ARGENTINA
La imagen y el audio pertenecen al siguiente enlace:
- Sin tregua para la violencia de género
En España (con 10 millones más de habitantes):
- La mayoría de las mujeres murieron a manos de sus parejas o ex parejashttp://www.elmundo.es/america/2013/02/25/argentina/1361818932.html
- Existe una ley contra la violencia de género pero no termina de implementarse
255 mujeres muertas en 2012 y 26 más sólo en enero de 2013. Son las alarmantes cifras presentadas por el Observatorio de Feminicidios en su último informe, que se presenta el martes en la Legislatura porteña y que adelanta el diario 'Página 12'. El Observatorio, vinculado a la ONG La Casa del Encuentro, incluye en esta cifra los feminicidios, esto es, las mujeres que fallecieron por el hecho de ser mujeres. La mayoría -un 63%- murió a manos de su pareja o ex pareja, aunque también abundan los casos en que el homicida fue un familiar.
Entre los 255 casos, 17 fueron "feminicidios vinculados", esto es, mujeres o niñas a las que se asesinó para vengarse de otra mujer. Hubo además otros 24 casos en los que se mató a un varón por el mismo motivo. Además, según apunta el estudio, cinco de las mujeres muertas estaban embarazadas y 26 presentaban indicios de abuso sexual. Otro dato clave: 34 de las asesinadas habían denunciado al hombre que más tarde sería imputado por su asesinato.
No es la legislación la que falla. Un reciente informe de la Organización Panamericana de Salud (OPS) elogia la legislación argentina en la materia. Lo cierto es que la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, sancionada en 2009 y reglamentada en 2010, traía importantes avances. Entre ellos, la elaboración y monitorización de un Plan Nacional de Acción para prevenir la violencia machista y la coordinación de acciones de diferentes áreas a nivel nacional, provincial y municipal. Uno de los aspectos de la ley mejor valorados por la OPS es que se integra la atención sanitaria.
Sin embargo, en la práctica no ha habido grandes avances en la implementación de la norma. Las autoridades sostienen desde hace más de un año que están trabajando en la elaboración del plan, pero no lo han presentado. Y las distintas acciones que se realizan adolecen de falta de coordinación, tanto en la planificación como en la implementación de las iniciativas.
Los informes del Observatorio vienen a suplir el vacío que deja el Estado, que no publica estadísticas oficiales de violencia machista. Esa es, precisamente, una de las reivindicaciones de La Casa de Encuentro: números oficiales que ayuden a dimensionar el problema y a diseñar las políticas necesarias para erradicarlo.
También piden, entre otras medidas, una asistencia integral a las víctimas, que incluya la asistencia psicológica sostenida en el tiempo y el acceso gratuito a la justicia; un aumento de las casas refugio; una ayuda económica que garantice a estas mujeres casa y alimento; y más campañas de prevención e información. Y es que, a pesar de que la cifra de 2012 representa un descenso del 10% respecto a 2011, el aumento de los casos en el mes de enero imposibilita tomar ese dato como una tendencia.
Una cuestión política
Para La Casa de Encuentro, "es necesario considerar la violencia sexista como una cuestión política, social, cultural y de derechos humanos. El feminicidio es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad". Aquello de 'si no eres mía, no serás de nadie'.
Se trata de entender que la violencia de género no es el excepcional producto de la psicopatía individual, sino la más trágica consecuencia del patriarcado. El extremo último de la vulnerabilidad a la que la violencia machista somete a la mujer en el día a día, silenciosamente.
Y esa vulnerabilidad se aprecia en uno de los datos escondidos en las esquinas de este informe: en la mayor parte de los feminicidios, la mujer encontró la muerte en su propio hogar. A manos de su marido, de su ex novio, de su padre, de su tío. La muerte violenta como última arma del varón que oprime a la mujer para impedir su libertad.
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