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miércoles, 20 de abril de 2011

La jueza condena a una mujer que denunció falsamente a su ex marido por malos tratos

La acusada no recurrirá la sentencia puesto que su “intención” no era la de perjudicar a la víctima y otorga su fallo a “un error de identificación” que le costará 2.160 euros
CEUTA, 19/04/2011
Cristina Marzán
ceuta@elpueblodeceuta.es
Una denuncia falsa de violencia de género fue la que sentó en el banquillo de los acusados a una mujer el pasado 15 de marzo, que ella misma admitió y por lo que el portavoz del Ministerio Público pedía una condena cuantificada en 16.200 euros para ella.
Petición que no compartió la letrada de la defensa al entender que su cliente había reconocido que se había
equivocado al estar bajo los efectos del alcohol y presentar un cuadro psiquiátrico alterado tras el proceso de divorcio hacía cuatro años. Pese a ambos alegatos, la magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 finalmente ha dictado sentencia condenatoria contra la procesada consistente en una multa de 12 meses con una cuota diaria de 6 euros, lo que suman un total de 2.160 euros.
Dicha sentencia no será recurrida por la defensa ya que la denunciada reafirma que su “intención” no era la de perjudicar a su ex marido y otorga a su fallo a “un error de identificación” de la persona que la agredió ya que el parte del médico forense constata que la imputada sufrió un puñetazo en la nariz la fecha que dio origen al nacimiento de la causa.
Los hechos denunciados tuvieron su origen en la agresión sufrida por la acusada el pasado uno de diciembre, alrededor de la una de la madrugada, cuando una persona se presentó en su domicilio y le propinó un puñetazo en la nariz que le produjo la fractura de la misma, según la versión dada por la misma. Acto seguido, llamaría a la Policía Local denunciando el incidente de violencia de género contra su ex marido al que dijo haber visto y luego desmintió. “Creía que era él, había bebido y no puedo explicar por qué, en ese momento, tuve la sensación de que era él cuando hace cuatro años que ya no estamos juntos”, declaró ante el tribunal el pasado mes.
Uno de los agentes que acudió al domicilio tras recibir la alerta del 112 acreditó que la acusada llevaba el rostro ensangrentado y que la ropa estaba tirada por el suelo, acreditando lo que parecía un escenario de malos tratos. Pero tanto este, como otro agente de dicho cuerpo, manifestaron no haber notado indicios de alcoholismo.
Un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía, en calidad de testigo, explicó el proceso mediante el cual se había localizado al ex marido de la encausada en Ferrol. “Procedimos a localizarlo en los cuarteles de la ciudad y notamos que pasaba algo raro cuando no estaba en Ceuta, sino en Ferrol. El propio Ejército corroboró que estaba allí y el mismo se personó en un cuartel de la Guardia Civil para identificarse y dar sus huellas dactilares, por lo que no nos cabía duda de que no estaba en Ceuta porque, al ser de madrugada, no había tampoco ningún medio de transporte para haberse alejado”, relató el secretario que dirigió las diligencias durante el juicio añadiendo que “se hicieron tantas diligencias porque la declaración de ella era totalmente creíble”. Para cerrar los interrogatorios durante la sesión de marzo, el forense del juzgado comentó que era “difícil” explicar que había ocurrido aquella noche descartando el “delirio” y la constatación de que hubiese bebido ya que ninguna prueba lo había demostrado.
Además, de un informe de otra forense se desprendió que la lesión pudo haber sido causada por un golpe con una puerta. Por ello, el forense alegó que si no se constataba la ingesta de alcohol, no se podía acreditar que la acusada tuviese alteradas sus capacidades intelectuales ya que el “trastorno reactivo” que padecía por la separación no era sinónimo de la perturbación.
http://www.elpueblodeceuta.es/201104183101.html

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