Ellas llevan los pantalones

Martes, 19 de Junio, 2012

Cuando alguien dijo que ellas eran el sexo débil, no sabía que serían las mujeres las que abanderarían las fórmulas para salir de la crisis, y es que realmente sólo hace falta imaginación. Y de eso a este grupo de mujeres les sobra. Sin más pretensión, ni planes de futuro que seguir adelante, Dora Sotelo lidera esta iniciativa importada de Colombia, su país natal. «En una conversación con mi madre, me contó que en Pereira, nuestro pueblo en Colombia, un grupo de la tercera edad había puesto en marcha una iniciativa para que a finales de mes todos tuvieran algo de más que llevarse a la boca». Y es que la experiencia es un grado.
Sin dudas y con ganas de que esta idea floreciera en La Bañeza, Dora y otras cinco compañeras pusieron en marcha la propuesta. Ahora han cumplido un año y ya son 32 las mujeres que forman esta cooperativa anticrisis. «Cada mes son más las que quieres participar», y razones no faltan, pues el planteamiento de este grupo es muy sencillo: durante el mes cada una aporta lo que puede. Normalmente alimentos de primera necesidad. Dora es la encargada de recoger en su casa lo que cada compañera va dejando. «No hay ni mínimos, ni máximos, cada persona es libre de colaborar con lo que quiera», añade Dora, quien explica que las puertas no están cerradas para nadie, «incluso hay que dona alimentos de manera anónima».
El fin está claro, cuando llega el día 30 alguien empezará el nuevo mes con la nevera llena. Y todo se hace de la mano de la suerte, que es la que decide quien será la afortunada de llevarse el lote. La importadora de esta idea, explica, que «si el sorteo recae en alguien que ese mes no lo necesita, el grupo decide quien es la afortunada, o por el contrario se vuelve a sorterar». Además, si la cooperativa observa que hay muchos alimentos de la misma clase, se hacen varios lotes para beneficiar al mayor número de compañeras posibles. Eso sí para optar al sorteo es necesario formar parte de este grupo, que curiosamente sólo integran mujeres, «los hombres colaboran cuando se lo pedimos», bromea Dora.
Además, las mujeres anticrisis también han habilitado un ropero, pues un «trapito» que estrenar, aunque no sea nuevo, no está mal de vez en cuando.
Estas treinta y dos compañeras se reúnen los primeros martes de mes en el Ceas de La Bañeza y recientemente organizaron una exposición de manualidades para darse a conocer. El 10% de las ventas fue para esta asociación que ha sabido mirar de frente a los ojos de la temida necesidad.

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