CUSTODIA PATERNA: Inventó una vida como divorciado

martes, 3 de diciembre de 2013

Inventó una vida como divorciado

Martes, 3 de Diciembre, 2013
MÉXICO
Enlaces:

- COMUNICADO: Alineación paternal tras el divorcio
- Congreso del estado aprueba la "Alienación Parental"
- Iniciativa que reforma el Código Civil Federal para erradicar la conducta de alienación parental.
- - Visita de la Asociación Mexicana de Padres de Familia Separados al PAN-DF.
- Asociación Mexicana de Padres Familia Separados

Incredulidad, sorpresa y asombro fueron los sentimientos comunes entre los amigos, vecinos, trabajadores y conocidos de Carlos, como conocían en Mérida, Yucatán, México, a Roberto Eduardo Barreda de León, al enterarse de su detención, señalado del homicidio de su esposa, Cristina Siekavizza, en Guatemala.

La casa que alquiló Roberto Barreda está situada en un área turística considerada tranquila.

Esta es la calle donde vivieron Roberto Barreda de León y sus dos hijos, en Mérida, Yucatán, México.

“Todavía la madrugada de ese día —viernes— hablé con él, estaba muy tranquilo, me platicó de algunos proyectos para el fin de semana”, afirmó una mujer, quien se identificó como “su amiga”, en la residencia donde vivía Barreda de León.
“Una amiga me habló y me dijo que lo habían detenido y que lo acusaban de haber matado a su esposa. Me impactó mucho la noticia, no me cabe aún en la cabeza que haya podido hacer algo así, es un padre muy amoroso con sus hijos, un papá como nunca he visto uno”, indicó la entrevistada, quien omitió su nombre, para no involucrarse.
La residencia
En la casa se encontraban un joven y una señora, quienes dijeron que eran trabajadores del inculpado. Ella se encargaba del aseo de la residencia, y el muchacho y otro compañero se dedicaban a surtir las máquinas dispensadoras de frituras, galletas y golosinas, las cuales se ubican en diversas oficinas, empresas y comercios de la ciudad, actividad a la que Barreda de León se dedicaba en Mérida.
El fraccionamiento Paraíso Maya se ubica al nororiente de Mérida, colinda con la zona residencial de Altabrisa y con la colonia Maya. Varios funcionarios de la administración estatal pasada compraron sus viviendas en ese lugar.
Barreda de León habitaba con sus dos hijos la casa número 406 de la calle 16, entre 13 y 15. En esta calle se ubican de un lado 18 residencias, y del otro, un área verde que abarca toda la vía.
La residencia, ubicada en la esquina, es de dos pisos, pintada de blanco y amarillo, con rejas blancas al frente.
En el garaje se observa en anaqueles las cajas de cartón y plástico con mercancía para surtir las máquinas dispensadoras, una bicicleta y espacio para un automóvil, aunque no se observó ninguno. Del otro lado del frente de la casa hay un jardín sembrado con pasto y buganvilias que se escapan entre la herrería, una palma y otras plantas.
Este jardín se conecta a un patio que rodea la residencia.
Según los empleados de la casa y la conocida que llegó para averiguar lo ocurrido, la vivienda es alquilada y tiene tres habitaciones, dos baños, sala, comedor y cocina. Desde la calle se observan las ventanas de las dos habitaciones del segundo piso; la principal tiene terraza, que abarca el garaje.
Sorprendidos
La amiga de “Carlos”, el trabajador y la señora que hace la limpieza hablaron de Barreda de León. En varias ocasiones las lágrimas asomaron a los ojos de las dos mujeres.
“Antes de salir me preguntó qué iba a hacer de comer, le dije y me respondió que estaba bien, ya ni me acuerdo qué era. Me extrañó que no regresara con los niños, pasaban las horas y nada, me quité la preocupación pasadas las siete de la noche y ya luego uno de los muchachos me dijo que creía que no iba a regresar, pues oyó que lo habían detenido”, dijo la doméstica.
“Me da tristeza por los niños, son muy buenos y él es un buen papá. Todos los días los llevaba y traía de la escuela, por eso me extrañó que no vinieran a comer ayer —viernes—. No tomaba ni fumaba ni era de fiestas, se dedicaba a los niños y a su trabajo”, refirió la empleada.
Historia falsa
La amiga de Barreda de León comentó que conoció al inculpado en la escuela donde sus hijos estudiaban, ambos pertenecen a un grupo de papás que se reúnen con frecuencia en actividades de convivencia, con sus hijos o entre ellos.
“Todos nos llevábamos mucho y aún nadie puede creer que no haya sido quien dijo ser: una persona divorciada que vivió muchos años en Estados Unidos, para luego de la separación residir en Chiapas, y después, por cuestiones de trabajo, trasladarse a Mérida”, afirmó.
“Aquí al fraccionamiento Paraíso Maya se mudó hace unos seis meses, incluso lo ayudé a traer algunas cosas. Era muy buena persona, amable, amigable, buen padre. Me contó por todo lo que tuvo que pasar en su divorcio en los Estados Unidos e incluso me aconsejaba, pues yo acabo de pasar también por un proceso de separación”, dijo la visitante.
“Me contó que había sido un proceso muy doloroso y que su esposa se quedó en los Estados Unidos y él se fue a residir a Chiapas. Incluso yo entendí que él era de ahí, nunca me dijo que fuera de Guatemala”, indicó.
La amiga de Barreda de León lo reconoció en las fotos publicadas por los medios de comunicación.
Ayer, cerca del mediodía, la calle 16, cercana apenas dos cuadras del complejo residencial Altabrisa, de alta plusvalía en la capital yucateca, se encontraba semidesierta, solo se observaba a una persona que sembraba unos árboles en el área verde.
Una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública realizaba discretos recorridos por la calle y algunos vecinos llegaban a sus casas o salían de ellas.
La señora encargada de la limpieza de la casa que habitaron Barreda de León y su hijos, María Mercedes y Roberto José, aseguró que nadie acudió ayer al lugar.
En el inmueble se quedó todo: ropa, objetos, muebles, juguetes, comida, mercancías y hasta el árbol de Navidad que ya lucía con sus adornos en la sala de la residencia, en espera de los regalos.
Sorpresa en Mérida
La detención en Mérida de Roberto Eduardo Barreda de León debe ser un llamado de atención y recordar que “todos estamos obligados a denunciar actividades o comportamientos irregulares que se detecten en nuestro entorno”, dijo Víctor Caballero Durán, secretario general de Gobierno de Yucatán.
Residentes del lugar refirieron que no sabían de la captura y se sorprendían al saber que habían sido vecinos de un presunto asesino, pero dijeron que no lo conocían.
“La mayoría trabajamos toda la mañana. Yo, la verdad, si acaso conozco a uno o dos vecinos, a esa persona no la conocía”, comentó un vecino.
“Híjoles, qué duro, pero no, no lo conocía. La verdad es que no conozco casi a nadie de por aquí, pero sí asusta saber que alguien así viva casi a tu lado y ni enterado estés”, señaló otro vecino.

POR LUIS IVáN ALPUCHE ESCALANTE /