Sábado, 19 de Septiembre, 2015
En nuestro país el divorcio se supone que es un derecho, pero sin embargo, más bien para muchos hombres es una condena. Si para la mujer represente una nueva forma de vida en la cual adquiere más responsabilidades remuneradas con los hijos, para el hombre que quiere ejercer sus obligaciones parentales supone una condena, pues no solo es expulsado de la viviente familiar y ha de seguir sosteniendo los pagos de ésta, sino que además es obligado al alquiler de sus responsabilidades a cambio de pagar un sueldo a la mujer por ocuparse de dichas responsabilidades. Pero además es apartado de sus hijos, y muerto a nivel legal en vida, pues el propio juez a través de la sentencia le dice que es un visitante para sus pequeños con esa forma de denominar a la relación que mantendrá con sus hijos a través del "régimen de visitas".
Fuente:
Enrique De La Puente Piñar
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