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miércoles, 27 de marzo de 2013

Alemania no quiere gastar más dinero en niños y ancianos: propone una red de voluntarios para cuidarlos

Miércoles, 27 de Marzo, 2013
- Alemania se hace alarmantemente vieja: pasará de 81 millones a menos de 70 en el año 2060.
- Los políticos dejan en manos del altruismo parte de la solución a este cambio demográfico.
Los jubilados alemanes, como estas berlinesas en clase de baile, se sienten diez años más jóvenes y dispuestos a adquirir un rol activo en la sociedad
Alemania pierde fuelle. No solo porque ahora también pese la amenaza de recesión sobre la súper potencia europea, sino porque se queda sin habitantes y sin trabajadores. De los 81-82 millones que conforman hoy la población germana, en menos de 50 años pasará a acoger solo a entre 65 y 70 millones, según las estimaciones oficiales.
A Alemania le faltan trabajadores ahora y en el futuro cercano. En la actualidad tiene 800.000 vacantes de empleos cualificados por cubrir, pero lo peor vendrá en 2030, cuando una ola de jubilaciones dejará al país con seis millones menos de trabajadores. Por entonces, un 29% de los alemanes serán mayores de 65 años y la tasa de natalidad está estancada desde los años 70 en menos de dos niños por mujer.
¿Cómo asegurar la calidad de vida de la envejecida población? ¿Cómo garantizar el cuidado que necesitarán los pocos niños que nacen (1,36 por mujer)? Y con todo ello: ¿cómo conservar la productividad? Estos son algunos de los problemas más importantes que se plantean ahora. Por eso el Gobierno de Angela Merkel ha promocionado un plan de contraataque ante este drástico cambio demográfico.
Gobierno central, estados federados y municipios se pusieron de acuerdo el pasado octubre en un programa inicial para abordar la situación. Entre las prioridades establecidas por consenso destacan en este contexto:
  • Reforzar la familia con una buena conciliación laboral
  • Vida independiente de los ancianos
  • Garantizar la calidad de vida

Sin presupuesto para combatir el cambio demográfico

Las diversas comisiones que trabajan en estos y otros problemas del envejecimiento de su población no disponen de presupuesto alguno para llevarlo a cabo. Ello a pesar de que es una problemática que ha movilizado a administraciones a todos los niveles para combatirla, y a pesar de que el Ministerio de Educación ha declarado 2013 como el “Año Científico para la Oportunidad Demográfica” en un intento de preparar a los alemanes para lo que se les viene encima.
Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina (se celebrarán en septiembre) y a la espera de las primeras conclusiones de los grupos de trabajo mixtos en mayo, Berlín no puede concretar cómo se desarrollará este plan. Gran parte de la solución recae, según las primeras discusiones, en un llamativo –aunque dudoso- plan: confiar en que una red de voluntarios proporcione diversos servicios sin coste adicional.
“Suponemos que el cuidado de los niños o ancianos en el vecindario, se haría de forma voluntaria, por ejemplo para hacerles la compra”, indica Marie-Luise Streeck, la jefa de división del cambio demográfico en el Ministerio del Interior, desde donde se coordina el plan. Así se ahorrarían plazas en residencias geriátricas y la falta de guarderías en gran parte del país dejaría de ser una preocupación.
“Tenemos objetivos confrontados”, explica Alwin Proost, jefe de la división “Cambio Demográfico” en el Ministerio para la Familia, Personas Mayores, Mujeres y Jóvenes. Elisabeth Winkelmeier-Becker del gobernante partido CDU y su representante en la comisión parlamentaria para la familia lo admite: “Entre los colegas de distintos partidos [en la Comisión] no hay tanto conflicto [para resolver el cambio demográfico], sino más con otros departamentos de otros ministerios donde tienen otros objetivos”.
Uno de los principales objetivos es reducir la deuda pública”, aclara Proost. Alemania no puede adquirir nuevas deudas a partir de 2016 a nivel central y a partir de 2020 a nivel federal.
Y añade que “el Gobierno no provee un paquete de soluciones para cada persona. La solución depende de los individuos y nosotros podemos apoyarles. Por eso los voluntarios juegan un papel tan importante”.

Más esperanzas que garantías para conseguir voluntarios

¿Alguna garantía de que vaya a haber suficientes voluntarios para cumplir esas funciones? No exactamente. Streeck justifica este plan solidario en la –según ella- arraigada cultura voluntariosa de Alemania, donde sí es cierto que servicios públicos como las brigadas anti incendios están compuestas por personas que ofrecen su tiempo libre a esta función.
Asegura también que varios estudios demuestran que los mayores de 65 años se sienten diez años más jóvenes y están dispuestos a adquirir un rol más activo en la sociedad. Y jubilados no le faltarán a Alemania en las próximas décadas (aunque se está elevando progresivamente la edad para el retiro laboral a los 67 años). La idea es darle la vuelta a la tortilla y aprovechar que la población mayor al fin y al cabo disfruta -cada vez más- de buena salud durante más tiempo.
(Puedes leer más sobre la lucha contra el cambio demográfico y la ‘operación inmigración’ de Alemania para cubrir sus bajas laborales AQUÍ).
Hannes Lauer cumple el perfil de jubilado esbozado por el programa que coordina Streeck. Lleva jubilado desde que cumpliera los 60 años y ahora, con 68, este capitán de barco lleva ocho años como voluntario en la Casa Creativa de Berlín, una suerte de centro cultural con una amplia y económica oferta de actividades, donde ofrece paseos a los niños en barco por los canales de la capital alemana.
Con una pensión de 1.250 euros netos al mes, no cree que el Gobierno pueda ayudarle cuando envejezca más allá de proporcionarle este dinero. Tampoco le interesa: “Quiero que me dejen tranquilo”.
Además, ya sabe que se mudará a casa de su nuera cuando ya no pueda defenderse por sí mismo, así que no tiene que plantearse los problemas que podrían ofrecerle la mudanza a una residencia o la búsqueda de ayuda en su hogar.



