Reunión de los lunes

Nos reunimos todos los lunes a las 20,30 horas en la C/Vinaroz nº31, entrada por C/Pradillo, MADRID ¡TE ESPERAMOS!

miércoles, 13 de junio de 2012

El traje del emperador o matar a un ruiseñor

Miércoles, 13 de Junio, 2012
VIERNES 4 DE MAYO DE 2012
Los elefantes ya no pertenecen al orden de los paquidermos, junto a los rinocerontes e hipopótamos, por su característica común Pachydermata (piel gruesa): los primeros son proboscídeos, perisodáctilos los siguientes y artiodáctilos los últimos. Como la especie humana, son clasificados sin que la etiqueta reporte ningún beneficio para su existencia.
Como la de muchas especies animales, la humana incluida, ¿estamos abocados a la extinción?
Las etiquetas es lo que tienen, dotan de determinadas características, ,dividen, separan en diferentes cotos de caza y convierten en piezas de diversión para los grandes manipuladores dueños de licencia permanente para cazar.
En España se llama Democracia, la globalización incorpora cláusulas en la licencia para que las presas se ubiquen en cualquier coto demográfico y las piezas, como los elefantes, pierdan su idiosincrasia adoptando un comportamiento diferente y molesto para cualquiera que no analice la causa.
Estudios recientes avisan de que los grandes proboscídeos atacan a rinocerontes, incluso intentan aparearse olvidando las costumbres y cualidades de estos grandes recordatorios de lo que la naturaleza fue en su origen. Vivían cuarenta o cincuenta años, el periodo de gestación de las hembras duraba veintidós meses, se apareaban cada cuatro años, las hembras cuidaban de las crías defendiéndolas de cualquier depredador con su propia vida mientras el macho responsable de ella se transformaba en una gran mole furiosa que la guardaba.
Su hábitat ha sido invadido por los grandes especuladores, terminando con la esperanza de que su especie se perpetúe. Tal vez la gran memoria de estos enormes mamíferos nos esté avisando con su comportamiento de que la extinción de cualquier especie no excluye la de otras y la nuestra de momento ha perdido los valores que nos elevan a humanos: la dignidad, el esfuerzo, el respeto, el altruismo sin institucionalizar y sobre todo la defensa de nuestras crías nos abocan, de desaparecer, a la extinción de la sociedad.
Una sociedad marcada con etiquetas que las leyes del estado del bienestar nos ponen como trampas en las que caemos como presas fáciles. La banca, los políticos responsables de la concesión del suelo o la publicidad orientada hacia el consumo; se han aprovechado de la Constitución convirtiendo los derechos que en ella se recogen en la trampa con la que nos cazan. Hipotecas, créditos fáciles, coches, moda, poder, apariencia, codicia, etc son los cartuchos con los que nos disparan y abaten.
Y cuando estamos en la red se permiten hacerse fotos con el trofeo.
Puede que la única opción que nos quede sea la de agitar las orejas para ventilarnos como los elefantes, rescatar la dignidad y, como en el cuento anónimo oriental, origen en Occidente de versiones como la de Hans Christian Andersen, "El traje nuevo del emperador" o el inefable Cervantes en "El retablo de las maravillas"; seamos capaces de proclamar la desnudez de la institución monárquica para que se vista de la ejemplaridad que nos pregona.
La Democracia y la libertad de expresión me permiten, sin que me haga sospechosa de ir en contra de la institución, reclamar como contribuyente que sostiene con mi esfuerzo todo lo creado por el Estado del Bienestar la repercusión positiva en el mio, sin tener que agradecer a cada persona que se mantiene gracias a la trampa social en la que nos han metido cualquier acto que represente bondad para la sociedad en la que vivo y en la que vivirán mis descendientes.
Porque yo, como los elefantes, defiendo mi hábitat aunque se me pueda disparar con plena licencia en un país en el que las leyes paren como las conejas y no precisamente para defensa del ciudadano: leyes que nos hacen formar un pasillo para que desfilen quienes las crean bajo palio, sin que gritemos la desnudez del personaje.
La Ley de Violencia de Género no tiene el consenso social que cualquiera debe tener, las leyes se crean por necesidad del pueblo para defender sus derechos; ésta es una clara violación de ellos, ofensiva y perjudicial para la igualdad, para la dignidad incluso de aquellas mujeres que no necesitamos la misandria para conquistarla, peligrosa para cualquier víctima, ataca la institución familiar cuya pérdida es la mayor garantía de la desintegración social.
La realeza vive lejos del pueblo y su realidad en un palacio con capacidad suficiente para que ambos cónyuges habiten plantas diferentes y puedan llevar una convivencia independiente y pacífica. Vidas separadas sin abandono del hogar ni pensión compensatoria, ya se la damos los españoles, incluida la pensión de vástagos y el derecho a manejar los fondos públicos como les venga en gana sin ápice de ejemplaridad, con la condición de que esos mismos súbditos no estigmaticemos a ningún miembro de esa monarquía tan democratizada y moderna en sus privilegios, que pasea sus mezquindades humanas escondiendo la claridad que cualquier institución debe a quienes la mantienen.
Señor rey, espero con todo el respeto del que en esta tesitura soy capaz, que baje a la tierra que pisamos los ciudadanos de a pie y contemple con el mismo prisma la situación en la que muchos hombres, sin palacio para compartir, viven su separación de esta hornada de diosas con precio a su gestación.
De los hijos de tales princesas de pueblo que bajo ningún concepto entienden lo que ha sido el verdadero feminismo. De madres a las que no se les resta puntos aunque su capacidad para conducir el vehículo de la maternidad, provoque accidentes con secuelas graves para toda la sociedad terminando con los valores que la hacen posible, en las generaciones de vástagos que la sufren actualmente.
Como los elefantes, tenemos memoria genética, si se ataca la información que llevamos implícita abandonamos la cacareada ejemplaridad y el convencimiento de que la justicia es igual para todos.
Le dejo una carta de Inmaculada Ocaña de Valdivia, presidenta de Avilegen, mujer como yo y muchas más, que reivindica la verdadera igualdad. Y de mi propia cosecha le recomiendo la lectura de Matar un ruiseñor; creo firmemente en la prioridad de los valores que resalta, también creo en la memoria de los elefantes.

