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domingo, 2 de diciembre de 2012

Ménage à trois: Feminismo – Empresa – Estado

Domingo, 2 de Diciembre, 2012
Cuando llegué a Suecia, traía en mi alforja ideológica un alto grado de adoctrinamiento feminista, un feminismo que no tuve reparos en difundir a través de Radio Sur, en el primer y único programa radial que hemos tenido los cubanos en este país y del que me honro por haber fundado.
Pero me pasó como le ocurría a muchos comunistas honestos enviados a estudiar a los antiguos países comunistas, me convertí en un disidente… del feminismo, contraponiéndole un humanismo que ve en la condición, precisamente humana de un ser, sin pensar en su género o sexo, la razón suprema de su dignidad. Algo dificil de entender para quienes han hecho del hombre lo que los nazis hicieron del judío, la substancialización del mal.
Y he sido disidente, en una disidencia que nace de lo que se constata día a día, de esta religión política aquí, donde el feminismo, aunque sus portavoces oficiales se nieguen a reconocerlo, es la ideología oficial, la visión del mundo que lo impregna todo, desde las formaciones humanística hasta el sistema jurídico, pasando naturalmente por la escuela, la policía y en general por todo el aparato del estado de bienestar.
No se trata con este país, de una excepcionalidad. Suecia es sólo el laboratorio donde más se ha avanzado en un experimento que a distintos ritmos se desarrolla en el resto de los países industrializados, desde Japón a los Estados Unidos, y del que no escapan aquellos en o en vías de desarrollo, como podemos ver con el feminizamiento (que no afeminamiento, aunque también haya un tanto de ello), de Argentina, Brasil, Cuba y México.
Quizás unos de los lugares donde con más violencia y rapidez se imponen esta nueva religión es España, esto hace que sus resultados sean mucho más fáciles de ver -por ejemplo a través de la taza de natalidad, una de las mas bajas de Europa-, a diferencia de los países germánicos, donde la cosa ha sido más lenta y sinuosa; creándose un complicado sistema de “ayuda familiar” que amortigua el impacto de la desestructuración de la propia familia, es por ello que eligo la madre patria para escribir esta nota.
Y no se trata de un problema de Socialistas o Conservadores, aqui todos tiran del mismo yugo, aunque el PP desde la oposición, del mismo modo que hacía con el asunto de los derechos humanos en Cuba, para atraer votantes, jugara al enfrentamiento con el nazifeminismo, corporativismo impulsado a todo tren por el gobierno Zapatero.
Una vez en el Poder el PP ha mantenido toda la estructura feminista que carcome la sociedad española, incluso a nivel mediático, tomemos por ejemplo el contenido del telenovela, excelente en muchos sentidos, Amar en Tiempos Revuelto, que ha finalizado con broche de oro, sin desviarse en milimetro de su proyeción androfóbica, sin el menor cambio en un guión que reiteradamente y de manera cada vez más agravante se ha cargado a sus millones de televidentes en el mundo, la figura del padre de familia como un repelente, violador, incestuoso, que no merece, ya, no hablemos de complicidad frente al mundo exterior a la familia, sino el menor respeto ni confianza por parte de sus hijos, particularmente de su hija, un monstruo al que al final, como se espera con culquier acto de masculinidad biológica o semiótica ha de darse muerte y donde en un país que asegura repeler la pena de muerte (salvo si se trata de un no nacido) es el hijo o la hija el que tiene presto el dedo en el gatillo. Vaya manera de retorcer la mitología freudiana.

Padre malo de Amar: Fabián Robles, personaje que más impedimentos pondrá al amor de su hija Andrea, mientras engaña a su sacrificada esposa, castigo: qudar inválido. Foto:TVE

Padre muy malo de Amar: Hipólito Roldán, se enamora de su sobrina Alicia, y termina violando a su hija. Castigo, volverse loco y ser muerto por su hijoFoto TVE

