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Algunos vecinos aseguran que se comportaban como dos personas normales, pero otros hablan del presunto asesino como una persona poco sociable y muy celosahttp://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2013/11/07/divorciados-conviviendo-techo/629782.html
Varios vecinos en el lugar de los hechos.El grupo de pisos blancos que se elevan sobre la calle Comendador Bobadilla de Ciudad Jardín se asemejaba durante toda la mañana de ayer a un complejo fantasma. La conmoción que ha supuesto la muerte de una mujer de 66 años presuntamente a manos de su expareja, un taxista jubilado de 68, que posteriormente se arrojó desde el quinto piso en el que vivían, dejó helado a unos vecinos que evitaron a los periodistas durante toda la mañana de ayer.
María de los Ángeles, vecina de planta de los fallecidos, fue una de las pocas excepciones. Doce horas después del suceso, esta mujer se encontraba impresionada por lo ocurrido entre sus vecinos, a los que calificó como personas «absolutamente normales» pese a la peculiaridad de su convivencia. «Se separaron hace dos o tres años, pero seguían viviendo juntos», dijo antes de explicar que ella alguna vez le comentó que él estaba enfermo y a ella le daba pena que se fuera de casa.
Poco después, se supo que Rosario, comercial también jubilada, ya le había pedido a su expareja, con quien contrajo matrimonio en segundas nupcias, que se marchara de casa. «Vivían en la misma vivienda, pero hacían vidas independientes», añadió María de los Ángeles, antes de afirmar que nos les constaba ningún episodio de malos tratos previo entre los fallecidos y que a ella «se le veía muy bien» en los últimos meses.
Además, esta vecina destacó cómo se desencadenaron los hechos pasados unos minutos de la medianoche. «Estábamos viendo la tele, escuchamos un golpe muy fuerte, y cuando nos asomamos vimos que alguien se había precipitado desde uno de los pisos», narró María de los Ángeles antes de añadir que su marido bajó corriendo a socorrer al hombre mientras los vecinos llamaban a la policía y a los efectivos sanitarios: «Le tomó el pulso, pero no se lo encontró».
María, otra vecina que atiende pacientemente junto a su marido a todos los periodistas que lo solicitan, define sin embargo al fallecido como una persona «huraña que rara vez les saludaba», aunque nunca imaginó que esa relación pudiera acabar así pese a los problemas por los que, según ella, pasó el matrimonio hace ya unos años.
«Con ella sí hablaba, y hace tres o cuatro años me comentó que quería divorciarse porque él no le dejaba hacer nada y la dejaba siempre en casa. Hablaba de él como una persona muy celosa», finalizó esta vecina.
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