No es necesario recurrir a esta derivada, el movimiento que abandera la enseña del feminismo ha mostrado no con palabras, sino con hechos, que lejos de pretender una igualdad plena entre varones y mujeres se esconde el egoísmo propio del ser humano que quiere lo mejor para él (en este caso ella) aunque ello suponga pisotear a sus iguales (en este caso varones) para la consecución de sus fines.
La teoría del feminismo dista mucho llevada una vez a la práctica. Es el feminismo que maneja las riendas del poder quien se opone por ejemplo a eliminar la figura de la mujer al cuidado de los niños y al mando del hogar. Es este feminismo quien pretende que la educación machista siga perpetua en este siglo XXI, pues su oposición disfrazada al régimen de la custodia compartida lo evidencia. Conlleva además la custodia materna que la mujer siga mantenida por su esposo o exesposo, ya que uno de las primas que el feministas concede a las madres para que renuncien a una independencia económica y desarrollo laboral sin fronteras es un sueldo gratis fijo y con aumento cada año, lo que conocemos vulgarmente por "pensión de alimentos".
El anterior es un ejemplo, como bien en el ámbito penal, pudiéramos citar la ley de violencia de género, una ley con derecho de autor propio, que sólo coloca al hombre como culpable frente a la mujer como víctima. Otra de las herramientas que el feminismo actual ha creado para conferir una serie de ventajas a la mujer a cambio de renunciar a su independencia, pues a través de esta ley se otorgan una serie de ventajas a la mujer, entre ellas mantener la guarda y custodia de los hijos, y con ello la atribución de la vivienda familiar y esa fuente de sustento económico del exmarido que es quien termina convirtiéndose en su mantenedor económico.
No vimos al movimiento feminista luchando por el eliminación del servicio militar impuesto exclusivamente para los varones, pero ahora que mantienen unas cuotas de poder sobre los políticos, vemos que este feminismo es en realidad otro sistema fuente de la desigualdad, que supera con creces a ese machismo y patriarcado origen de su aparición.
Articulo de Patricia Ruiz Rustarazo:
Por suerte, como ya se hiciera con el ‘feminismo’, las mujeres en esta lucha nos estamos apropiando de ese término y decimos a boca llena: «Sí, soy feminazi». Porque sí: somos las que no se van a callar aunque traten de insultarnos por señalar los privilegios de ellos sobre ellas. Porque quien queda retratado es el que recupera el vocablo ‘nazi’ para referirse a una lucha tan necesaria como esta.Fuente:
De feministas a feminazis
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/feministas-feminazis_1023511.html
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