«Me pidió que se los dejara para pasar el día con ellos», afirma Jorge Shaw, que asegura que no ve a los niños desde hace cuatro meses
18.11.11
SUS FRASES
SUS HIJOS
«No voy a parar hasta que me devuelvan a mis hijos. Sé que con su madre están en peligro»
SU EXPAREJA
«Se ha llevado a los niños por venganza y por tener la conciencia tranquila de que es buena madre»
JUSTICIA
«Estoy desesperado ante la pasividad e ineficacia de la Justicia. Si fuera al revés, ¿dónde estaría yo?»
El más pequeño es muy revoltoso e inquieto; al segundo, que tiene cuatro años, le llaman 'Pegatina' «porque jamás se quería separar de mí»; su hermano, de siete años, tiene una imaginación desbordante; y «la niña de mis ojos», con nueve años, es tímida y, sobre todo, muy noble. Como hermana mayor, «tengo la esperanza de que esté cuidando de todos los demás y protegiéndolos». Es la descripción que Jorge Miguel Shaw hace de sus cuatro hijos en el blog que ha creado en Internet para contar la historia de desesperación e impotencia de un padre que dice llevar cuatro meses sin ver a sus niños desde que, según su versión, su exmujer se los llevó el pasado mes de junio.
Según consta en la denuncia que este promotor malagueño presentó en agosto en el Juzgado de Instrucción número 5 de Málaga, su expareja, de la que se divorció en marzo de 2009, se fue con los menores el pasado 30 de junio después de que en siete meses «solo había visto a los niños cinco días». «En noviembre del año pasado conoció a un empresario mexicano con el que se fue a su país», recuerda Shaw, que aclara que los pequeños se quedaron con él. «Aunque pactamos la custodia compartida, siempre estaban conmigo, ella se desentendía», señala. Durante su ausencia «lo más que hizo fue llamar algunas veces por teléfono para hablar con ellos, pero la mayoría de las veces ni siquiera querían ponerse, ya que no tenían ninguna figura materna», explica en su blog.
El 29 de junio, según su versión, su exesposa llegó a Málaga y le pidió que le dejara a los niños «para comer juntos y pasar el día con ellos». Él accedió y ese fue el último día que vio a sus hijos, según aparece en el acta de denuncia verbal, donde Shaw advierte de que la madre «es adicta al alcohol y a las drogas» y afirma que le consta que los menores están en México. Así, siempre según su versión, se lo confirmó la policía después de presentar la primera denuncia quince días después de la desaparición de los pequeños, ya que por el convenio regulador a la madre le correspondía estar con los niños del 1 al 15 de julio. «Se rompió todo tipo de comunicación, se apagaron todos los móviles, tanto los de la madre como los de la familia materna, se los llevó con lo puesto», relata.
Amenazas
«Sé por amigos comunes que se ha casado con un empresario mexicano adinerado y que mis hijos pasan todo el día con el personal de servicio, ya que ella está siempre viajando», apunta el progenitor, que afirma haber recibido amenazas por las que no se plantea cruzar el charco. «Siento una impotencia terrible, los niños están en un país muy peligroso, donde la extorsión está a la orden del día, sin libertad», se lamenta.
Según explica Shaw, los pasaportes de los niños y el Libro de Familia están en su poder, por lo que su exmujer, para poder viajar con ellos al extranjero, «ha tenido forzosamente que mentir para poder obtenerlos ella directamente».
«Los niños están mejor atendidos conmigo», insiste, al tiempo que critica la «ineficacia» de la Justicia. «No entiendo cómo la Interpol ha emitido cuatro informes negativos sobre la localización de los niños en México cuando el marido de mi mujer aparece todos los días en televisión», apunta Shaw, que advierte de que «no voy a parar hasta que me devuelvan a mis hijos, que sé que están en peligro con su madre». «Lo hace por venganza por haberla dejado y para tener la conciencia tranquila de que es una buena madre», explica al preguntarle por los motivos que pueden llevar a una madre a separar a sus hijos de su padre.
Por el momento, de forma paralela a su batalla judicial, Jorge Shaw, Koke para los amigos, ha iniciado otra en Internet, vía Twitter y Facebook, para conseguir volver a ver a sus hijos. Su historia ya recorre el ciberespacio, donde ha encontrado decenas de mensajes de apoyo.
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