Un juez 'obliga' a unos padres separados a fijar el lugar de enterramiento de su hijo de 9 años
10.07.10
La madre y la abuela de Daniel, el niño de 9 años fallecido el martes, tras escuchar ayer la decisión del magistrado. :: EL NORTE
Era la primera vez que sucedía en la historia judicial de Valladolid, pero quizás no sea la última en la cotidiana pugna de padres separados que mantienen diferencias sobre el futuro de sus hijos. Pero en esta ocasión se llegó al límite después de años de tensiones posconyugales.
El cuerpo de Daniel, un niño de 9 años que falleció el martes pasado en el hospital Clínico de Salamanca víctima de una leucemia linfoblástica del tipo B, ha tenido que esperar cinco días dentro de una cámara frigorífica forense hasta que un juez de Valladolid ha obligado a los padres a ponerse de acuerdo sobre el lugar de su enterramiento.
El magistrado de Primera Instancia número 13 dictó al mediodía de ayer un auto en el que fijaba que la sepultura debería estar en Valladolid. La intervención judicial se hizo al amparo de las competencias de este órgano jurisdiccional, que desde hace años está encargado de la supervisión de las medidas de separación y custodia de Daniel y sus otros dos hermanos mellizos de 7 años, nacidos en Torrevieja.
A las 10 de mañana, el juez citó a los padres después de los intentos fallidos llevados a cabo por el personal de Servicios Sociales y la psicóloga del Clínico de Salamanca, para pactar cómo sería la inhumación. Pero las diferencias entre la pareja desde hace años eran tantas que nadie cedía, aun con el cuerpo presente.
El padre, que tiene la custodia tras serle retirada a la madre en el 2006 por un problema con la justicia, insistía en que los restos de Daniel debían reposar en una tumba familiar de Sahagún de Campos (León), mientras que la madre del pequeño se oponía dando como alternativa la incineración, con el reparto salomónico de las cenizas, y que cada progenitor celebrase su funeral particular, o que la sepultura estuviese en Valladolid, donde residen las dos familias. Esther, la madre, que ha trasladado su domicilio de Torrevieja a Valladolid junto a su pareja actual y un bebé, defendía su «derecho a tenerlo cerca, aunque fuese sólo en una urna y con sus cenizas».
Un 'pulso familiar' que Daniel seguro no hubiera permitido en vida como moneda, y que el juez logró con «mucho sentido común» desterrar de los padres. En su despacho, y con un forense como técnico, el magistrado especialista en Derecho de Familia explicó por separado a cada progenitor que lo más adecuado sería no incinerar el cadáver, por si como consecuencia de la muerte fuera necesario obtener muestras para análisis que explicasen la causa del fallecimiento. El argumento les convenció. El segundo paso, más polémico, era saber dónde debía estar la tumba del pequeño Daniel.
Rotos por el dolor de quien ha perdido a su primogénito después de más de un año de enfermedad, con pruebas hospitalarias en Valladolid y Salamanca, entradas y salidas, e intentos finalmente fallidos de salvar la vida de Daniel mediante la donación de células madre de uno de sus hermanos, la crispación de años quedó milagrosamente fuera del despacho judicial.
Y se abrió la palabra
En el pasillo de la segunda planta de los juzgados de la calle Angustias, la abuela materna de Daniel esperó sentada durante horas la decisión del juez. En el extremo opuesto, cinco metros más allá, y en otro banco, estaban los padres de Tomás, el padre, con idéntico motivo.
Abogados y funcionarios pudieron escuchar en la mañana de ayer a ratos el llanto de ambas familias sin saber el motivo, y con recuerdos de ¡Pobre Daniel, hijo mío! Sin saber cómo, quizás tratando de acabar con lo absurdo de la situación, el abuelo paterno se acercó a la madre de Esther para romper el silencio y mostrar la voluntad de enterrar a Daniel donde determinase su señoría. Y así fue.
El magistrado estableció que debía ser en Valladolid, y emplazaba a los padres, separados desde hace años, a ponerse de acuerdo en qué cementerio. Pasadas las tres de la tarde, con la resolución judicial en la mano, personal de la funeraria El Salvador se trasladó hasta el hospital Clínico de Salamanca para recoger de la cámara el cuerpo de Daniel, que será finalmente enterrado este sábado.
Tras la mediación judicial, las dos familias del menor acordaron que correrán a partes iguales con los gastos del entierro, al que acudirán también hoy sus dos hermanos mellizos, Iván y Sergio.
Los médicos habían comenzado el pasado 28 de junio en Salamanca las pruebas para estudiar la compatibilidad de células entre los hermanos. La madre lamentó que, pese a que el diagnóstico de la enfermedad fue en julio del 2008, la búsqueda de una posible alternativa de donación se hubiera demorado tanto tiempo para salvar a Danie.
http://www.nortecastilla.es/v/20100710/valladolid/ultimo-deseo-daniel-cumplido-20100710.html
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