David Cirici
NAJAT EL HACHMI En el artículo Una manera antigua de separarse en el diario Ara, David Cirici aborda el tuétano de la situación que sufren muchos padres separados. Con pocas líneas de las que rezuman verdad explica las consecuencias de una separación «a la antigua», que lamentablemente sigue siendo la que se suele producir por defecto: custodia para la madre y fines de semana alternos y un día entre semana para el padre. Por mucho que en el momento doloroso de la separación nos repitamos una y otra vez que la relación con los hijos no se verá afectada, cualquiera que cuente el tiempo total que los niños disfrutarán de la compañía de su progenitor puede ver que este pasa a tener un papel absolutamente secundario, como si fuera una actividad más de las tantas que aquellos realizan. Fin de semana con los escoltes, fin de semana con el padre. No hay continuidad, cuesta retomar el relato del último encuentro y no hay convivencia real porque ocuparse de los hijos es, tal como explica Cirici en el artículo, «compartir espacios, tareas domésticas y sentimientos, estorbar y reír, enfadarse y reconciliarse, estudiar o ver la tele juntos, ocuparse de las pesadillas, las peleas escolares, los piojos y los resfriados y hablar de la vida y del mundo».No hay soluciones fáciles, claro, pero dar por hecho que la custodia la tiene que tener la madre es triplemente contraproducente: de-http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/separarse-los-hijos-1952363
saparece de la mayoría de los hogares la figura del padre, este no ejerce de padre ni tiene cuidado de las criaturas durante el día a día y la madre carga con toda la responsabilidad sola, viéndose así imposibilitada de poder rehacer su vida o realizarse profesionalmente, lo que la condena a hacer solo de madre. Por eso la postura más feminista posible y también la más humana sería promover todo lo contrario: custodia compartida por defecto y que solo en casos excepcionales fuera exclusiva de un solo progenitor.
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