- El ambicioso plan contra el cambio demográfico carece de presupuesto alguno.
- Garantizar plazas de guardería para todo niño a partir del primer año de vida parece aún lejano.
La falta de guarderías para niños entre 1 y 3 años es un verdadero quebradero de cabeza en Alemania
Marie-Luise Streeck, la jefa de división del cambio demográfico en el Ministerio del Interior, reconoce que “uno de los grandes problemas” para afrontar el reto es que no existe un presupuesto extra para el plan contra el cambio demográfico. “Espero que todo el mundo se una y que esto sea una parte de la solución, por ejemplo con un sistema vecinal para cuidar de los niños o ayudar a las personas mayores”, dice la mujer tímidamente.
Sin embargo, el propio colega de Proost en el Ministerio de Familia dedicado especialmente a las necesidades de la tercera edad, Stephan Seidel, sabe que la solidaridad vecinal no se puede dar por hecha. Cuenta que sus ancianos padres –él con 80 años, ella con 75- quisieron poner un salvaescaleras pagándolo ellos mismos en el edificio donde vivían, “pero la comunidad de vecinos dijo que era demasiado feo y no querían esa pinta de edificio de viejos”. No les quedó más remedio que mudarse, con las dificultades físicas y psicológicas que conllevó renunciar a su hogar.
Aún así, está de acuerdo en el potencial de una comunidad vecinal solidaria. Muchos de quienes cuiden de los ancianos de forma altruista en el futuro próximo podrían ser los propios jubilados, que llegan cada vez en mejor estado de salud a los 65 años (o 67, con el cambio progresivo en la edad de jubilación). “El número de personas mayores que hacen voluntariado ha crecido fuertemente en los últimos diez años. Hoy son un 32% más que antes”, comenta Seidel.
Por otro lado, cree que las Administraciones deberían ayudar en la “conversión de los hogares enfocada a las personas mayores a larga escala, pero el Parlamento no aprobó el presupuesto [para ello]. El coste de vida en hogares de retiro es más barato que vivir en residencias de ancianos”. Normalmente basta con 10.000 a 12.000 euros para adaptar un piso para las necesidades de movilidades para las personas mayores. Si van en silla de ruedas, sería más caro, ejemplifica.
Comenta que hubo un programa de 80 millones de euros para préstamos y subsidios destinados a esto hasta 2011, “como parte del paquete anti crisis para estimular actividades en la construcción”. Ahora ya solo se mantienen los préstamos, aunque su Ministerio espera conseguir nuevos subsidios para el próximo año fiscal.

Los niños entre 1 y 3 años están desprotegidos

A pesar de la inyección de cualquier falta de dinero para el nuevo proyecto de cuidado de ancianos y niños, Proost –por su parte- destaca que en total –a nivel nacional y local- se destinan unos 200.000 millones al año “para ayudar a tener niños” en sanidad y educación, una cifra nada desdeñable si se compara con los presupuestos de Alemania a nivel central para 2013 de 302.000 millones.
Reconoce que el gran debate reside en qué hacer con los niños de 1 a 3 años. El motivo es sencillo: antes del primer año de edad, la Administración cuenta con que los pequeños se queden en casa, pues los padres obtienen en Alemania hasta 14 meses de permiso de paternidad/maternidad (con el 67% del salario después de las primeras semanas con el 100%) si ambos progenitores se toman el tiempo. También reciben 184 euros mensuales por niño. Además, a partir de los tres años, los pequeños pueden acceder sin mayor problema al nivel de educación infantil.
Sin embargo, la falta de guarderías para los niños entre 1 y 3 años es un verdadero quebradero de cabeza en todo el país. Tanto, que el gobierno federal ha establecido por ley el derecho a una plaza para todo niño de esa edad a partir del 1 de agosto de este año y ha proporcionado 4.000 millones de euros para crear las infraestructuras. “Pero los gobiernos locales no están preparados [y] nadie sabe si lo conseguiremos”, reconoce Proost a escasos seis meses de que se cumpla el plazo.
Si no lo consiguen, desde luego no parece haber otra solución que recurrir a los abuelos si los padres (mayoritariamente madres) quieren volver al mercado laboral, otra necesidad acuciante de Alemania para suplir las bajas de los crecientes jubilados y ayudar a pagar las pensiones.
¿Sueño o realidad? Las administraciones ya apuestan aquí por el potencial de los seis millones más de jóvenes jubilados que tendrá Alemania entre 2025 y 2030 para garantizar su estado de bienestar.
http://noticias.lainformacion.com/mundo/alemania-no-quiere-gastar-mas-dinero-en-ninos-y-ancianos-propone-una-red-de-voluntarios-para-cuidarlos-2_j1CvhN6VqRda2YArxs1HK1/

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