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martes, 7 de agosto de 2012

DIALÉCTICA DE LA FEMINISTA TORTURADORA Y LA MUJER TORTURADA

Martes, 7 de Agosto, 2012
En el pasado mes de abril se celebró un juicio de notable significación, lo que explica que fuese ocultado por casi todos los medios de comunicación.
En él fue juzgada Tania R., mujer policía integrante de los Mossos d’Esquadra, por haber “abofeteado” en 2007 a Elena P. (una inmigrante) mientras ésta estaba detenida en la comisaria de ese cuerpo policial de Les Corts, Barcelona. El tribunal reduce la tortura a que fue sometida Elena por la agente Tania, en presencia de al menos otra mujer policía, al susodicho “bofetón”, aunque leyendo la documentación con detalle se averigua que hubo más, mucho más. No hay que olvidar que los torturadores del franquismo, cuando alguien les reprochaba su miserable y cobarde proceder, siempre lo justificaban, con su chulería habitual, alegando que se habían limitado a dar “unas bofetadas”, eufemismo que ocultaba los peores excesos policiales.
El tribunal condenó a la policía Tania a una multa de 450 euros por “maltratar” a la detenida Elena, inmigrante.
No sabemos cuál es la ideología personal de la “mossa” torturadora, sí sabemos que forma parte del Estado policial-militar feminista. Por tanto, sea cual sean sus ideas (suponiendo que tenga algunas), Tania R. forma parte de un aparato de dominación y fuerza que es feminista desde que con la Ley de Violencia de Género, 2004, el mismo decidió que los derechos de la mujer serían especialmente “protegidos”, que habría desigualdad jurídica a favor de aquélla[1] y que el Estado realizaría la “discriminación positiva” de las féminas, para supuestamente preservarlas de su enemigo ancestral, el varón de las clases populares, presentado como violador, maltratador y asesino connatural de las mujeres. Así pues Tania es feminista en tanto que funcionaria armada del Estado español, sección policía autonómica catalana[2].
Ahora comprobamos que ese aparato de violencia institucional pretendidamente dirigido a “proteger” a las mujeres se vuelve contra éstas, no sólo en el caso citado, que por una suma extraordinaria de casualidades pudo saltar el silencio institucional y ser conocido, sino en los muchísimos que todos los años acontecen, decenas de miles, pero que quedan en la sombra, en los que se da siempre el mismo esquema: mujeres policías, por tanto feministas, vejan, atropellan y torturan a mujeres detenidas. Lo cierto es que se amontonan los sucesos de esta índole. En 2008 cuatro agente de los Mossos fueron condenados a fuertes penas de prisión por torturar (la sentencia utiliza tal vocablo en esta ocasión) a una mujer inmigrante, embarazada además, y a su pareja dos años antes. Sabemos que por cada caso de torturas que trasciende a la opinión pública hay cien, o acaso mil, que quedan ocultos.
Vale decir: mujeres contra mujeres, unas como victimarias y las otras como víctimas, todo ello con el más decidido apoyo del feminismo mega-subvencionado, que como es natural no dice una palabra en contra de este tipo de violencia contra las mujeres, dado que es financiado desde arriba para promoverla.
También interesante, para comprender qué es realmente el feminismo, ha sido la represión del Movimiento 15-M en Madrid los días 12 a 15 de mayo de 2012. Hubo en total 29 detenidos y numerosos apaleados, entre ellos mujeres, agredidas igual que los varones: en este caso no hubo “discriminación positiva” sino igualdad rigurosa… Pues bien el aparato represivo operó a las órdenes de la delegada del gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, la cual lleva ya meses manifestando un talante totalitario y atrabiliario propio de los peores cancerberos del franquismo, por ejemplo, con su persecución del movimiento “Yo no pago” (contra la subida del transporte público), al que logró destruir a base de detenciones y palizas.
Esta funcionaria del Estado policial-militar feminista tiene a sus órdenes miles de policías y los usa con un sadismo peculiar, cuya génesis se ha de buscar en el odio sexista que el feminismo inculca a ciertos sectores de mujeres, para hacer de ellas un constituyente hiper-activo de los cuerpos policiales, y del ejército.