Padre requetemalo de Amar, Armenteros, a la izquierda, bajo la apariencia inicial de patriarca todo bondad con su hija se oculta un asesino en serie, que mantiene relaciones insestuosas con su hermana. Castigo: morir a manos de su fraterna amante Foto: tve. Así poco a poco se va socavando la imagen del padre, el esposo y el hermano en una de las series mas vistas de los últimos años. Nacida en el 2005 lidera su franja horaria, con casi tres millones de espectadores diarios. La crítica, lejos de denunciar la ideología andrófoba y homosexualista que transmite, solo se dedica a elogiarla. La obra ha recibido entre otros galardones el Premio Turia, la Medalla de Plata del festival de New York, Premio Ondas y tres TP de Oro, así como varios premios de la Unión de actores y la Academia de la Televisión. Asi se premia nacional e internacionalmente a los realizadores que sirven a la agenda masculinicida.
De que la ideología feminista impregna al conservadurismo español nos da fé el prólogo hecho al Libro de María Teresa Gómez Limón e Isabel González “Las tradiciones que no aman a las mujeres”, por uno de sus bastiones; Esperanza Fuencisla Aguirre y Gil de Biedma, presidenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid, de 2003 a septiembre de 2012. Se trata de un texto que avala el supuesto triunfo de la “revolución de las mujeres”, una revolución que es tan de las mujeres, como era del proletariado la toma del poder por la secta leninista, y que además está impregnado de eurocentrismo e incomprensión absoluta de la ecología multicultural.

Afortunadamente, a grandes males, grandes remedios, como lo es, esa obra liberadora que también nos llega de España, escrita por una mujer tan valiente como inteligente que es María del Prado Esteban, junto al pensador “Félix Rodrigo Mora: Feminismo o Auto-construcción de la mujer” (Alldarull Ediciones, 2012), cuyo primer volumen Recuperación de la historia; y que los autores han tenido la inmensa amabilidad de hacerme llegar. Se trata de un estudio que merece un comentario aparte, pero del que me veo obligado a adelantar algo, citando el siguiente fragmento:
Es esclarecedor que el feminismo presente a la mujer como víctima del varón en general y no, de una manera mucho más realista, como víctima del estado, que ha sido y es el agente principal de edificación del patriarcado y el neopatriarcado, y su terrible retoño, el capital. Como víctima en el hogar y nunca como víctima en la empresa. Como víctima del empresario o empresaria y sus perros de presa. Si la familia y el amor le son presentados como El Mal y la producción capitalista, la ideología calvinista que diviniza la profesión y el dinero como El bien, ¿quién gana en este juego de manos? Desde luego, los Rockefeller y similares, los bamqueros y grandes empresarios, no casualmente financiadores de las jefas y jefes del feminismo(página 33).

Para descubrir lo bien que se describe la práctica en esta teoría de arriba, recomiendo a mi lector visitar el canal de la Radio Televisión Española y escuchar con agudeza el monólogo que tienen lugar en “El debate”, programa del canal conocido como La 1, el pasado 22 nov 2012. Más o menos a partir del minuto 47 del video se inicia el debate sobre “La lucha contra la violencia de género” para ello han traido a la señora Ana Bella Estévez, presunta maltradada quien ha creado la empresa (se le escapa esa palabra) Fundación Ana Bella de empoderamiento de la mujer, que por lo que se desprende de sus declaraciones entra encaminada en primer lugar a promover la delación de los maridos por sus mujeres, algo que está a la orden del día en España, con los llamados que desde hace años se hacen desde los medios a involucrar el estado en las peleas domésticas de las parejas heterosexuales (sobre las broncas entre homosexuales: chitón), y que ha tomado más fuerza ahora que como se denuncia en un artículo publicado en intereconomia.com, la picardía española está disparando las denuncias falsas por maltrato. Ocurre en los momentos en que cientos de españoles son echados a la calle de sus casas, aún, cuando amenacen con quitarse la vida. Sin embargo el caso de la mujer que denuncie el más leve maltrato de su marido, por pequeño que sea, el desahucio será suspendido.
Se trata de una muestra más; lo mismo en Suecia que en España se fomentan la denuncia falsa con leyes que discriminan según el sexo del agresor o el agredido, como son las referidas a la llamada” violencia de género”.
No es de extrañar que fuera descubierta no hace mucho una liga que le ofrecía a las mujeres inmigrantes ayuda en denuncias por violencia y la consecuente de regularizar su estatus migratorios, mientras que pagaba entre 2.000 y 4.000 a los maridos que interpretaban el papel de maltratadores.
Evidentemente las cosas hay que saber hacerlas bien, de manera legal, como hacen en Suecia las organizaciones que inducen a las mujeres “importadas” para denunciar a sus maridos y así obtener sus residencias, sin cobrarles un centavo por ello, el dinero les llega de otro sitio.
Algo parecido hace la Ana Bella, quien justifica los subsidios que recibe, entre otras de la Fundación Ford, y por tanto el medio de vida de sus empleadas (los hombres parecen haber sido excluidos de su nómina, como si el patriarcado estuviere inscrito en los testículos), quebrando unidades familiares e incrementando, con las mujeres que salen de ahí, como “carne fresca”, la oferta de mano de obra que, en tiempos de crisis y por la falta de formación o experiencia laboral de estas supuestas maltratadas, tiene que ser barata. Habla de lo que denomina pomposamente “mujeres sobreviventes”, entiéndase por éstas, aquellas que han denunciado a su pareja como maltratadores. Una tarea a la que la matrona de “Ana Bella” sueña, es incorporar a los médicos llevándoles a guiarse, como se hace en Cuba, por un código paralelo al de Hipócrates, a informar al estado sobre lo que ocurre en los hogares de sus pacientes. Para lograrlo, pide que se les ofrezcan a los médicos y “médicas”, esos cursos sobre violencia casera, plagados de ideología e incomprensión sobre los conflictos de pareja que ofrecen por todas partes y a costa del estado o capital los mal llamados y mal llamadas especialistas de género.
Lo curioso es la promoción que hace de estas mujeres como perfectamente adaptables a demandas del empresario cuando afirma que la experiencia vital de mujeres acostumbradas a trabajar bajo presión, con tolerancia que han enfrentado al peor jefe del mundo como un valor positivo para el desarrollo de la empresa, lo que las convierte en trabajadoras muy eficaces. Nada, nada que parece que la mejor escuela que existe para el patriarcado empresarial es el familiar, así de común serán las cosas.

