Sábado, 23 de Octubre, 2010
"Divorcio tú me pides, divorcio te daré”. Así se titulaba un reportaje publicado en OPINIÓN a mediados del pasado año en el que, parafraseando la canción popular, se informaba sobre el elevado número de separaciones matrimoniales que se registraban en El Oro.
Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) correspondientes a 2009, dan cuenta de que la provincia, que contabilizó 1.021 divorcios en dicho periodo, lideró las tasas de rupturas conyugales del país.
En efecto, la tasa de El Oro se ubicó en 16,2 por diez mil habitantes, cuatro puntos porcentuales más que la media nacional y casi 7 más que la de la Costa. Azuay, con 15,2, ocupó la segunda posición. El índice más bajo correspondió a Los Ríos con 5,4.
En los primeros siete meses del año en curso, el Registro Civil de Machala reportó 827 matrimonios y 307 divorcios (el 37%).
De acuerdo con el último censo del INEC de 2001, la suma total de separados (12. 330) y divorciados (5327) ascendía en la provincia a 17.657.
Teniendo en cuenta que, según la misma fuente, la cifra de los unidos (80.689) y casados (127.265) era de 207.954, el porcentaje de los matrimonios fracasados se ubicaba en torno al 12%.
El censo de población y vivienda que se realizará el próximo mes de noviembre permitirá actualizar los datos, que hacen suponer una sustancial alza de separados y divorciados.
En el último decenio se reporta un progresivo incremento de los divorcios en Ecuador. De acuerdo con las cifras del INEC, en 2000 se reportaron 10796 y en 2009 ascendieron a 17117, que equivalen al 42% más.
La suma no se compagina con el número de las separaciones. A inicios del decenio se celebraron 74.875 matrimonios, mientras que en 2009 fueron 76.892, que suponen apenas dos mil más.
La tendencia al alza es global. En los últimos cinco años, el divorcio se ha incrementado en algo más de un 45%. En Europa, cada 33 segundos se rompe un matrimonio.
Sólo por citar algunos ejemplos, en Francia hay un fracaso por cada 2,5 bodas. El récord mundial lo ostentan los Estados Unidos, donde uno de cada dos matrimonios terminan en divorcio. Casi la mitad de las mujeres blancas, casadas a finales de los años 60, están divorciadas.
Las diferencias insuperables de caracteres que se agudizan en la convivencia diaria, los malos tratos - psicológicos y físicos-, las continuas desavenencias, la infidelidad y adulterio, constituyen las causas principales de las rupturas.
A estas y otras muchas, cabría agregar en el caso específico de El Oro la migración de una de las partes de la pareja que termina reemplazando, en su lugar de su nueva residencia, a su conviviente.
Tampoco se puede obviar la crisis económica que genera unos efectos perniciosos y disuelve poco a poco el amor, sofocado por las carencias y las penurias consecuentes de la falta de recursos.
Consecuencias
Las consecuencias son también suficientemente conocidas: depresión, ansiedad, sentimientos de soledad y hasta el suicidio tal como lo podemos comprobar en la crónica roja de los diarios locales.
Incluso, cuando la separación es de mutuo acuerdo y supone una liberación de las consecuencias del desamor, quedan los hijos que son, sin duda, los que más sufren por la ruptura de sus padres...
http://www.diariopinion.com/primeraPlana/verArticulo.php?id=70965
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