Bibiana Aído, secretaria de Estado y ministra de Igualdad, además de máximo exponente del feminismo en los Gobiernos de
José Luis Rodríguez Zapatero,
no predicaba con el ejemplo en la gestión de su propio departamento.
Así lo denuncia el Tribunal de Cuentas en el informe de correspondiente a
las contrataciones realizadas por su Ministerio en 2009, que
se hicieron sin establecer condiciones “con el fin de promover la igualdad entre mujeres y hombres en el mercado de trabajo”.
El máximo órgano fiscalizador del Estado destaca que sólo ha encontrado
un caso en el que el Aído se preocupó por la igualdad: en el servicio
de limpieza de las instalaciones del ministerio.
El citado informe remitido al Congreso, al que ha tenido acceso
El Confidencial,
es muy crítico con la gestión de Bibiana Aído en la política de
contratación de obras, gestión de servicios y suministros llevada a cabo
por el Ministerio de Igualdad y, precisamente, por no dar ejemplo en la
promoción de la mujer, un principio que sí quería imponer en el resto
del Gobierno, e incluso en el sector privado.
El Tribunal de Cuentas audita 5 de los contratos adjudicados por el Departamento, que sumaron un gasto de 3,6 millones de euros. Cuatro corresponden a la Subsecretaría y uno a la Secretaría de Estado.
En
el análisis de los pliegos de las cláusulas administrativas
particulares y de los pliegos de prescripciones técnicas, el órgano
fiscalizador destaca que el departamento de Aído
se había saltado las previsiones contenidas en la ley de igualdad efectiva de hombres y mujeres
aprobada en 2007, uno de los hitos del Gobierno de Zapatero en su
primera legislatura. “Durante el ejercicio de 2009 –dice el tribunal- no
estableció en la contratación fiscalizada condiciones especiales de
ejecución con el fin de promover la igualdad entre mujeres y hombres en
el mercado de trabajo”.
El informe se extiende en ese punto y
detalla que el Ministerio “tampoco estableció la preferencia, en caso de
igualdad en los restantes criterios, en la adjudicación de los
contratos respecto de las proposiciones presentadas por aquellas
empresas que, en el momento de acreditar su solvencia técnica o
profesional, hubieran adoptado medidas en materia de igualdad”. Ambas
posibilidades figuran previstas, con carácter potestativo para el
organismo que se trate, en la citada ley de igualdad.
El órgano
fiscalizador sólo ha encontrado un contrato en el que el departamento de
Aído se aplicara su propia doctrina y las facultades de la ley
correspondiente: el del servicio de limpieza del Ministerio. La cláusula
fijaba que
el contratista quedaba obligado “a contar como mínimo con un 50 por ciento de mujeres entre el personal que vaya a ejecutar el contrato, sin que afecte a los trabajadores que ya pertenezcan a la empresa”.
El tribunal considera que en ese caso “la condición del pliego resultó
innecesaria
e inadecuada al tratarse de un sector de la citada actividad
empresarial, como es el de la limpieza, en el que las mujeres no están
subrepresentadas, sino más bien al contrario”. Y remacha: “resulta
llamativo que, sin embargo, en otros ámbitos de actividad en los que las
mujeres sí están subrepresentadas no se hayan incluido en los pliegos
de los contratos este tipo de condiciones sociales de ejecución”.
Bibiana
Aído fue primero secretaria de Estado de Igualdad (2008-2010) y después
ministra con la elevación a ese rango del departamento, una decisión de
Zapatero para culminar su apuesta por el feminismo como símbolo de su
Gobierno. Con la crisis, en octubre de 2010, el entonces presidente del
Gobierno volvió a rebajar la categoría institucional de la igualdad y
dejó de nuevo a Aído como secretaria de Estado. Antes de perder las
elecciones, en noviembre de 2011, el Ejecutivo socialista la colocó como
asesora especial de la directora ejecutiva de la Agencia de Naciones
Unidas para la Mujer, organismo ‘regado’ por Zapatero con el compromiso
de que el Gobierno español aportaría 200 millones hasta 2012.
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