Cuando se escucha lo que proyecta esta fundación y sus “embajadoras” se comprende claramente que se trata de sembrar, primero terror, luego la violencia y por último la ruputura de la pareja heterosexual. No importa cuantas mujeres mueran o cuantos hombres después de matarlas se quiten la vida, todo vale cuando se trata de romper ese viejo pacto convertido en disfuncional por las nuevas demandas del capitalismo: ¿qué división es esa, se dirán alarmadas las feministas, de que uno proveerá y el otro reproduzca? Mejor es crear dos unidades separadas y a su vez intercambiables (por ello la necesidad de borrar en la mujer todo lo que la diferencia del hombre, proponiéndole un modelo andrógeno y estéril como paradigma que consumiendo doble tengan que dedicarse todo el tiempo a autoproveerse, movilizables y sustituibles a libre voluntad del mercado y la tecnología que vuelve cada vez más irrelevante la fuerza física, en resumen siguiendo la lógica de las sociedades postindustriales, dominadas por tecnologías de información y comunicación; un proceso que se multiplica y reproduce a escala ampliada en las nuevas generaciones de españoles, como se comenta en el propio debate, trayendo la desgracias de nuevas familias rotas, de hijos traumatizados con padres encarcelados, si antes no se han quitado la vida, incapaces de comprender qué rayos ha pasado con un amor prometido para toda la vida, que ha perdido sentido y por tanto protección social en la medida que desaparece la necesidad de la reproducción humana. Y no se preocupe el lector de la mano de obra hecha y derecha ya se encargará la famosa inmigración legal o irregular.
El 24 de noviembre el programa de Radio Nacional de España transmitía una charla sobre la austeridad en la que participaba, José María Serrano Sanz, Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, quien revelaba que la mitad de los empleos que se han perdido con las crisis son aquellos que requerían más hombres, por ejemplo, el de la construcción, en otras palabras que los hombres han perdido el 20 por ciento de sus empleos contra una pérdida del 7 por ciento para las mujeres. Sin duda alguna los hombres por razones, por sus características físicas, por los vaivenes de la economía o por o por, esa tolerancia especial que la señora Estévez atribuye a sus “supervivientas”, se encuentran en desventaja frente al mercado laboral, no así en lo que se refiere al ingreso a prisiones españolas, donde uno de cada 10 reclusos, según datos del pasado año son de género masculino. Luego, del mismo modo en que hablamos de los estados racistas, allí donde las minorías están representadas en las cárceles, bien podríamos hablar de estados sexista en aquella situación donde un sexo, en este caso el masculino que en la realidad se encarna en alrededor del 50 por ciento de la población, esté representado por poco más del 90 por ciento de los ciudadanos criminalizados. Valiente patriarcado es éste que primero castiga al patriarca antes de disciplinar a su mujer, su hermana o su hija. Y todavía hay quien se niega a ver en España un caso típico de dictadura de género

