Miércoles, 13 de Abril, 2011
La Asociación de Padres de Familia Separados cuenta con una página web donde poder informarse de las últimas noticias
Zaragoza.- Un proceso de separación siempre es difícil para las partes involucradas. La situación de ruptura del núcleo familiar conlleva numerosas consecuencias psicológicas, económicas, físicas e incluso sociales para la pareja. Además, a ello, hay que sumarle una complicación añadida cuando hay hijos de por medio. Ellos son los que arrastran lo peor de una separación, en la mayoría de los casos, de por vida. El bien de los niños, junto con el apoyo psicológico y legal para el padre de familia, son los fines que persigue la Asociación de Padres de Familia Separados, de la que Daniel Rodríguez es presidente.
Esta asociación, que cuenta con presencia en 24 puntos en España y más de 2.000 socios, posee una sede en la capital aragonesa, situada en la calle de San Vicente de Paúl, número 8, que en sus 19 años de andanza ha conseguido alrededor de 500 miembros, dos abogados y un psicólogo. Desde allí se pretende dar asistencia psicológica, informativa o legal, así como ayudar en la medida de lo posible a todos los padres (hombres) separados o divorciados que estén pasando por un proceso doloroso o difícil.
Tal y como cuenta su presidente, Daniel Rodríguez, desde la asociación “se siguen dos líneas importantes de actuación. La primera está centrada en ofrecer este servicio de ayuda a los padres, y la segunda pretende que todas las actuaciones llevadas a cabo por la pareja, sean destinadas a conseguir el máximo bien para sus hijos. Y para los hijos, lo más beneficioso, es una custodia compartida”.
La Ley de Custodia Compartida fue aprobada en Aragón, de manera pionera, el pasado 5 de mayo. Con ella se pretende una igualdad en las relaciones familiares ante la ruptura de la convivencia de los padres. De este modo se conseguiría que los niños no obtuvieran una educación monoparental, lo cual, según los numerosos estudios sobre el tema, es altamente perjudicial para el desarrollo intelectual, emocional y social de los niños, pues crecen con una carencia de la figura paterna o materna.
Daniel Rodríguez lleva 19 años en la asociación ayudando a todos los que lo necesitan
La educación monoparental provoca, en muchos casos, una alienación monoparental, lo que supone “la oposición del niño hacia uno de los padres, fomentada por una de las partes, con el fin de dañar a la expareja”, según nos cuenta Daniel Rodríguez. “Con esto no consiguen hacer daño a la otra persona. Lo que se consigue es perjudicar al niño, y gravemente además”.
Sin embargo, a pesar del avance que supone la Ley de Custodia Compartida para la sociedad y, sobre todo, para los niños, ésta cuenta con dos grandes lagunas todavía por solucionar.
En primer lugar se encuentra la cuestión del piso, que hasta el momento era habitado por el adulto que obtenía la custodia de los hijos. Esto provocaba que el otro miembro (la mayoría de las veces era el padre) tuviera que buscarse un segundo hogar y, en muchos casos, pagar además del nuevo domicilio, la casa en la que estaban viviendo los hijos con la madre y una pensión para la manutención de los pequeños. “Esto dejaba al padre casi en la ruina sin apenas recursos con los que poder rehacer su vida, y con los consiguientes problemas psicológicos y de reinserción en la sociedad que ello conlleva”.
En segundo lugar se encuentra la cuestión relacionada con las denuncias por malos tratos que, debido a la nueva Ley de Custodia Compartida, están aumentando en una gran medida. “Aunque esto depende de diversos factores, el existir una denuncia por malos tratos hacia el padre, éste puede perder, con muchas probabilidades, la custodia de los hijos e, incluso, terminar en la cárcel”, añade Daniel Rodríguez.
Para solucionar estas dos lagunas de la nueva Ley, la Asociación de Padres de Familia Separados de Aragón propone, desde el primer momento, una división al 50% de todos los bienes que posee la pareja, incluido del piso. "De este modo se puede empezar una vida desde cero que, aunque será de igual modo muy dura, no acarreará años de denuncias y luchas por temas económicos. Una segunda opción es que el piso pase a ser de los hijos y sean los dos padres los que se busquen otro domicilio y en temporadas alternas ocupen la casa de los hijos para cuidarlos. Esto, en España, con la situación que vivimos, es muy difícil", explican desde la asociación.
Para el tema de las denuncias por malos tratos, desde la asociación no encuentran una solución rápida y además eficaz, por lo que esperan que la ley se modifique en un futuro para terminar con estas actuaciones.
“Estamos hablando constantemente de la figura paterna como el objeto de estos problemas ya que hasta ahora, en un 95% de los casos, era la madre la que se quedaba con la custodia de lo hijos. Esto conllevaba para el padre un largo proceso de denuncias y juicios unidos a depresión y dificultad para reinsertarse en la sociedad. Se están descubriendo muchísimos casos de denuncias de malos tratos falsas en España, y en Aragón también. Y las mujeres que las llevan a cabo hacen flaco favor a las demás mujeres que sí han sufrido malos tratos, pues los jueces al recibir cada vez un número mayor de estas denuncias, muchas veces las archivan por falta de pruebas ante la duda” apunta el director de la asociación. “En nuestra asociación ni siquiera contamos con subvenciones por parte del estado, como sí que cuentan las asociaciones de mujeres. Esto es porque somos hombres y parece que nunca somos los desfavorecidos. Nosotros intentamos ayudar a los padres, porque parece que muchas veces ellos no cuentan”.
Rodríguez es presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados
Para terminar, Daniel Rodríguez comenta que existen asociaciones feministas que tachan la ley de custodia compartida de cortar la libertad de la mujer. “Absolutamente todo lo contrario. Con la custodia compartida se ofrece una mayor libertad a la madre para que pueda tener también su propia vida, y que, de la misma manera que el padre, ambos consigan disfrutar, en la medida de lo posible, de la nueva situación que se acontece y educar a sus hijos con los mismos derechos, ya que al fin y al cabo, son de los dos de igual manera, y los dos los quieren con toda su alma”. Añade que “a un padre le puedes hacer de todo, y lo soportará. Pero por experiencia, cuando tocas a sus hijos, le tocas una fibra que les hace sacar fuerzas de donde ya parece que no hay, y luchen por poder seguir siendo parte de su vida. Al fin y al cabo las dos partes discuten por lo mismo, y con esta Ley las dos partes lo pueden conseguir”.
http://www.aragondigital.es/asp/noticia.asp?notid=82581&secid=9
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