Cristina Cifuentes no es la única feminista sádica que manda y maneja los cuerpos represivos. Recordemos a Paula Sánchez de León, delegada del gobierno en Valencia, responsable en febrero de 2012 de haber ordenado la represión violentísima de las movilizaciones estudiantiles en esa ciudad, lo que ocasionó un gran movimiento popular de repulsa que hizo retroceder al aparato represivo y a su vesánica jefa.
Un caso todavía más significativo es el de Laura Gómez, luchadora libertaria detenida y encarcelada en relación con la llamada huelga general del 29-M en Barcelona. Con Laura el aparato policial y judicial del Estado feminista se ensañó particularmente, buscando escarmentar a las mujeres insurgentes en las fábricas y empresas (el feminismo arguye que el capitalismo y el trabajo asalariado “liberan” a las mujeres…). Sólo la movilización popular a favor de esta fortísima y valerosa mujer frustró la operación de castigo del feminismo institucional, de porra y pistola, con la particularidad de que en dicha movilización actuaron conjuntamente hombres y mujeres. Por tanto, en este caso, el feminismo, lejos de “proteger” a Laura, ha sido su verdugo, y los varones, en vez de maltratar y violar a Laura conforme a la retórica feminista, han sido sus fraternales compañeros, que la han apoyado y asistido en un episodio crítico de su existencia.
El feminismo hoy es una de las caretas de que se vale el aparato policía-militar español para operar. Está al servicio del ejército y la policía, y una de sus principales preocupaciones es crear mujeres tan imbuidas de odio al varón que sólo tengan como actividad psíquica el acto de odiar en general, a todos, a todas y a todo, pues únicamente así serán buenas policías y buenas soldados, aptas para encarcelar, torturar y asesinar a quienes se les ordene. No es casual que Carme Chacón, feminista confesa, fuese ministra de Defensa con el gobierno de la izquierda, siendo la principal responsable institucional de la participación de España en la guerra de Libia en 2011[3]. Dicho con crudeza: una feminista ha dirigido al ejército español en una guerra injusta y genocida, ejército que a día de hoy, y según datos oficiales, tiene 16.000 mujeres soldado (15% del total), una porción de ellas como oficiales, jefes y altos mandos.
La feminización del ejército y la policía refuta las mentiras y atrocidades inventadas por el feminismo para dividir y enfrentar a mujeres y hombres.
Refiriéndonos a Libia, no es posible olvidar a la general de las tropas de la OTAN que dirigió las operaciones de esa guerra, Margaret Woodwart, otro engendro creado por el feminismo, siempre militarista y por tanto de extrema derecha. El discurso del odio androfóbico feminista está creando un número que se incrementa con rapidez de mujeres deshumanizadas, dotadas de una aterradora ferocidad, falta de respeto por los seres humanos y particular capacidad para agredir a otras mujeres (y, por supuesto, a los varones). Eso ya se observó hace unos años en el caso de las mujeres soldado torturadoras de la prisión de Abu Ghraib, pero con el paso de los días su número crece de un modo exponencial.
Toda ideología del odio extremo y obsesivo lleva directamente, más tarde o más temprano, a las torturas a gran escala, a los asesinatos en masa y al genocidio. Eso quedó claro en el caso del nazismo, y lo mismo está pasando con la otra gran ideología del odio de la contemporaneidad, el feminismo. La mente humana, desquiciada por el acto de odiar minuto a minuto y con la máxima intensidad, impuesto desde el poder, pierde toda noción de respeto, compasión y piedad, haciendo apto al sujeto -da igual su sexo- para perpetrar todo tipo de atrocidades y crímenes. Cuando el feminismo culpa a los hombres de todos los males de las mujeres, en vez de señalar a la verdadera causa del patriarcado y el neo-patriarcado, el Estado (con la ayuda de su retoño, el capital), está convirtiendo las relaciones entre los sexos en un ejercicio diario del odio y el enfrentamiento, en el cual se forma el tipo perfecto de mujer policía y mujer soldado que el aparato militar-policial necesita imperiosamente, dadas las condiciones políticas actuales, del país y mundiales.
