mucho menos las investiga.
Cuchillo en la cabeza
El otro caso ocurrió a pocos kilómetros de Orán cuando un hombre llegó al centro sanitario local en estado desesperante, horas después de recibir una profunda herida con un cuchillo a en la cabeza, provocada por su esposa, a quien éste habría dado una terrible golpiza en estado de ebriedad. Según voceros ligados a la investigación, la víctima fue identificada como Daniel Gómez, de 35 años. De acuerdo con la historia, Gómez habría arribado de un campeonato de fútbol, disputado a pocos kilómetros del paraje.
Allí, jugadores y amigos habrían compartido un tercer tiempo, abundante en comida y bebidas alcohólicas. Al ocultarse el sol, Gómez habría emprendido la retirada hacia su casa, en la cual convive con Adriana Llanos, de 32 años. Siempre en función de la causa, trascendió que Gómez irrumpió en la casa y en segundos comenzó a insultar a su pareja. No conforme, la habría empujado y golpeado, furioso porque no estaba lista la cena, o su ropa planchada, tras una ducha, destacaron los voceros. Vacío de toda cordura, Gómez habría derribado de una trompada a la mujer, precisaron las fuentes.
Llorando, pero fuerte, Llanos se habría puesto de pie y tomó un cuchillo tipo carnicero que encontró en la cocina. Sin titubear, habría provocado una certera herida que abarcó parte del rostro y de la cabeza. Bañado en sangre, Gómez cayó al piso y empezó a gritar pidiendo auxilio. Fue socorrido por su propia pareja; posteriormente, arribó la policía y ésta lo condujo hacia una ambulancia que sería la misma que horas más tarde lo llevaría a la capital provincial para su asistencia. La mujer fue liberada, pero debe permanecer en su hogar bajo custodia, hasta tanto se aclare su situación.
Las agresoras según las últimas publicaciones especializadas
Consultada sobre las discusiones que afloran cuando aparece el planteo de que “las mujeres también golpean”, la funcionaria Perla Prigoshin reflexionó: “La violencia es inherente al sistema capitalista, entonces no habría que lamentarse frente el problema de la mujer golpeadora, en todo caso habría que ocuparse.
El punto es que no puede tenerse en cuenta desde lo epidemiológico, las políticas públicas deben dirigirse a la mayoría de la población y mayoritariamente quienes golpean son varones. Hay que tener en cuenta también que las mujeres siempre van acompañadas de sus hijos, por eso ocuparse de ellas es ocuparse de un porcentaje altísimo de la población. Igualmente, lo primero es modificar esta cultura golpeadora por una cultura de no violencia y en ese proceso empoderar a la mujer”.
Por su parte, la psicóloga Eva Giberti, responsable del Programa las Víctimas contra las Violencias, advirtió en un documento publicado este año que este tema tiene diferentes niveles de análisis. Uno refiere a la mujer denominada golpeadora en el ámbito amplísimo de la violencia familiar.
“Hay otros niveles de análisis correspondientes a otras modalidades de mujeres, es decir personas/mujeres, concepto que no arrastra la carga onomatopéyica que ‘mujeres’. Las personas madres pueden ser golpeadoras violentas ocasionales o sistemáticas, lo cual no tiene que ver con la violencia familiar contra las mujeres”, aclaró.
Las psicólogas de la Corte publicaron material al respecto este año donde explican que “primero en la educación patriarcal, el más fuerte golpea, y después, se activa el diencefalo (región anatómica del cerebro) para autorizar la ira golpeadora. Las biólogas que explican que las proporciones de serotonina, adrenalina y otras sustancias semejantes en la sangre cuando se desata la golpiza, no necesariamente coinciden.
También está el backlash o el contraproyecto que modifica la orientación del proyecto mundial que alerta desde los organismos internacionales acerca de las víctimas de la violencia familiar, estadísticamente mujeres. El backlash aparece en boca de varones y de mujeres que pretenden ser equitativas, no sea cosa que seamos injustas con los varones”.
Sobre la equidad entre varones y mujeres, desde el Foro de Psicoanálisis y Género (APBA), se explica que “para defender esa equidad no es necesario demonizar a los primeros y angelizar a las segundas. Somos en principio tan capaces de ejercer violencia como los varones. Lo hacemos menos porque nuestra fuerza física es menor, nuestro acceso al poder es más limitado, y nos educaron para inhibir las manifestaciones francas de hostilidad. De modo que para combatir la violencia es necesario asumirla como una potencialidad que todos portamos y que debemos rechazar colectivamente como una de las mayores fuentes existentes de dolor psíquico, y de secuelas en la salud física y mental de los sujetos”.
La última publicación del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo, señaló como posibles causas de la violencia ejercida por las mujeres “la educación autoritaria, circunstancias adversas, agresividad, en fin, la condición humana” y reflexionó: “Lo contrario sería pensar que las mujeres somos biológicamente o esencialmente buenas, pacíficas y no agresivas. Eso es esencialismo o biologismo”. Suelen aparecer publicaciones periodísticas sobre el crecimiento en el índice de las mujeres que golpean a sus parejas; en ese sentido el estudio aseguró: “No creo que nadie disponga de ellas. Hace 30 años que peleamos por tener estadísticas de mujeres golpeadas sin lograr más que estimaciones, y ahora resulta que hay estadísticas que dicen que aumenta el número de mujeres golpeadoras. Desconfiaría de una afirmación de ese tipo”.
Violencia de género cuál es el concepto y cómo reconocerla
Para hablar de violencia o abuso físico, no es necesario que la persona a la que golpean resulte herida de gravedad, ni que se de todos los días. Tampoco es un problema que se da, sólo en ciertas clases sociales o en personas con poca educación.
Se considera violencia, cualquier tipo de agresión, que no sea accidental, en la que se usa la fuerza física. Esta agresión puede ser con un objeto, arma, sustancia o con alguna parte del cuerpo (pies, puños, etc.) y abarca desde un empujón o golpe con la mano abierta, hasta cualquier lesión que cause incapacidad o muerte. Creemos, equivocadamente, que la principal causa de la violencia intrafamiliar es la falta de control en el agresor, pero no es así.
Esa misma persona se controla ante sus amigos, jefe o compañeros de trabajo. De hecho, puede ser una persona muy agradable socialmente, educada y muy amable con la gente en general. La verdadera razón, es el deseo de tener un total control sobre la o las otras personas de la familia. La persona a la que golpean, la consideramos como víctima, porque se encuentra indefensa debido a los sentimientos y actitudes que surgen del abuso físico. El que golpea, es el agresor, porque agrede y lastima sin que tenga necesidad de hacerlo, simplemente por sentirse fuerte y poderoso.
Reunión de los lunes
lunes, 26 de agosto de 2013
Violencia de género: Cuando las mujeres “levantan la mano”
Lunes, 26 de Agosto, 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario