Los matrimonios no se rompen de la noche a la mañana. Los cónyuges se toleran muchas cosas durante meses y años, intentando salvar su relación… hasta un día. Un solo incidente es “la gota que desbordó la copa” y en un instante, uno de los dos se da cuenta de que nada va a cambiar, el matrimonio no tiene remedio y decide divorciarse sin dar marcha atrás.Fuente:
1. Cuando él por fin se cansó de los exabruptos de ella.
2. Cuando se perdió la confianza.
3. Cuando la esposa se convirtió en una compañera de cuarto glorificada.
4. Infidelidad inesperada.
5. Cuando él sufrió de depresión y ella se burló de él.
6. Cuando él supo que su esposa no creía en sus sueños.
7. Él no estaba de acuerdo con ella en cómo criar a sus futuros hijos.
8. Las repetidas infidelidades de ella dejaron de ponerlo furioso.
9. Él decidió poner a su hija en primer lugar.
10. Cuando vio claramente que no estaba permitido tener pasatiempos sin incluir a su esposa.
11. Él tenía que viajar lejos de ida y vuelta al trabajo y a ella no le importaba.
12. La esposa tiene el hábito de ridiculizar al cónyuge, hablar mal de él en público o tratarlo como si fuera su sirviente, a veces hasta contestando por él sin dejarlo hablar.
13. Su esposa usaba el sexo como recompensa y castigo, en vez de un momento de intimidad amorosa.
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