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lunes, 18 de junio de 2012

ESTADISTICAS ESCALOFRIANTES

Lunes, 18 de Junio, 2012
Del libro de Pablo Mirell "El Hembrismo, sumidero de desdichas" se extractan conclusiones de diversos estudios, realizados fundamentalmente en el ámbito universitario.
los datos ofrecidos son escalofriantes, y cuestionan seriamente cualquier sistema legal que no propugne la realización de estudios similares que puedan servir de base a las leyes que se promulguen en el ámbito familiar en el futuro.
El doctor Jerome Shapirio, en su libro "The measure of man" (1993) llega a una conclusión de tremendo alcance: Para los hijos, no es tan dura la muerte del padre como su ausencia por separación. Los hijos varones (entre los que se realizó el estudio) cuyos padres (varones) murieron tienden a adaptarse mejor que aquellos cuyos padres faltan a consecuencia de una decisión como el divorcio.
"Un factor crítico en ello es que la madre puede tener recuerdos muy positivos de su esposo fallecido, y le hablará de él a sus hijos con frecuencia. Ello ayuda a crear una imagen simbólica positiva del padre que, parcialmente, compensa su ausencia física".


Londres (Reuters) - Los niños de padres divorciados sufren problemas a lo largo de toda su vida, tienen peor rendimiento escolar que los retoños de parejas que han permanecido juntas y muestran trastornos de comportamiento, según reportan el pasado Domingo científicos Británicos. Es una noticia emitida en Internet.

Martin Richards, del Centro de Investigación Familiar de la Universidad de Cambridge, dice que la edad de los niños en el momento de la separación de sus padres es un factor muy importante. Los más afectados son los que están entre los 12 y 15 años, así como los que están en edad preescolar (menos de seis años). Manifestó a la Sociedad Psicológica Británica que el divorcio trae muchos trastornos y alteraciones emocionales a los niños. Richards y sus colegas han basado su estudio en una muestra de 17000 niños Británicos, Estadounidenses y Neozelandeses nacidos en una semana específica de 1958:
  • Apreciaron que los niños de padres divorciados, por lo general, abandonan antes el hogar familiar y crean sus propias familias antes que los hijos de familias "intactas".
  • Las chicas de clase media son las más afectadas, según este estudio. Tenían un 45% de probabilidades de contraer matrimonio antes de los 20 años, mientras que las que proceden de hogares unidos sólo tienen un 15 % de posibilidades.
  • "Hay algo específico y especial sobre los divorcios", expresó en una reunión en Warwick. "La autoestima de los niños tiende a bajar".
Richards declaró que la mediación durante el divorcio y la asesoría infantil podría ser de gran ayuda.

Desde la Universidad de Stanford, Marty Dart escribe:
Tal vez si presionamos al Gobierno para que proteja los derechos de los padres además de los de las madres, que ya protege, más niños pueden beneficiarse de la especial relación de DOS padres que cuidan de ellos y están activamente involucrados en sus vidas. Veamos algunas estadísticas que muestran los efectos de la AUSENCIA del padre, tal y como se reflejan en casi el 22% de los hogares americanos en los que no hay padre.
  1. 63% de los suicidios juveniles proceden de hogares sin padre (fuente: Oficina del Censo US).
  2. 90 % de todos los niños vagabundos y sin hogar proceden de hogares sin padre.
  3. 85% de todos los niños que muestran desórdenes de comportamiento proceden de hogares sin padre (fuente: Centro de control de Salud).
  4. 80% de los violadores que actúan a consecuencia de rencor diferido proceden de hogares sin padre (Fuente: Justicia Criminal y Comportamiento, volumen 14)
  5. 71% de todos los fracasos universitarios vienen de hogares sin padre (Fuente: Informe sobre Universidades de la Asociación nacional de Rectores).
  6. 70% de los jóvenes en instituciones estatales proceden de hogares sin padre (Fuente: Departamento de Justicia, Informe especial de Sept. 1988)
  7. 85% de todos los jóvenes que cumplen condena en prisión crecieron en hogares sin padre. Fuente: (Texas Dept. de reinserción, 1992).
Estas estadísticas implican que los niños que proceden de hogares sin padre tienen:
  • 5 veces más probabilidades de suicidarse.
  • 32 veces más probabilidades de escapar de casa.
  • 20 veces más probabilidades de tener trastornos de comportamiento.
  • 14 veces más probabilidades de cometer violaciones (esto en caso de chicos, claro está).
  • 9 veces más probabilidades de abandonar los estudios universitarios.
  • 10 veces más probabilidades de abusar de las drogas.
  • 9 veces más probabilidades de acabar en una institución estatal
  • 20 veces más probabilidades de acabar en prisión.
La señora Goodmans intenta apoyar las leyes que mejorarían las condiciones de vida de los niños de nuestro país. Los hechos concluyen que lo que los niños necesitan es un padre en sus vidas, además de la madre. Tal vez si la energía de esta empresa se dirigiera a educar a los juzgados de familia que conceden la custodia a la madre en más de un 90% de los casos, podríamos ver mejorar los resultados que la señora Goodmans pretende.


