Una mujer mató a su amante de 8 puñaladas y le incendió la casa

Sábado, 17 de Agosto, 2013

Sucedió en la localidad bonaerense de Lima. Confesó y está presa.

Escenario. La casa del gendarme. El fuego rompió las ventanas del frente, cubiertas con colchones

Antes de morir, el gendarme hizo el amor con su asesina. Después, sólo fueron intentos por escapar a la seguidilla de puñaladas que ella, su concuñada, le daba con saña en todo el cuerpo. No pudo, y murió desangrado. Tras el crimen, la mujer prendió fuego la casa, ubicada en la calle 13 al 800 de la localidad de Lima, en la Provincia de Buenos Aires, y se fue.
La idea de confundir a los investigadores no llegó demasiado lejos, aunque al principio los bomberos informaron que el incendio fue consecuencia de un cortocircuito, ya que la esposa de la víctima dijo que su marido se había quedado reparando la instalación eléctrica cuando ella se fue a trabajar.
Sin embargo, horas después los forenses hicieron la autopsia del cuerpo de la víctima, que había sido hallado calcinado y desnudo sobre la cama matrimonial. Resultó que José Gerardo Barboza, 40 años, subcomandante de Gendarmería Nacional, había muerto el martes al mediodía como consecuencia de las ocho puñaladas que recibió con un cuchillo casero: una de ellas –la mortal– en el corazón, dos en el pulmón derecho, tres en el hígado, y dos en la pierna izquierda.
Los testimonios de algunos vecinos marcaron el nuevo rumbo de la investigación: dijeron que vieron salir apurada a la concuñada de la víctima, una mujer de 27 años que trabajaba en la casa de Barboza como niñera de su hijo, de 2 años (encontrado a salvo tras el incendio). Los vecinos contaron que, alertados por el humo, se encontraron con la mujer en el fondo de la casa y que ella les dijo que no había nadie y que se tenía que ir.
Cerca de la medianoche del martes, la Policía de Zárate allanó su casa. La mujer presentaba heridas cortantes en uno de sus muslos y en el dedo meñique de una mano. Ella explicó que eran producto de una caída en la moto ese mismo día, pero el ciclomotor no tenía marcas que supusieran un accidente. La Policía también encontró ropa recién lavada con restos de sangre y un pantalón con un corte de cuchillo en una pierna. En el baño había curitas y algodón con sangre.
El fiscal Martín Socca interrogó a la mujer, quien le confesó que con Barboza tenían una relación de “amantes” y que habían hecho el amor esa mañana. Quedó detenida. No se sabe qué motivó la furia que terminó en el asesinato.

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