Jueves, 11 de Febrero, 2016
El texto traslada una serie de pautas que ayudarán a la formación y el desarrollo emocional de un menor a lo largo de su vida. Desde el seno familiar, de su entorno de referencia, de las personas que para ellos son la fuente de la confianza, amparo y seguridad, han de partir una educación que bajo la base del ejemplo se trasmita a los menores. Ellos disponen de uso de razón desde muy pequeños, y bajo la sencillez de las no influencias son muchas las ocasiones en las cuales sin capacidad de razonar comprenden las situaciones y nos saltan con un razonamiento tan evidente que dejaría perplejo al más insigne sabio.
Son muchos los consejos que pueden enviarse a tus hijos, muchas las acciones que harán y proporcionarán tanto la prudencia, como la pérdida de miedo para avanzar y romper sus miedos. Pero son tantas también las cosas que pueden minar su ánimo emocional, conformar una autoestima herida desde su base, que merece la pena pararse a reflexionar y meditar consigo mismo si de verdad el amor por los hijos es tal como de palabra se expresa.
Estas consecuencias negativas se traspasan a los menores con frecuencia en los casos de divorcio y separación. Ellos van viviendo el día a día, corren y juegan con aparente tranquilidad, pero desde su interior viven muchas veces no solo una profunda pena, sino un gran infierno. Para un menor su padre y su madre son lo primero en la vida. Las críticas que puede hacer a un menor un padre de la madre del menor o una madre de su padre se pueden enfocar de diversas maneras. Hay críticas que son constructivas, se puede juzgar o comentar un hecho, como una equivocación, pero si en los sentimientos de esa persona adulta que juzga o comenta al menor, anidan por la razón que sea el odio, rencor, los celos, el despecho o cualquier otro, y la sed de venganza fluye por sus venas, será muy difícil que la forma en que trasmita las palabras ese adulto al menor no dañen su estado emocional. Están hablando al menor de su padre o de su madre, si nos paramos a pensar están hablando al menor de él mismo. Al igual que una persona puede ser capaz de reconocer ante sí mismo errores derivados de sus propias acciones, sin que aquello suponga para dicha persona un sentimiento negativo en su estado emocional en ese mismo momento, sino que incluso producirá la sensación contraria, la de bienestar y tranquilidad al ser consciente de estar avanzando como persona, con los menores sucede igual.
Los resultados son visible, miles de artículos hablan y comentan la baja autoestima de los hijos de padres separados. Muchos de ellos callan lo que sigue, pues son hijos de padres separados alejados de su figura paterna, quien se convirtió un día en un visitante más en sus vidas. Los efectos aún son más trágicos cuando el estado de la personas con quien conviven los menores es como el descrito, antes. Hay muchos padres que entonces lejos de mirar por el bien de sus hijos, y debido a esa sed de venganza que recorre su sangre, van conscientes o no, envenenando las palabras que sueltan a diario a sus hijos en donde aparece como referencia esa figura del otro padre o madre.
No es que sea una característica de la mujer envenenar a los hijos contra su padre, pero sí en la mayor parte de los casos es la madre quien consigue traspasar, o mejor dicho, copiar y pegar, dichos sentimientos a los menores. En gran parte ésto es debido a que es la madre quien en la mayor parte de casos ostenta la guarda y custodia de los menores, y disponer de tiempo con los menores es parte esencial en un proceso de manipulación hacía cualquier persona. En muchas ocasiones siquiera es consciente de la acción que realiza, pero ésto sucede incluso en matrimonios que conviven juntos y en una supuesta armonía, en donde una de las partes va guardando un resquemor hacía la otra persona, y en comentarios alejados de ella desahoga su malestar contra ella. Las situaciones de mayor gravedad se dan en los casos en donde se consigue impedir el contacto de los menores con ese progenitor. Aquí volvemos a lo mismo, la madre además de ostentar en la mayor parte de casos la custodia de los menores, mantiene por parte de la justicia una permisividad hacía esos impedimentos, pues no son castigados de forma que se evite que una vez se produzca el hecho vuelva a repetirse sin una justificación verdadera. El resultado son niños y niñas que terminan expresando un odio hacia, en la mayoría de los casos, su padre, y un rechazo personal hacía él. El veneno ya fluye por sus venas de forma directa.
Todavía incluso en estas situaciones extremas se pueden distinguir varios casos, pues hay veces que encontramos a menores que se niegan en presencia de la madre a marchar o mirar siquiera al padre, pero que una vez con éste, y alejado de la vista de su madre, que ésta no pueda observar su comportamiento, la actitud con su figura paterna cambia de forma radical, los llantos se convierten en sonrisas. En estos casos los menores suelen tener una edad más baja, pero a menudo que crecen son más conscientes de que luego la madre, por varios factores, se percatará de que su comportamiento no ha sido el que ella esperaba, y entonces actuando contra sus propios impulsos, presentan una actitud de rechazo, indiferencia o enfrentamiento con su padre durante el tiempo que dure el contacto con ellos. Es por ello que uno de las medidas que se aconsejan y son efectivas es la de alejar por completo al menor de la persona que ha ejercido esa manipulación, y quien considera que traicionará. Llegan incluso sin manifestar con palabras, a mostrar una actitud fingida de forma que los hijos prevean que si se sienten traicionadas por ellos enfermarán o supondrá incluso su muerte. Y de hecho hay casos extremos en donde sucede, pues si dicen que el desamor es la causa de muchos suicidios, hay mujeres que no logran aceptar que su ex marido se apartó de ellas, y cierto o no, fue sustituida por otra mujer. Tenemos un ejemplo muy reciente, María Salmerón Parrilla, en donde incluso un amigo o familiar suyo se ha expresado de forma muy similar a como ella misma ha podido actuar en la intimidad con su hija para lograr el desprecio a su padre.
Artículo fuente de Nathan Webe
Fuente:
Papáco Hernandez Almirante
http://www.demotivateur.fr/article-buzz/voici-quelques-petits-phrases-a-dire-tous-les-jours-a-vos-enfants-qui-peuvent-changer-la-facon-dont-ils-se-percoivent-eux-memes-et-les-gens-qui-les-entourent--3254
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