...Otros datos pueden completar esta información. Por ejemplo, Barbara Whitehead, en Atlantic Monthly Vol 271, de Abril de 1993, manifiesta:
Los niños que están bajo la custodia de un sólo cónyuge están más expuestos a daños físicos y a raptos por parte de sus padres. ¿Y a quién puede extrañarle?
Y continua:
Los estudios más clásicos encuentran que el efecto de un divorcio es menor en niñas que en niños. Los más recientes, por el contrario, demuestran que esto se debía a que los efectos latentes pueden permanecer ocultos durante años y aflorar sólo en la post adolescencia en el caso de las chicas. Según lo cual, las hijas de padres separados tienen:
  • 53% más probabilidades de casarse en edad adolescente.
  • 111% más probabilidades de tener niños en la adolescencia.
  • 164% más probabilidades de ser madres solteras.
  • 92% más de probabilidades de divorciarse en caso de casarse.


Otros estudios son más específicos en los efectos puramente psicológicos de los niños que viven estas circunstancias.
He aquí algunos de dichos efectos asociados a desplazar al padre a la posición de mero visitante en la vida del niño:
"Basado en nuestra experiencia clínica con niñas en edad de latencia y adolescencia cuyos padres se divorciaron durante los años de Edipo, postulamos que hay patrones comunes que emergen en respuesta a la ausencia del padre, que pueden complicar la consolidación de la identificación positiva femenina en muchas niñas, lo que es observable en los años de la latencia.

1. Existe ansiedad causada por la separación.
2. Existe alternancia entre el reconocimiento y la negación de sentimientos asociados a la pérdida del padre.
3. Existe una identificación con el objeto perdido
4. Existe un deseo objetivo de varón.


Un estudio anterior de Kalter y Rembar (Universidad de Michigan) muestran tres problemas concurrentes:
  • 67% de niñas con problemas psicológicos (definidos como ansiedad, tristeza, melancolía prolongada, fobias y depresión)
  • 56% con notas mediocres, substancialmente por debajo de su talento o su rendimiento anterior.
  • 43% de agresividad hacia los padres.
En el subgrupo de niñas en edad de latencia, el orden de los resultados era el mismo y sólo los porcentajes variaban en no más de 5 puntos porcentuales por debajo de los expuestos.
En suma, un 30% de las niñas del presente estudio han experimentado un marcado descenso en su rendimiento académico tras la separación, factor que continuaba siendo evidente tres años después de que esta tuviera lugar.

"El factor preventivo más eficaz es el acceso a ambos padres, asociado a la buena reacción académica apreciada en éstos casos. Adicionalmente, los datos revelan que los progenitores sin custodia (normalmente los padres) eran muy influyentes en el desarrollo de sus niños. Estos datos también apoyan la tesis de que cuanto más tiempo pase el niño junto al progenitor que no detenta su custodia, mejor será la readaptación global del niño".
Del estudio observaciones clínicas sobre las interferencias de la ausencia del padre en edad temprana en la consecución de la feminidad (Lohr, Mendell y Riemer - 1989)