Una derivación de eso es la dialéctica de la feminista torturadora y la mujer torturada antes descrita, que es la nueva versión de la vieja dialéctica del amo y el esclavo, convertida ahora en la del ama y la esclava. En efecto, el Estado policial-militar feminista afila el cuchillo para, cuando se den las circunstancias, meter en cintura a las mujeres rebeldes y resistentes de una vez por todas. Se equivocan quienes crean que sólo los varones serán reprimidos: ahí está el caso de Laura Gómez para dar el mentís a tal opinión. No, el aparato policial que se está montando a la sombra de la Ley de Violencia de Género y con las bendiciones del feminismo en un momento dado se volverá contra las mujeres (en realidad, ya lo está haciendo), que son en verdad su principal blanco estratégico.
El capitalismo occidental, para superar su actual crisis, necesita “disciplinar” a las mujeres. A éstas las destina a jornadas interminables de trabajo, igual que sucedió en la revolución industrial, por salarios miserables, con violaciones en masa y violencia física en las fábricas y empresas, según el modelo chino comunista. Para que se centren en la producción sin atender a nada más, les prohíbe el sexo heterosexual (a la vez que les impone el lesbianismo), el amor y la maternidad, y las enfrentan con los varones.
Dado que necesita mujeres para el aparato policial y militar (unas 800.00 chicas jóvenes serán llamadas a filas en caso de movilización general por el ejército español), las desquicia y enloquece con el discurso del odio sexista, haciéndolas mentalmente apropiadas para la función bélica[4]. Por eso en algunos cuarteles, desde hace años, se celebra el día 8 de marzo. Eso significa que el ejército español es ya feminista, por tanto anti-femenino y feminicida.
El futuro de las mujeres de las clases populares está lleno de sombras e incertidumbres de lo más inquietantes. Cuando se vuelva del todo contra ellas el aterrador poder militar y policial que se está construyendo, en buena medida con el pretexto de “protegerlas”, su existencia se convertirá en un infierno. Eso puede acontecer en unos años, dada la velocidad con que progresa la crisis general del capitalismo occidental, en especial del español. No hay que olvidar que tras el feminismo está Simone de Beauvoir, una de sus principales ideólogas, y tras ella se encuentra Sade, al que aquélla adoraba. Pues bien Sade es el teórico de la tortura y asesinato a gran escala de mujeres: tal es el programa secreto del feminismo, que realizará en cuanto la crisis social alcance un determinado grado de intensidad. La biblia del feminismo fascista y exterminacionista, el “Manifiesto SCUM”, amenaza con la aniquilación a las mujeres que no admitan el programa de terror a gran escala contra las clases populares que aquél preconiza en nombre de la “liberación de la mujer”.
Por tanto, las torturas que la policía Tania sometió a la mujer Elena en 2007 se convertirán a la vuelta de unos pocos años en violencia a gran escala y sistemática de las policías feministas contra las mujeres revolucionarias, hostiles al neo-patriarcado, al capitalismo y al Estado policial-militar feminista. El caso de Laura Gómez lo anuncia.
