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viernes, 29 de junio de 2012

Un divorcio que incide en el futuro de la CGT

Viernes, 29 de Junio, 2012
En la aturdida España de 1930, Ortega y Gasset razonó: no sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa. La sentencia calza con la confusa situación de la Argentina actual: con la pólvora mojada porqué la mayoría de los gremios de la CGT le dio la espalda a su paro nacional, el camionero Hugo Moyano ganó ayer la Plaza de Mayo, anteponiendo el desbroce de un proyecto propio (de Perón y Eva, resaltó), divorciado de las maneras "inconsultas" de Cristina Fernández, a un par de sentidos reclamos gremiales que la Presidenta sólo prevé conceder, en breve, a otra conducción sindical consustanciada con "el modelo".
Moyano tomó conciencia de su aislamiento (sus laderos Juan Carlos Schmid y Omar Plaini, brillaron por ausentes) y bajó la belicosidad: si bien no dejó de lado duros reproches a los Kirchner ("nos quieren hacer creer que son salvadores de la Patria", chicaneó y les endilgó enriquecimiento durante la dictadura), demandó "humildemente" poder dialogar con la "señora Presidente". También le subrayó que no quiere competir con ella y que no lo animan propósitos destituyentes: "Cristina no se va a ir hasta que no cumpla su mandato", señaló y aseguró que a pesar de que no pretende perpetuarse en el cargo, espera ser reelegido al frente de la central obrera dentro de dos semanas.
"Que Moyano se convierta en el principal opositor es muy bueno para el gobierno", reflexionó un funcionario K, atento al rechazo que genera en los sectores medios de la sociedad. Agregó que en los próximos días se cristalizará la división: el camionero quedará al frente de sindicatos vinculados a los servicios y Ricardo Pignanelli, de las automotrices, aglutinará a poderosos sindicatos que tienen las puertas abiertas de la Rosada, según reconoció ayer Gerardo Martínez, de la Uocra.
El desafío callejero de Moyano en las narices de Cristina (mientras ella desde San Luis exhortaba a debatir "unidos, sin agravios ni descalificaciones") tuvo un efecto menor al esperado. "Terminó más débil", evaluaron en el oficialismo, en tanto que el todavía pope cegetista planifica ir armando una estructura justicialista que tenga un correlato electoral.
Por eso, se arrogó la convocatoria exclusiva del acto y se diferenció, por caso, de la mesa de enlace agropecuaria que hizo hocicar a los Kirchner en el 2008. Además, mantuvo sus vínculos vagos, que tanto irritan a los ultra K, con el equilibrista gobernador de Bueno Aires, Daniel Scioli.
"No se va a pelear con Cristina, ni confrontar con Moyano", avisó a este diario un estrecho colaborador del siempre flotante Scioli. El aparente retroceso de Moyano, empero, no debería hacer subestimar su potencial de fuego: maneja el transporte carretero (y aeronáutico, a despecho de "la Cámpora"), y todavía le responden aliados de peso como el petrolero Guillermo Pereyra, el judicial Julio Piumato (su sector tiene los mejores salarios del país) y el jefe de los peones rurales, el duhaldista Gerónimo "Momo" Venegas.
http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=906729&idcat=9532&tipo=2

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