Otro estudio, de Rynard, publicado en el periódico de la Asociación Científica Americana de Ortopsiquiatría, en 1990 se ratifica en cuanto a los efectos continuados y diferidos de una separación en las niñas.
En tanto que en su mayoría los adolescentes de hogares recién deshechos resultaron más afectados por el divorcio de sus padres, hay evidencias de que existen efectos a largo plazo procedentes de rupturas anteriores. Muchachas Adolescentes que han experimentado el divorcio de sus padres cuando tenían menos de seis años o entre seis y nueve años muestran tener problemas de alcohol o drogas en proporciones mayores a las de las chicas procedentes de hogares íntegros. Además, en aquellas cuya experiencia del divorcio de los padres tuvo lugar antes de los seis años, era mucho mayor la tasa de absentismo familiar que en los casos de niñas procedentes de hogares íntegros o de aquellas cuyos padres se separaron cuando ellas contaban entre seis y nueve años.


Un artículo de Octubre de 1990 publicado por la misma revista científica y firmado por Frost y Pakiz añade:
En muestras estadísticas de mujeres adolescentes y adultas, el divorcio de los padres ha sido asociado con una menor autoestima, mayor precocidad sexual y actividad sexual, mayor comportamiento asimilable al delictivo y mayor dificultad a la hora de establecer relaciones heterosexuales gratificantes y estables en la edad adulta. Es especialmente destacable apreciar que en estos estudios el divorcio tuvo lugar años antes de observar ninguna anomalía en el comportamiento.
En el momento de la separación, cuando el padre (normalmente) se ve obligado a dejar el hogar familiar y pierde progresivamente involucración con sus hijos en los años subsiguientes, parece que es cuando las chicas experimentan la pérdida emocional del padre egocéntricamente manifestada como una rechazo de él hacia ellas. Siendo más común entre edades preescolares y los primeros años de la elemental, hemos observado este fenómeno en los años posteriores de la escuela elemental y en adolescentes jóvenes. En este caso, la continua falta de involucración se interpreta como un rechazo continuo por parte del padre. Muchas niñas atribuyen este rechazo a no sentirse suficientemente guapas, cariñosas, atléticas o inteligentes como para complacer al padre e interesarle en mantener contactos frecuentes y regulares.
Finalmente, aquellas niñas cuyos padres se divorcian pueden crecer sin la experiencia diaria de interactuar con un hombre que es atento, solícito y cariñoso. El sentimiento continuo de ser evaluada y amada como mujer es un elemento especialmente determinante en el desarrollo de la convicción de que una es, en efecto, una mujer digna de apreciación y amor. Sin esta fuente constante de alimentación, el sentimiento de una niña de ser valorada como mujer no parece cuajar.



Aún más: Rebeca Drill, de la universidad de Harvard, escribe:
Dado que el divorcio es un proceso, y no un acontecimiento aislado, sus efectos pueden ser acumulativos, por lo que la intervención temprana es por tanto beneficiosa.
La involucración continua del padre que no ostenta la custodia en la vida del niño resulta crucial a la hora de evitar un intenso sentimiento de pérdida en el niño… La importancia de la relación con el padre que no custodia puede tener también implicaciones para aspectos legales de la custodia y el régimen de visitas. Los resultados de este estudio indican que los acuerdos en los que ambos padres están igualmente involucrados con el niño son los óptimos. Cuando este tipo de acuerdos no son posibles, la relación continua del niño con el padre que no custodia continua siendo esencial.



Otros estudios son coincidentes en estas apreciaciones, particularmente las vinculadas a la pérdida de autoestima del niño en casos de extrañamiento del padre.
Un monográfico de la doctora Joan Kelly, concluye:
Las mismas teorías del desarrollo y las relaciones ya deberían habernos alertado a los profesionales de la salud mental sobre el potencial inmediato y las consecuencias de largo alcance que tiene para un niño el hecho de ver a su padre solo cuatro días al mes. Y no obstante, hasta hace poco, no había ningún estímulo específico para considerar acuerdos post-divorcio que contemplaran esta realidad, a pesar de la evidencia creciente de que las relaciones tras el divorcio no eran lo suficientemente satisfactorias o estabilizantes para muchos niños y padres.
Hay también evidencias de que en nuestros esfuerzos bienintencionados de salvar a los niños de la ansiedad y la confusión durante el periodo inmediatamente posterior a la separación, y mediante las leyes que regulan los conflictos de divorcio, hemos creado la base de síntomas más ominosos aún de ira, depresión y un profundo sentimiento de pérdida al privar al niño de la oportunidad de mantener una relación plena con cada padre.