Hay que modificar la Ley de Violencia de Género
Por Inmaculada Mª Ocaña de Valdivia
Presidente de AVILEGEM
Los recursos invertidos en juzgados de violencia de género, debían ir destinados a juzgados de familias. Sería conveniente la apertura de juzgados especializados en familia en los pueblos. Por falta de estos, se ven dilatados procedimientos de familia, lo que ocasiona perjuicios tan graves como puede ser que un menor no se relacione con normalidad con ambos progenitores.
El listado de hombres maltratadores con sentencias firmes, con las leyes como están redactadas, va a ser una lista sinfin. Ya que por La Ley de Violencia de Género, una simple discusión tiene la consideración de maltrato hacia la mujer y ocasiona sentencias totalmente desorbitadas e injustas.
Lo mismo que existe grados en cualquier tipo de delito, desde nuestro colectivo, se exige que en los casos de malos tratos también se considere esta graduación.
Intentamos desde nuestro colectivo, la corresponsabilidad de los progenitores en la crianza de los hijos en común. Estamos en contra de las leyes de género que sirven de herramienta a las mujeres que se encuentran en casos de separación o divorcio, para mantener alejados a los menores de sus padres.
Por todo lo anterior, pedimos que se modifique o se sustituya la ley de violencia de género, por otra de ámbito intrafamiliar. En donde ningún miembro de la familia se encuentre discriminado.
Por todo esto, creemos que las declaraciones de la candidata del PA a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Dña. Pilar González están totalmente fuera de lugar. Las mujeres de nuestro colectivo, no nos sentimos representadas por el actual movimiento feminista, en donde solo desean prebendas, tratándonos como si fuéramos un colectivo débil y desamparado. La custodia compartida es el mejor régimen para alcanzar la igualdad real y el más beneficioso para nuestros menores.
http://www.dtorrejon.es/articulo_c/general/2906/el-traje-del-emperador-o-matar-a-un-ruisenor

No hay comentarios: