La entreguina que apuñaló mortalmente a su marido en 2010 asume 30 meses de cárcel

Domingo, 16 de Diciembre, 2012

La defensa de M. R. M. L., que acordó la condena con la fiscalía, afirma que la mujer sufrió un «arrebato» ante el maltrato «psíquico y físico» que padecía

M. R. M. L. (de espaldas), ayer, conversando con su abogada en el Juzgado. fernando rodríguez
M. R. M. L. -la mujer acusada de apuñalar mortalmente a su marido, José Antonio Pérez, de 58 años, en su domicilio de El Entrego en mayo de 2010- deberá cumplir una pena de 30 meses de cárcel después de que fiscalía y defensa alcanzaran un acuerdo de conformidad. El pacto evitó la celebración de la vista oral programada para la mañana de ayer en el Juzgado de lo Penal de Langreo. La mujer reconoció los hechos ante el juez y se mostró conforme con la condena solicitada por la fiscal como autora de un delito de lesiones en concurso ideal con otro de homicidio por imprudencia grave, con las atenuantes de arrebato y de reparación de daño. El ministerio público entiende que la acusada «no tenía intención de acabar con la vida de su esposo». La abogada de M. R. M. L., Esperanza Viesca, aseguró, por su parte, que la muerte de Pérez se produjo de forma accidental, en una «situación límite» derivada de las situación de maltrato «psíquico y físico» que su cliente venía padeciendo desde hace años.
Los hechos, según el informe de la fiscalía, tuvieron lugar sobre las ocho y cuarto de la tarde del 28 de mayo de 2010, cuando M. R. M. L. se encontraba en el domicilio conyugal, en El Entrego, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio. En ese momento, llegó su marido José Antonio Pérez, en estado de embriaguez y comenzó a insultarla a gritos. La acusada consiguió que se fuera de la vivienda aunque más tarde, sobre las nueve y media de la noche, el hombre regresó a la casa, estando aún más ebrio, insultando a su esposa y a sus dos hijos.
La mujer instó a su marido a que la dejara tranquila y se fuera a la cama, pero el hombre no lo hizo, iniciándose entonces una discusión entre ambos. En un forcejeo, la acusada cogió un cuchillo de cocina de 13 centímetros de longitud y 2, 5 centímetros de ancho, de filo monocortante, lo dirigió hacia Pérez, sin intención de quitarle la vida pero sí de lesionarle -siempre según el relato de los hechos de la fiscalía- y le asestó una puñalada en la región torácica izquierda que le ocasionó la muerte a las diez y veinte de la noche. La acusada, al ver la herida que presentaba su marido, procedió inmediatamente a socorrerle y ordenó a uno de sus hijos que llamase al centro de coordinación de emergencias.
La acusada, según sostiene el ministerio público, actuó impulsada por el acaloramiento y la impotencia sufrida por los insultos y vejaciones de los que estaba siendo objeto en ese momento por parte de su marido, lo que le redujo sensiblemente su capacidad para decidir libremente.
En una línea similar se expresó la letrada de la defensa, quien indicó que la muerte no fue premeditada. «Se produjo un arrebato por la situación límite de maltrato psíquico y físico que venía padeciendo, pero no hubo intención de matar a su esposo», argumento Esperanza Viesca.
 

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