Reunión de los lunes

Nos reunimos todos los lunes a las 20,30 horas en la C/Vinaroz nº31, entrada por C/Pradillo, MADRID ¡TE ESPERAMOS!

miércoles, 17 de octubre de 2012

Cuando la mujer también es enemiga de la niña

Miércoles, 17 de Octubre, 2012
Hace apenas una semana se celebró el Día Internacional de la Niña. Uno diría que es otro más de esos días que ponen los organismos internacionales para intentar que tomemos conciencia de problemas que aquejan a un colectivo determinado y en este caso está más que justificado. Alrededor del mundo hay situaciones que soportan las niñas que son intolerables y que deberían haber pasado a la historia más negra de la humanidad hace milenios.
Como en todas estas fechas elegidas para resaltar un problema los medios de comunicación nos bombardean con datos, con cifras abrumadoras, con números que tienden a infinito para que tomemos conciencia del problema. 
Pero lo que llama la atención no son los datos que da el informe sobre estos problemas elaborado por Unicef que alerta de forma escalofriante sobre la situación. Lo que llama la atención es que de nuevo es utilizado de forma tendenciosa por aquellos medios que quieren seguir dando la impresión de que existe una brecha social entre las mujeres y los hombres. Lo que llama la atención es lo que no dicen. Algo que puede resultar chocante o incluso increíble, algo que hará que se pongan de punta los pelos escarpiados de las postfeministas radicales que achacan todas estas situaciones dantescas y humillantes a un sólo elemento causal: el machismo imperante.
Que la mujer es una de las principales enemigas de las niñas en el mundo ¿suena raro, verdad?
Empecemos por el principio.
El informe dice que 75 millones de niñas no van a la escuela en el mundo. Y dicho así, como si fuera un dato aislado, claro parece que sus padres no las llevan al colegio porque son niñas. Pero resulta que el informe general de la Unesco afirma que 135 millones de infantes -dijo infantes para incluir a niños y niñas- no van a la escuela en todo el mundo.
Así que resulta que 65 millones de niños tampoco van a la escuela. Haciendo una sencilla regla de tres con estas cifras y el porcentaje de mujeres y hombres en la población mundial -que puede hacer cualquiera que haya tenido la suerte de ir a la escuela primaria y no se haya fumado las clases de matemáticas- nos damos cuenta de que prácticamente el índice de niños sin escolarizar es idéntico al de niñas. 
O sea que es la pobreza, los conflictos armados, la incapacidad económica, la falta de escuelas, la desestructuración social y la falta de apreciación por la cultura en determinadas zonas del mundo lo que impide a las niñas la escolarización, no el machismo que las segrega por el hecho de ser mujeres. Vamos, lo mismo que se lo impide a los niños. Pero claro eso no sería adecuado resaltarlo.
Y ese primer dato no es más que el comienzo. Se dice en las informaciones que el noventa por ciento de los menores que trabajan en el servicio doméstico alrededor del mundo son niñas de entre 12 y 17 años. Lo que no se dice es que -y también lo dice el informe- es que "la mayoría trabajan bajo la directa supervisión de mujeres en hogares acomodados, generalmente de matrimonios".
O sea que la que les golpea con la vara de cedro en Nepal, la que las obliga a dormir en el pajar o directamente en el patio en el Punjab o la que acude a casa de sus miserables padres para elegirla por su servilismo a cambio de una nevera o un préstamo para un coche es la señora de la casa.
No se me ocurrirá decir que el varón de esa familia esté ni mucho menos libre de culpa porque el aporta el dinero y probablemente también tire de abusos y humillaciones cuando le venga en gana. Pero convendría decir que también las mujeres nepalís, indias, tailandesas o de Afganistán participan en esa opresión, en esa humillante esclavitud de niñas alrededor del mundo.
A lo mejor es porque no tiene que ver con el machismo y el patriarcado que cree que las mujeres son un objeto. A lo mejor es que tiene que ver con que existe un grupo social en el mundo que aún cree que los parias, los miserables o simplemente los pobres tienen que humillarse ante ellos simplemente porque ellos tienen dinero y poder. Sean hombres o mujeres los oprimidos y los opresores.
Pero claro eso tampoco vendería la imagen que se quiere dar. Como no lo haría el hecho de incidir marcadamente en el hecho de que en Tailandia ese tipo de tratos se sellan entre las dos madres de familia, al igual que en La India. Puede que ellas no quieran hacerlo y les obliguen sus esposos -esa será la excusa habitual- pero si quieres libertad tienes la obligación de luchar por ella. Si no lo haces simplemente te conviertes en cómplice de esa esclavitud.
Y así siguen con todas las cifras.
Afirman que casi 400 millones de mujeres se casarón cuando eran niñas. No se especifica la edad pero se supone que será antes de alcanzar la mayoría de edad.
Y así se descuelgan con un párrafo ininteligible como este: "casi 400 millones de mujeres de entre 20 a 49 años, más del 40%, se casaron cuando eran niñas; de estas, más de 23 millones lo hicieron antes de cumplir los 15".
