Reunión de los lunes

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jueves, 21 de noviembre de 2013

Cuando tu coche se convierte en algo más que un vehículo

Jueves, 21 de Noviembre, 2013
- Padre separado hoy... Primer día en mi nuevo "hogar".
La imagen pertenece al enlace:
- "Hay padres durmiendo en los coches"
- 'Sólo me queda el coche y mi hijo'
Recuerdo el día que fui a comprar el coche al concesionario, un 4×4 precioso, jamás imaginé la falta que me harían esos cristales tintados, el espacioso maletero o que los asientos delanteros pudieran abatirse hasta unirse con los asientos posteriores y así hacer una cama, porque poco tiempo despues ese coche se convirtió en mi casa, tras echarme de mi casa la madre de mi hijo, amparada por una sentencia que le atribuía a ella como madre custodia de mi hijo el uso de la misma ya que aunque quedó acreditado que yo era un padre perfectamente válido para ostentar la custodia compartida de mi hijo, ella es mujer y yo hombre, motivo más que suficiente para dejarme en la calle.
Era una fria noche de invierno, había avisado a l madre de mi hijo de mi situación que temporalmente a causa  mi crítica situación económica y debido a que no tenía familia a la que acudir debia pasar las noches durmiendo en mi coche, acordamos que mi hijo pasaría conmigo las tardes desde las 2 hasta que anocheciera y que le quedase tiempo para poder cenar y darse un bañito.
Tras haber disfrutado una fantástica tarde en un parque junto a mi hijo y sin querer pensar en lo que me aguardaba esa noche llegó el momento de dejar a mi hijo junto a su madre y pasar la noche al raso, me lo tomé como un juego, una aventura pasajera que algún día contaría como batallita a mis nietos, pero por más maquillaje que quisiera ponerle a la situación era algo penoso el tener que dormir en un coche tras una vida de esfuerzo y sacrificio y que la única causa para ello fuese el haber sido un buen padre que escogió mal a su pareja pareja, esa noche apenas dormí, lo primero que hice fué buscar un lugar en el que poder pasar la noche, un lugar en el que el frio no fuera muy intenso, un lugar con poco o ningún tráfico de coches, un lugar por el que no transitaran peatones que pudieran verme y sobre todo un lugar lo suficientemente alejado de los lugares que había frecuentado en mi vida para que de esta forma no tener que sufrir la humillación de que alguien pudiera verme en esa situación, así que ese lugar fué la parte trasera de un conocidisimo centro comercial de Marratxí.
Una vez solventado el primer problema venía el siguiente, como habilitar el coche para poder dormir, los cristales tintados me daban intimidad en la parte trasera, un parasol de publicidad cubría el parabrisas, para evitar que el vaho que despedía mi respiración diera una pista de lo que pasaba en el interior de mi coche dejé las ventanillas delanteras bajadas apenas 1 centimetro con lo que los cristales no se quedaban empañados y además permitía que el aire del interior del coche se renovara pero por contra no me aislaba demasiado del frio exterior, para eso ya iba yo provisto de dos fantásticos edredones nordicos, retiré el cabezal del asiento del conductor, recliné el asiento delantero hasta unirlo con el asiento posterior, tal y como me habían explicado en el concesionario, pero eso estaba bien para ver una película o un rato pero no para pasar la noche, lo siguiente fué estirarme en los asientos traseros pero aunque mi coche era ancho no era lo suficiente como para que aquello fuera mínimamente cómodo para pasar de esa forma la noche y a la tercera fué la vencida, abatí uno de los asientos posteriores, reorganicé el maletero y metí medio cuerpo en el maletero y el otro medio asomaba en el asiento trasero, el reposacabezas del asiento se convirtió en un fantástico soporte para mi almohada, una vez encontrado el lugar y acondicionado el coche ya solo me quedaba llevar a cabo la taréa para la cual había preparado todo, pero eso fué , al menos la primera noche, la más difícil de las tareas, conciliar el sueño, unas veces fueron las lágrimas, pero la mayoría del tiempo fueron mis pensamientos que buscaban una explicación que justificara como podía haber acabado así, hacía apenas unas semanas que había perdido a mi madre, apenas 2 años antes la vida me sonreia, trabajaba en mi casa, ganaba suficiente dinero como para que no nos faltara nada ni a mí ni a mi familia, no bebo, no fumo, jamás he sido infiel mi pareja, no tengo vicios, mas allá de mi adicción a los chicles y a los helados, he sido siempre honesto, luchador, trabajador, entonces ¿por qué estaba allí? Y la única respuesta a la que llegué fué que el problema era que existe gente como mi ex que sintiendose la Barbie divorciada dejó al padre de su hijo despojado de todo y poniendo como excusa que yo en su lugar habría hecho lo mismo.
Gracias a una amiga esta situación tan solo duró 2 meses, dos meses en los que fui despertado en varias ocasiones por la guardia civil que acostumbrada a ver situaciones como la mía tan solo se cercioraban de que estaba yo en buen estado y se marchaban por el mismo camino que habían venido, coches a toda velocidad o con la música a tope fueron otros motivos de despertares vespertinos pero la mayoría de veces que mi sueño se vió interrumpido fué a causa de las lágrimas mientras ideas de lo mas dispares cruzaban mi mente, mi hijo pasaba siempre por mi mente para hacer desaparecer las ideas más descabelladas y para darme ánimos para luchar y seguir adelante y gracias a él sigo mirando hacia el frente con la cabeza bien alta y con el objetivo de que algún día mi hijo pueda estar orgulloso de su padre.
Han pasado ya dos años de aquello y a pesar de luchar con todas mis fuerzas para no volver a vivir aquello por desgracia el invierno pasado pasé algún tiempo de nuevo en mi coche hasta que la madre de mi hijo se apiadó de mí y desde entonces convivimos en la misma vivienda, aunque esta convivencia llega a su fin, pero eso es otra historia.
http://diariodeunindignado.com/cuando-tu-coche-se-convierte-en-algo-mas-que-un-vehiculo/

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