08.10.10 - 02:51 - ARANTXA ALDAZ aldaz@diariovasco.com
SAN SEBASTIÁN.
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Bajada. Acceso desde la chabola en la que habitaba el padre de la niña fallecida hasta el paseo marítimo de Zarautz-Getaria. :: LUSA
Los padres de la menor fallecida ayer en Zarautz se hicieron caras conocidas para los servicios sociales del Ayuntamiento a principios de verano, aunque la pareja no estaba empadronada en la localidad. Vivían en una chabola junto a la carretera de la costa, en un ambiente marginal, sin que prácticamente se tuviese constancia de su presencia hasta el pasado 20 de julio, cuando se activó la alarma tras denunciar la mujer el secuestro de su hija por Said, su pareja en aquel momento y padre de la menor, Chaid-Aisa. «Fue entonces cuando tuvimos conocimiento de su situación», explicaron ayer desde el consistorio zarauztarra que, ante la gravedad del caso, avisó al Departamento de Política Social. Con varias denuncias a sus espaldas por violencia de género hacia su pareja, el padre de la niña fue desposeído de la custodia, que recayó íntegramente en la madre, quien tiene otro hijo pero de un padre diferente, señalaron fuentes conocedoras del caso, que añadieron que no se tomó ninguna medida de protección sobre los menores porque se consideró que iban a estar correctamente atendidos por su madre. Sí se le prohibió al hombre acercarse a su pareja a través de una orden de alejamiento dictada por las autoridades judiciales.
Fue tras ese episodio violento cuando la mujer decidió hacer caso a los consejos de Diputación e ingresar en un piso de acogida foral para mujeres maltratadas, donde residió durante un tiempo no determinado junto a sus dos hijos. Era la segunda vez que acudía a este servicio de urgencia, donde se le ofreció «una protección frente a la actitud agresora de su pareja», indicó ayer en un comunicado la institución foral. Pero hace escasas semanas la historia de esta familia desestructurada dio un nuevo giro cuando la mujer solicitó el alta voluntaria del servicio porque, según ella mismo comunicó, había decidido instalarse en Madrid junto a los dos críos.
Los servicios sociales les perdieron la pista hasta que hace pocos días volvió a vérseles merodear por las calles de Zarautz y, lo que resultó más sorprendente, lo hicieron acompañados del padre de la niña, con quien la mujer protagonizó varias discusiones en diferentes lugares públicos, a la vista de todos. Evidentemente, la orden de alejamiento no había sido cumplida. «Él la maltrataba, ella denunciaba los hechos, pero luego siempre volvían juntos. Lo que no sabemos es en qué circunstancia se hallaban ahora», aseguró una fuente que conocía el historial de la pareja. «Lo más triste es que los menores siguieron estando desprotegidos, a la vista está, porque ella no quería alejarse de su maltratador», comentó la misma fuente. «¿Qué hay que hacer ante estos casos?».
«Otra víctima inocente»
La Diputación de Gipuzkoa expresó su «más profundo pesar por lo ocurrido con el resultado de otra víctima inocente», e instaron a las autoridades competentes «a una rápida resolución del caso y la adopción de las medidas oportunas». Según detallaron en el comunicado, el Departamento de Política Social activó sus recursos ante el caso de violencia de género, pero no tomó medidas respecto a los menores porque «no se detectaron índices de desprotección de la madre hacia sus hijos, ya que mostraba una correcta atención para con ellos».
La institución foral actúa de forma inmediata cuando tiene constancia de una situación de desprotección grave, a instancias propias o por mandato judicial. En casos de violencia de género, ayuntamientos y diputaciones disponen de varios pisos donde las víctimas de maltrato pueden refugiarse. En 2007, 500 mujeres tuvieron que hacer uso de este recurso en toda Euskadi. Sin embargo, muchas veces no es suficiente para evitar un desenlace dramático, porque la mujer tiene la libertad de abandonar el piso cuando ella lo solicita.
La ayuda foral se ofreció cuando la mujer, víctima de violencia de género, «la solicitó y se prolongó el tiempo que ella quiso», recordaron. El Departamento puso en manos de la investigación el expediente relativo a la situación de violencia de género del que tenían constancia en la institución foral.
No obstante, Aralar solicitó ayer a la diputada de Política Social, Maite Etxaniz, que ofrezca explicaciones sobre la actuación de su departamento ya que consideran que «es la Diputación la que debe hacerse cargo de los hijos de familias desestructuradas y este caso parece que entra dentro de esos criterios».
http://www.diariovasco.com/v/20101008/al-dia-local/maltrataba-madre-nina-pero-20101008.html
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