Según esto casi la mitad de las mujeres de entre 20 y 49 años se casaron antes de cumplir los 18 años. No pongo ni siquiera en duda la cifra pero una vez más no se ofrece contexto ninguno. Y esa falta de contexto lleva la imaginación hacia niñas entregadas a hombreas adultos en matrimonio, compradas a sus padres y toda la parafernalia que siempre rodea los casos que sobre matrimonio infantil en el mundo.
Ignora hechos básicos para comprender y contextualizar la situación. Por ejemplo que 340 millones de hombres de esas mismas edades en el mundo también se casarón antes de cumplir la mayoría de edad ¿los vendieron a mujeres mayores que ellos a cambio de una vaca?, ¿los obligaron a casarse con una anciana para satisfacer sus pervertidos deseos pederastas? Me temo que no. Se casaron con muchas de esas niñas, aunque no se puede ni se quiere negar que haya millones que sufren esa humillante venta a hombres adultos. Pero como siempre en esto del postfeminismo radical de clase parece que aumentar el número de casos es el camino. Como sí que a una sola niña se la vendiera matrimonio a un adulto no fuera suficiente para denunciarlo.
Pero claro eso nos obligaría a darnos cuenta de las verdaderas injusticias: de que la esperanza media de vida en África de una mujer es de 31 años y de un hombre de 26, que existen zonas del mundo en las que alguien de 18 años ya bordea la ancianidad a todos los efectos; que persisten culturas en las que el matrimonio y la reproducción aún están vinculadas a los momentos biológicos en los que las capacidades se desarrollan, tanto en hombres como en mujeres. Y si dices todo eso no puedes vender machismo. Puedes denunciar atraso, miseria e injusticia. Pero no machismo. 
Y por supuesto no se dice nada de que en la mayoría de esas sociedades -desde las africanas hasta las asiáticas, pasando por algunas latinoamericanas-, prácticamente con la única excepción de las sociedades religiosas, es decir la ortodoxa hebrea y la integrista musulmana, esos acuerdos de matrimonio los cierran las madres y los ratifican los padres. De que en todas las sociedades que practican el matrimonio acordado las casamenteras y alcahuetas son mayoría sobre los casamenteros.
Es decir, se omite voluntariamente la participación de la mujer en esa forma de comercio infantil de niñas y niños que es el matrimonio infantil.
Así que hombres y mujeres son culpables en sus países por participar y reproducir ese comercio y hombres y mujeres somos culpables en nuestro Occidente Atlántico por fomentar las circunstancias de desigualdad económica en determinados continentes que hacen que alguien no tenga esperanza de vivir más allá de los 31 o de los 26 años.
Y eso no tiene nada que ver con el machismo. Se pongan como se pongan.
Y todos los datos que se aportan siguen en la misma línea. Todos los años dos millones de niñas sufren mutilaciones genitales, pero nadie dice que en siempre son practicadas por mujeres -en muchos casos sus propias abuelas- ¿sería posible la ablación si las mujeres se negaran a participaren ella? Por supuesto que no. Pero solamente es responsabilidad de los hombres.
Es tan absurdo como decir que la circuncisión religiosa -no la clínica- que afecta a 12 millones de niños al año es culpa del matriarcado. Son ritos que tienen que erradicarse por insanos, peligrosos y casi prehistóricos, pero no son producto de un desprecio machista por la mujer sino de unos tabúes arcaicos sobre el sexo.
Y por supuesto llama la atención que no se dedique una sola línea del trabajo infantil -la principal forma de explotación de los menores-, que todo se centre en el matrimonio infantil.
¿Será porque muchas de las niñas que trabajan en África lo hacen a golpe de vara de baobab y camastro recogiendo algodón para mandarlo luego a La India donde otras niñas confeccionan con sus pequeñas manos las delicadas prendas íntimas femeninas que algunas delas marcas más prestigiosas de lencería colocan en los escaparates?, ¿será porque en muchos países de Asia mueren niñas devoradas por fieras o perdidas en la jungla porque su principal fuente de ingresos es la recolección de extrañas flores para los trabajos de los modernos alquimistas de la perfumería mundial?, ¿será porque infinidad de niñas chinas se deshacen las manos y la vista confeccionando réplicas de grandes marcas casi perfectas que luego las mujeres dela occidentalidad más feminista y avanzada lucen con gracia y aplomo por las calles?, ¿será para no tener que decir que en los lugares en los que las niñas trabajan en el lavado de materiales mineros de alta toxicidad, los niños de su misma edad son obligados a descender a los pozos para extraerlos, respirando durante ocho horas concentraciones mucho más altas de esos tóxicos?, ¿será porque tendrían que decir que en el sudeste asiático, mientras las niñas son explotadas en el servicio doméstico, los niños lo son en la agricultura, las fábricas, el comercio o incluso la recolección de materiales peligrosos?
A lo mejor es porque si hablan de esos curiosos trabajos infantiles sería imposible eludir la conclusión de que las mujeres hacen tanto por la explotación de las niñas alrededor del mundo como los hombres.
Y claro, si ellas no son víctimas, no conviene comentarlo. Como siempre, más de lo mismo.
http://lefthandgod.blogspot.com.es/2012/10/cuando-la-mujer-tambien-es-enemiga-de.html

No hay comentarios: