Esta es la conversación entre un padre y su pequeña de tan sólo 3 añitos y 15 días. En un momento, de los pocos que tienen para estar juntos, la niña le dijo a su padre:"-Mi mamá dice que eres malo y que me pegas""-¿Yo soy malo, Rosa?""- No""-¿Cómo soy?""- Bueno y guapo""- ¿Yo te pego?""- No. Creo que mamá se ha equivocado: ese es el lobo de los tres cerdidos"
¿Quién no sufre si oye algo malo de un ser querido? La lógica de una niña de tan sólo 3 años le lleva a pensar que madre se ha equivocado al decir esas cosas de su papá. Incluso ella misma podría autoinculparse al pensar que es ella la que se ha confundido, ya que en sus esquemas mentales no cuadra la idea de "mi papá es malo y me pega" con lo que ella experimenta: "Mi papá me cuida, me quiere y me protege. Me hace feliz."
¿Quién de nosotros, al oir hablar mal de su papá o su mamá, no sentiría rechazo ante esa idea? Por desgracia, el odio de una persona supera al amor por su descenciente, y con tal de que éste o ésta rechace al otro progenitor, no se vacila en hablar mal de él para separar a dos personas que se quieren, sin medir las consecuencias presentes y futuras para el menor.
Con demasiada frecuencia olvidamos en nuestras inútiles pugnas que las relaciones PATERNO FILIARES SON ETERNAS. Por mucho odio que exista entre padre o madre e hijos, jamás ni un papá ni una mamá dejarán de serlo. Ni siquiera la muerte separará ese vínculo tan extrecho e íntimo.
No creo que exista en la vida mayor gratitud que ver a unos hijos felices y sanos. Es nuestra obligación, y debería ser nuestra devoción, proporcionarles la mayor alegría posibles, ya que la propia vida les pondrá en situaciones difíciles y necesitarán de las bases que les hayamos proporcionado, para solventarlas.
http://vocesdiminutas.blogspot.com.es/2012/11/mientras-que-viva-tu-padre-no-estas-en.html
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