En otra palabras, como nos dice la pensadora Simone Weil, citada por María del Prado y Feliz Rodrigo, lo que está preconizando el feminismo es que el salario libera a las mujeres, ofreciendo como modelo de mujer emancipada lo que es en realidad “un ser lobotomizado, un autómata que produce para el capitalismo y el Estado, asunto en que se manifiesta el carácter cerradamente pro-capital del feminismo” (página 15).
Al final, el feminismo del siglo XXI está completando el papel y la tarea emprendida por el marxismo leninismo del siglo XX, crear una fuerza de trabajo maniatada, aislada, indefensa con más miedo a su compañero que al mal que se le viene encima, que encaja perfectamente en los designios no tanto de la burguesía nacional -donde algunos sectores pueden oponerse al feminismo, por ejemplo, los que respaldaron recientemente a Tonio Borg, ministro de Exteriores de Malta como comisionado de Salud en la Unión Europea- como del gran capital internacional, que es en realidad el gran mecenas del feminismo. De ahí que existan contradicciones y hasta cierta resistencia en determinados focos de poder, sobretodo religioso (las iglesias necesitan los creyentes que el feminismo no les deja nacer al esterelizar socialmente a la mujer y al hombre) a su imposición definitiva;m as como dicen los españoles “todo se andará”
Para terminar, es importante correlacionar todo esto con una biopolítica que lo que menos le interesa es el bienestar real de la mujer, sino lo que busca es la aniquilación de maternidad, convirtiendo en lo posible la homosexualidad u otras formas no reproductivas de actividad sexual en la norma. Se trata de una sexo que se vende como moderno cuando es mas viejo que Babilonia y alternativa al sexo patriarcal, un sexo que sustituye al ser humano por el artilugio o la pornografía, que promueve entre los mas inseguros de su identidad genérica, la transformación corporal que hace creer a una infeliz que la inserción de un péndulo es dotarla de un pene y a un desgraciado que el abrirle un agujero además de la castración que ello implica le concede una vagina, todo ello, siempre, bajo la inducción de una psicología sometida de pe a pa al proyecto feminista. En general lo que se busca un placer egoísta, los genitales por el ano para cuyo mercadeo usa las mismas técnicas con las que se comercializa cualquier objeto, o al estilo en que se forman las sectas, con reuniones de clientas, guiadas por una guró que les lavará el cerebro hasta conseguir aberraciones tales como el caso de la hija que se enorgullece sin el menor rubor, no sólo de iniciar a su madre en estas nuevas formas, sino de masturbarla en público , así lo muestra el documental “El sexo en el siglo XXI” presentado en el espacio Documentos TV, el 02 julio, 2011, donde tanto los realizadores como los “realizados” parecen no tener la menor idea de el nivel de deshumanización de lo que están contando.

Esto es parte de la ideología que facilita y encubre el sometimiento de la mujer al estupro del empresario, como aquel fogoso Federico Engels, enemigo del patriarcado y el matrimonio burgués, que poca falta le haría cuando gracias al “amor libre” ( otra vieja vindicación feminista, propalada, en su versión más promiscua por la cultura de masas) el patriarca capitalista le podía pasar la cuenta a harem de asalariadas -non plus ultra de la emancipación feminista- en la fábrica con cuyas plusvalías se financiaba, según se dice la historia oficial comunista, la escritura del Capital por Marx (otro que a falta de más opciones le metía mano y preñaba a otra empleada, encubierto por su camarada empresario) a la lujuria lésbica de jefa, la historia que nos vendió embellecida, la serie Amar, con la relación entre la poderosa Ana y la campesina Teresa. Este es el pecado mortal sobre el que como bien se denuncia en Feminicidio o autodestrucción de la mujer, calla el feminismo de toda laya.
http://cubanuestra1.wordpress.com/2012/11/24/menage-a-trois-feminismo-empresa-y-estado/

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