Un dato más. Cierta prensa ha informado en mayo de 2012 que el aparato policial español controla por medio de Internet a unas 3.000 personas consideradas “subversivas”, a las que se somete a una cuidadosa y continua supervisión represiva. Pues bien, el 20% de ellas, esto es, una 600, son mujeres, de manera que la policía que tiene como misión “la protección” de las féminas en realidad se concentra en vigilar, acosar e intimidar a 600 mujeres. Sobre todo esto el feminismo nada dice pues, como es sabido, según él el Estado tiene todos los derechos sobre las mujeres, al ser su amo absoluto, incluido el de violentarlas. Según aquél sólo los varones de las clases populares son “agresores” de las mujeres mientras que los varones en uniforme, los jueces, los politicastros profesionales, los jefes militares, los gurús mediáticos y, por supuesto, los banqueros y oligarcas[5], son sus “protectores”…
Todavía es posible parar y vencer al feminismo, que es uno de los componentes del fascismo del futuro, además de ser ya la religión política más agresiva y temida, al ser la más sostenida por el par Estado-capital, que invierte en ella miles de millones de euros cada año. Aún puede ser desenmascarado y rechazado, con una estrategia de liberación integral de las mujeres y revolución integral, contra el Estado-capital para crear una sociedad libre, autogobernada por asambleas y autogestionada, sin patriarcado ni neo-patriarcado. Pero si ya ahora, sin esperar más, no se inicia la lucha contra las nuevas formas de ideología y política de extrema derecha, que denuncio en el libro “Crisis y utopía en el siglo XXI”, estaremos perdidos, las mujeres y los hombres.
El fascismo del futuro inmediato será feminista.
Quienes callan ante esta nueva forma de extrema derecha policiaca y militarista que es el feminismo, quienes por cobardía no se atreven a realizar su denuncia están cavando su propia tumba, pues el nuevo fascismo feminista les arrollará.
A las y los pusilánimes y encogidos, a las y los buenrrollistas y buenistas, les doy un consejo: no os dejéis dominar por el pánico a las religiones políticas, pues como podéis observar yo las denuncio a lo grande y aquí estoy. El feminismo se está desenmascarando, ahora podemos destruirle. Cada día que pasa es, tendencialmente, más débil. Unidos los hombres y las mujeres contra el feminismo y el machismo, contra el Estado y el capital, contra la policía y el ejército, contra el patriarcado y el neopatriarcado, venceremos.
Ahora, Hay que hacerlo ahora.
¿Tendremos que esperar a que una o varias policías feministas asesinen a una mujer, para que quienes están aterrorizados por el feminismo en tanto que religión política se atrevan a denunciar lo que está pasando? De ser así, por desgracia, eso no tardará en suceder. Veremos si entonces las y los espantadizos y sin cerebro que ahora miran para otro lado y guardar silencio se atreven a decir y hacer algo.
[1] Tal Ley, al considerar a la mujer preferible al varón a efectos legales niega el contenido del artículo 14 de la Constitución, que prohíbe la discriminación “por razón de nacimiento, raza, sexo religión, opinión o cualquier otra condición”. Aquélla norma divide al pueblo en dos sectores, el femenino, a “proteger”, y el masculino, agresor innato y sempiterno culpable, al que el poder policial, judicial y carcelario del Estado debe reprimir. Las mujeres, al ser especialmente “protegidas”, quedan equiparadas a los menores de edad, en lo que se manifiesta el tosco neo-machismo de dicha legislación, impulsada por el feminismo. Si en el viejo patriarcado era el marido quien “protegía” a la mujer por imposición del Estado, ahora es el Estado directamente el que se encarga de tan vil tarea, pensada para destruir la dignidad, imagen pública, autonomía y confianza en sí mismas de las mujeres. Éste se ha convertido en el nuevo “pater familias” y la mujer en la nueva “protegida”, o sujeto inferior constitutivamente incapaz de cuidar de sí misma, situación que incluso ha empeorado con la creación del Ministerio de Igualdad en 2007, cuya creación expresa la consolidación del actual Estado al servicio del capitalismo como Estado feminista. Lo expuesto muestra además que el feminismo es ahora la peor forma de machismo.
