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domingo, 27 de noviembre de 2011

A salvo de cualquier recorte

Domingo, 27 de Noviembre, 2011
 
A las afueras de la ciudad de Alicante, sobre unos terrenos que lindan casi con Mutxamel, se levanta un enorme edificio de ladrillo rodeado de extensos y cuidados jardines. No muchos saben que en su interior viven niños muy pequeños y ancianos muy mayores. En él encuentran una segunda oportunidad. Unos para empezar la vida de mejor manera, y otros para vivir su última etapa más seguros, con menos incertidumbres. A ello se dedican los 270 trabajadores del Hogar Provincial, una institución dependiente de la Diputación considerada singular en la Comunidad Valenciana por sus particulares características y un modelo de funcionamiento que intenta acercarse lo más posible a lo que es un hogar.
«Hasta que no lo ves por dentro, no te haces una idea de lo que es esto», afirma el diputado responsable de la institución, Joaquín Ferrando. «El buen ambiente que en él se respira, la calidad en el servicio prestado, el calor humano y la relación abierta que existe entre los empleados y los internos, tanto niños como ancianos, no es habitual en otras residencias al uso. Es lo más parecido a una casa que se puede encontrar».
El Hogar Provincial funciona desde su actual ubicación desde el año 1978. Su origen se encuentra en el antiguo hogar de José Antonio, conocido también como la Beneficencia. La institución ha ido experimentando cambios a lo largo del tiempo para adaptarse a los avances en materia de política de protección social.
El actual modelo, en vigor desde el año 1996, se basa fundamentalmente en la atención a menores de entre 0 y 6 años procedentes de entornos sociales y familiares muy problemáticos, y de personas mayores con dificultades económicas o necesidades asistenciales que no cuentan con nadie que pueda hacerse cargo de ellos.
Según explica Mercedes Ribelles, gerente del Hogar Provincial, en materia de atención a la infancia, la institución lleva a cabo una triple actuación. Por un lado, es el único Centro de Recepción de Menores de la provincia. A él los traslada la policía como primera medida de urgencia cuando un niño sufre una situación de desatención debido, por ejemplo, a la detención policial de sus padres, un accidente, o cualquier circunstancia que lo deje desasistido y aconseje su acogida inmediata.
Una vez ingresado en el centro, la Conselleria de Bienestar Social, como administración competente en esta materia, estudia las circunstancias que rodean al menor y si existe o no un entorno familiar cercano que pueda hacerse responsable de su custodia. En el caso de que no concurran los suficientes elementos que garanticen su cuidado, se procede entonces a la declaración de desamparo, y su tutela pasa a la Conselleria.
El Hogar actúa también como Centro de Acogida, es decir, como residencia infantil para aquellos niños que se encuentran en situación legal de desamparo, bien por causas familiares muy graves, bien porque sus madres han renunciado a ellos tras el nacimiento. Estos menores viven en el Hogar hasta que se produce un acogimiento por parte de alguna familia. Suele ser un paso previo a la adopción, aunque no en todos los casos ésta se acaba produciendo. Hay otros centros de acogida en la provincia, pero, según Ribelles, «si los niños tienen menos de un año, o tienen alguna patología grave, normalmente nos los traen aquí por las características que reúne nuestro centro». El Hogar cuenta con 35 plazas para hacerse cargo de la guarda de niños desamparados.
El tercer recurso de atención a menores con el que cuenta este centro es una Escuela Infantil. Se encuentra dentro del recinto, y en la actualidad acuden un total de 160 niños de entre 1 y 6 años. De ellos, 14 son internos del Hogar, y el resto viene derivado por los centros sociales. Proceden fundamentalmente de la comarca de L'Alacantí.
Hasta allí acuden cada día en autobuses escolares, y gracias a ello tienen garantizada no sólo la educación, sino también cosas tan básicas como el desayuno, la comida y la merienda. Se trabaja con los niños de manera integral para atender todas sus necesidades, ya que gran parte de ellos viven en entornos donde sufren las consecuencias de la pobreza, el alcohol, las drogas, los malos tratos o la prostitución. De hecho, según Mercedes Ribelles, «muchos externos, al final, acaban siendo internos».
Personal muy vinculado
Entrar al área de maternal, donde se encuentran los niños de 0 a 18 meses, es como entrar en cualquier casa donde hay un bebé. Sólo que en lugar de uno, hay muchos y todo se multiplica. Las diferentes estancias están llenas de cunitas, carillones musicales, hamaquitas, peluches, pequeños triciclos, tronas, armarios con mucha ropa diminuta distribuida por edades, y decenas de cajitas de zapatos de tallas distintas. Pero sobre todo, hay muchas manos para dar biberones o papillas, cambiar pañales, sacarles a pasear por los jardines en carritos dobles, contarles cuentos, y acunarles a la hora de dormir. Parece una guardería, sólo que nadie viene a llevárselos a casa porque, mientras estén allí, esa es su casa. No lejos del área maternal viven los más mayores. Sus necesidades son diferentes a las que tienen los bebés. Duermen en habitaciones triples, tienen salas de juego, comedor y baños. Por todas partes hay lunas, estrellas, mariposas y hadas en las paredes o colgando del techo. En esta casa hay mucho espacio, mucha luz y protectores en muebles y puertas para evitar accidentes.
No hay nada en los pequeños residentes que, en apariencia, les haga diferentes. Son niños. Curiosos, movidos, de risa fácil y mirada directa. Lo que cada uno lleve dentro, sólo él y sus cuidadores lo saben.
El Hogar Provincial cuenta con un presupuesto anual que ronda los 11 millones de euros, sin contar lo que se destina a inversiones. El diputado responsable de la institución, Joaquín Ferrando, asegura que, a pesar de la crisis, el Hogar no se va a ver afectado por ninguna restricción. «Vamos a mantener el servicio tal y como se está prestando, con los mismos niveles de calidad, porque de lo contrario no sería el Hogar. Sería otra cosa». En su opinión, «el Hogar Provincial, como su nombre indica, es un hogar. Es lo que pretendemos y lo que identifica al centro. Y ese es el criterio que pretendemos mantener siempre».
Junto a la atención a mayores y menores, el Hogar Provincial ha ido añadiendo funciones a su cometido social. En esta línea, se abrió una residencia para universitarios y deportistas con el fin, por un lado, de apoyar la práctica del deporte entre los jóvenes y, por otro, de ayudar a estudiantes de baja renta y buen curriculum académico a cursar sus estudios en la Universidad. En la actualidad el Hogar acoge a 31 universitarios y 12 deportistas de toda la provincia.
En el Hogar, los niños son atendidos por pediatras, enfermeros, auxiliares de clínica, fisioterapeutas, trabajadores sociales, psicólogos, educadores y pedagogos, entre otros profesionales. Según Ribelles, los trabajadores que se ocupan de los niños tienen una vinculación muy fuerte con ellos.
 
 
http://www.lasprovincias.es/v/20111127/alicante/salvo-cualquier-recorte-20111127.html

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