Los consejos de una especialista para evitar el fracaso de los que conviven con ”los tuyos, los míos, los nuestros”. Negociar y no invadir espacios propios, entre las claveshttp://www.diariovictoria.com.ar/2013/08/como-integrar-sanamente-a-los-ninos-de-una-familia-ensamblada/
Es sabido que las parejas ya no duran como antes y que cada vez hay más divorcios y separaciones. Cuando una relación se termina, cada uno sigue su camino y rehace su vida pero cuando hay hijos de por medio, las cosas son muy distintas.
Volver a formar pareja cuando hay hijos no es tarea sencilla y, a veces, su integración a una nueva familia puede resultar muy dificultosa, no solo por los niños sino también por sus padres biológicos, que a veces no ven con buenos ojos que su ex esté feliz con su nueva vida.
Tanto niños como adultos pueden sentirse dolidos, tristes, inseguros o desilusionados si no se establecen de antemano reglas claras y se negocian muchos aspectos de la vida bajo un mismo techo.
“Muchas veces una pareja decide irse un fin de semana y juntar a ambas familias. Como la experiencia fue mágica, piensan que con esa prueba piloto ya es suficiente y se lanzan a una convivencia”, explicó Beatriz Goldberg, psicóloga y escritora.
La especialista recomendó que las parejas convivan sin sus hijos por lo menos seis meses antes de ensamblar una familia. “Como hay muchas piezas en el rompecabezas conviene ir de a poco. Hay que hacer muchas negociaciones antes y hablar ciertos temas, ver las necesidades de cada niño y también tener en cuenta al padre o la madre biológica. No hay un tiempo determinado que sea óptimo, depende de la fluidez y de cuánto se conozcan los integrantes de la pareja”, sostuvo Goldberg.
Muchos son los temas que hay que dejar en claro antes de lanzarse a esa aventura que puede terminar en pesadilla si no se toman los debidos recaudos. Lo principal es no querer ocupar el lugar, ni superponerse o competir con la madre o el padre biológico del niño: algunos adultos les permiten hacer cosas que sus padres les prohíben con tal de congraciarse con ellos.
Otra indicación fundamental es no tener hijos de “primera” y de “segunda”: no se pueden hacer diferencias con los chicos, todos deben recibir el mismo trato y tener derecho a hacer las mimas cosas que sus hermanastros. Las reglas de convivencia deben ser claras y negociadas de antemano, pero siempre justas para todos los integrantes de la familia.
La pareja debe reservarse tiempo para tener sus momentos propios y también sus momentos para estar a solas con sus propios hijos.
“No hay que poner a los chicos en el lugar de jueces y dejarlos que ellos decidan si nuestra nueva pareja es de su agrado o no. Esa es nuestra decisión. Los hijos de padres separados tienen una inteligencia emocional afectiva especial, ya que saben cómo comportarse, qué decir y qué no deben hacer. A veces, inconscientemente se adaptan a la nueva pareja de su progenitor y creen que lo quieren aunque no hay necesidad de que realmente ello sea así. Incluso, algunos sienten que traicionan a su padre o madre biológico si se sienten a gusto con su nueva pareja”, explicó Goldberg.
El tema de los gastos siempre es un asunto espinoso. Lo ideal es dividirlos entre todos pero a veces el dinero no alcanza y cada uno debe hacerse cargo de los gastos de sus propios hijos. “No se puede estar contando los yogures de la heladera, ni quejarse de la cuenta del teléfono o no irse de vacaciones todos juntos para evitar las erogaciones grandes. El tema del dinero habla del vínculo, de cuánto se respeta al otro y a sus hijos”, finalizó la experta.
Reunión de los lunes
jueves, 15 de agosto de 2013
¿Cómo integrar sanamente a los niños de una familia ensamblada?
Jueves, 15 de Agosto, 2013
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