UNAS CONCLUSIONES "PRESTADAS".

Para terminar, transcribo fragmentos de una conferencia que, sobre estos temas, pronunció el Gobernador Wilson, de Georgia, sobre las raíces de la delincuencia y el deterioro social:
… "Si preguntan a un hombre por qué trabaja, él sacará su cartera y les enseñará las fotos de su familia. Esta motivación se ha debilitado incluso para aquel 50% de la población que aún conservan intactas sus familias. Los varones han perdido confianza en que la sociedad les quiera más como cabezas de familia que como proveedores de sus ex-familias. Esto es lo que oyen muchos hombres cuando escuchan al presidente Clinton decir: "Os encontraremos, y os haremos pagar".
A muchos hombres aún les gustaría ser padres, pero nuestra sociedad les está dando escasas seguridades de poder tener familias, de que podrán extender sus cheques para proveer para sus familias en lugar de subsidiar a ex-esposas y pagar otras cosas como jueces y burócratas.
Un juez tratará un caso de divorcio por la mañana y pondrá a los niños bajo la custodia de la madre. Tratará un caso criminal por la tarde y enviará a un hombre a prisión por robar una tienda de bebidas alcohólicas. Las probabilidades son del 75 % de que el criminal que acaba de enviar a prisión creciera en un hogar cuya custodia correspondía en exclusiva a una mujer, justo el tipo de hogar que él ha creado por la mañana cuando sentenció el caso de divorcio. Y no alcanzará a ver ninguna relación entre los dos casos, a causa de la diferencia de tiempo entre la causa y los efectos. Los niños que ha colocado bajo la custodia de la mujer tal vez fueran bebés que no han robado aún una tienda de bebidas o tenido hijos ilegítimos… pero ellos crecerán, y se convertirán en adolescentes, chicos capaces de cometer crímenes de violencia, chicas capaces de tener hijos ilegítimos (…)
(…) Lo que contaba era el tremendo aumento de divorcios y de hijos ilegítimos hacia mitad de los sesenta, unido al sesgo anti- varones de los juzgados de familia, que transformaban de un plumazo hogares con un cabeza de familia varón en hogares con una cabeza de familia mujer. Los juzgados que colocaban a los niños en esta situación esperaban poder obligar a los padres a quienes habían exiliado a subsidiar la familia que ellos mismos habían destruido, pagar por criar a sus hijos en hogares dirigidos por mujeres, en los que ellos sufrirían probablemente más abusos, negligencias, y confusión social y sexual. Y además, les encantaría poder culpar a los padres de su propia inepcia a la hora de crear una alternativa a la familia.
El sistema del bienestar es igualmente responsable de subsidiar (y por tanto de crear) hogares con mujeres como cabeza de familia. Al igual que los juzgados de familia, los burócratas del bienestar quisieran hacer que los padres biológicos pagaran. Fracasaron en comprender lo que Margaret Mead explicó, que ser padre no es un asunto biológico, sino una creación social. Si estos padres exclusivamente biológicos tienen que pagar, también deben convertirse (o se les debe permitir continuar siendo) padres reales, en el sentido que habla Mead, hombres con un rol igual al que les ha sido arrebatado a los ex-maridos por el juez que sentenció su divorcio: necesitan una motivación más válida que el "os encontraremos y os haremos pagar".
Esta última motivación es evidentísimo que no puede hacer padres de verdad. Los padres de verdad requieren ser creados, como dice Mead, por la sociedad. Nuestra sociedad está haciendo lo contrario —destruyendo millones de padres a través de los juzgados de familia y el sistema de bienestar. (…) La debilidad biológica del rol de padre no es razón para arrojarlos fuera de la familia, sino para reforzar su rol en ella.
http://www.reocities.com/apinpach/estudios/estadescal.htm

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