[2] El feminismo inspirador de la Ley de Violencia de Género y a quien la promulgó y ahora la impone, el Estado español policial-militar feminista, nada quiere oír de qué son en la realidad los cuerpos policiales encargados de “proteger” a las mujeres. Un folleto, anónimo aunque de orientación anarquista, que denuncia las atrocidades de los Mossos y los otros cuerpos represivos en Cataluña, “Una feina qualsevol. Reflexions al voltant de la policía democràtica”, gener 2012, aporta información de casos concretos en los que personas determinadas han sido atropelladas y vejadas (en alguna ocasión, y según dicho folleto, asesinadas) por la policía autonómica, en la cual las feministas son ya una notable porción de la plantilla. Dicho de otro modo: las mujeres son “protegidas” por un aparato que hace del terror indiscriminado contra varones y mujeres, por motivos políticos, sociales, raciales, etc., su principal razón de existir. Esa fábula, ridícula y trágica al mismo tiempo, sitúa al feminismo al lado de la extrema derecha para la cual toda la violencia policial es poca. De ahí que el feminismo no deje de exigir más y más policía, más y más cárceles, igual que los grupos neo-nazis. Desde luego, sostener que en la comisaria de los Mossos de Les Corts de Barcelona, siniestro lugar donde suceden todos los días cosas terribles, se “protege” a las mujeres es algo infame e intolerable.
[3] El PSOE, al ser desde la Transición del franquismo a la dictadura parlamentaria el principal partido de la burguesía, del Estado y de la reacción, continuador y heredero del Movimiento Nacional franquista en lo sustantivo, es asimismo el principal partido feminista. El PSOE en el gobierno es quien ha dado un impulso colosal al militarismo. Fue el gobierno de la izquierda, del PSOE, quien inició las intervenciones militares españolas en el exterior, con el cuerpo expedicionario que envió a Bosnia en los años 90 del siglo pasado. Luego siguieron muchas otras, hasta la participación española en la guerra de Libia. Pues bien, el PSOE es al mismo tiempo el principal partido militarista y el principal partido feminista, lo que no tiene nada de casual. Por eso hizo por primera vez a una feminista ministra de Defensa, para unificar militarismo y feminismo de un modo visual, obvio.
[4] Esto se hace con panfletos neo-nazis como “Diccionario ideológico feminista”, de Victoria Sau, que aplica la epistemología nacional-socialista a la cuestión de la mujer, o como los diversos escritos de Miguel Lorente Acosta, ese gánster intelectual que fue delegado del gobierno para la violencia de género con el gobierno de Zapatero, planificador de las más atroces operaciones de ingeniería social, las peores de ellas relacionados con la promoción del odio y el enfrentamiento entre hombres y mujeres para reforzar el poder del capital y el Estado.
[5] En el momento de escribir estas líneas llegan noticias de que el Ana Mato, ministra de Sanidad y Servicios Sociales, está negociando con 20 multinacionales que cotizan en bolsa en el Ibex 35 para que se sumen a la campaña institucional contra “la violencia de género”, incorporando cuñas publicitarias, pagadas por dichas grandes empresas capitalistas, a su publicidad habitual. Aquéllas están encantadas con la oferta, de manera que pronto veremos a lo más granado del capitalismo español y multinacional en la primera línea de la acción “a favor de las mujeres”. Tienen motivos para ello. Así demonizan aún más a los varones, dan cobertura a la gigantesca operación policial de caza del hombre que se está realizando en relación con la Ley de Violencia de Género, dividen y enfrentan todavía más entre sí a varones y mujeres, satanizan el sexo heterosexual y dan una imagen de que el capitalismo es “benefactor” de las mujeres mientras que el hombre de las clases populares es su enemigo atávico. Pero, sobre todo, con ello lo que se pretende es que se incremente año tras año el número de mujeres asesinadas (los estudios realizados son concluyente: la propaganda de “denuncia” de los crímenes estimula la acción criminal), que la guerra de los sexos siga su espiral ascendente y que las mujeres desarrollen una mentalidad de “protegidas” e “inferiores” que las adecue al régimen patriarcal propio del Estado feminista y que, en consecuencia, renuncien a ser por sí mismas y desde sus propias capacidades: a esto se le llama feminicidio. Lo que prueba este asunto es que el feminismo y el gran capital son la misma cosa, o más exactamente, que el feminismo es una agencia publicitaria y encuadradora al servicio del capitalismo y, por lo que se sabe, financiada desde él, además de desde el Estado.
http://esfuerzoyservicio.blogspot.com.es/2012/06/dialectica-de-la-feminista-torturadora.html

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