Viernes, 23 de Junio, 2017
3 padres separados repartieron octavillas en los juzgados de Madrid ubicados en la calle Francisco Gervás, contra los informes de los equipos psicosociales que tanto daño causan a los hijos en los procesos de familia, pues aunque que cuesta creer, son estos psicólogos y trabajadores sociales quienes llevan décadas avalando la orfandad de los hijos de padres separados, y todo ellos bajo la consideración de la protección del interés del menor.
De izquierda a derecha, Víctor Bravo, Eugenio Marín y Manuel Romeral, se plantaron en los juzgados de Familia madrileños el pasado jueves. En principio se encontraban Manuel y Eugenio, pero por casualidades Víctor pasaba por allí y no dudó un instante en sumarse a ellos.
Los técnicos que conforman el equipo psicosocial que emite el informe al juzgado en los procesos de familia son un conjunto formado por un profesional de la psicología y otra persona de los trabajadores sociales. Se supone que estos profesionales, y más el psicólogo o la psicóloga, deben tienen amplia formación sobre la protección de los menores, y el dolor de los hijos en los procesos de familia, pero la realidad es que la mayor parte de ellos forma parte del sistema de género que pretende mantener la imposición de la custodia materna y cuyo objetivo es el de impedir que los hijos tras el divorcio o la separación puedan seguir disfrutando y disponiendo de tanto los cuidados y atenciones de su madre como los de su padre.
Es tan vergonzoso la actitud de estos profesionales que durante sus entrevistas avasallan, intimidan e imponen criterios, incluso a los niños con quienes se entrevistan a solas, Se han dado casos donde la madre ha sustraído (delito sin condena, pues es la madre quien aleja al menor a miles de kilómetros del padre y su entorno social) a los menores, y una vez que ha pasado el proceso donde para lograr que una inocente criatura prefiera vivir en otro país alejado de su padre, se dá al menor todo tipo de caprichos y gustos (se le compra), el menor aprende y experimenta por la vía de los hechos que en ese nuevo entorno familiar -conformado únicamente por la madre y el padrastro- percibe que no es querido ni valorado, el menor llega un momento que entra en un proceso de depresión y malestar que manifiesta a las claras la intención de vivir con su padre. Bien, pues sometido el menor a la exploración de la psicóloga y trabajadora social, y manifestando y reiterando el menor su deseo que no vivir más en aquel país (y no por odio a su madre), la experta en psicología pretendía imponer al menor el criterio de que su pensamiento debía contener el deseo de vivir en ese país junto a su madre.
Esta profesional de los juzgados de una conocida y amplia localidad madrileña, repetía y repetía al menor que su deseo no podía ser otro que el de convivir con su madre y su padrastro y que se tenía que olvidar de la pretensión de vivir junto a su padre..
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Fuente:
Víctor Bravo
https://www.facebook.com/victor.bravosanchez/posts/10210134636668447?match=dmljdG9yIGJyYXZvIHNhbmNoZXosc2FuY2hleix2aWN0b3IsYnJhdm8s
http://www.anticorrupcion.eu/informes/
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