No es novedad que muchos hombres se avergüencen de ser maltratados por sus mujeres. Pero es que cuando estos hombres son capaces de denunciar la situación de maltrato, que en muchas ocasiones llevan años ocultadas, son casi ignorados por los agentes en las Comisarías.
Igual que antes se decía que la mujer acudía a denunciar y no hacían caso a sus manifestaciones, ahora en muchas ocasiones sucede este mismo hecho, pero con el maltrato de mujeres contra varones.
La sociedad ha proporcionado, además, armas a la mujer para incluso poder amenazar y chantajear a sus maridos o parejas, y como herramienta para ello son los propios hijos quienes se colocan por medio.
Muchos varones aguantan este maltrato, a sabiendas que sí se deciden a interponer denuncia y es aceptada, no sólo la mujer después de inmediato denunciará (algo que los propios agentes informan al hombre en Comisaría, para evitar recoger su denuncia) y por contra, serán ellos los detenidos y encerrados en los calabozos, sino que después van a ser apartados de sus hijos, y el miedo a dejar a sus hijos indefensos frente a su madre maltratadora es patente en estos hombres.
La masculinidad es el arma que esgrimen las mujeres que maltratan a hombres. El sentimiento de inferioridad, generado tanto por hombres y mujeres sobre sus víctimas, se ve afectado por el efecto multiplicador de la sociedad. La masculinidad implica fuerza, dominio, control, sobreponerse a las dificultades con estoicismo. Esto hace que de entrada la víctima de maltrato al ser hombre no quiera contarlo. El sentimiento de vergüenza por admitir su situación, el miedo a ser señalado por la sociedad son las cadenas que debe romper el hombre maltratado.
Fuentes:
La masculinidad, el carcelero de los hombres maltratados
https://gaceta.es/blogs/violencia/la-masculinidad-carcelero-hombre-maltratado-20180220-1942/
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